16. No amigos, nadie.

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Podía escuchar los susurros de los pocos que habían llegado al salón 132 aunque no alcanzaba a entender lo que decían; de vez en cuandopodía escuchar a Mica ahogando una risita, no tenía que verla para saber que era ella, tiene la voz chillona como de niña.

Tenía un mechón de mi cabello entre los dedos y los observaba fijamente como si fuese la cosa más interesante que hacer, y de cierto modo lo era, Ed aún no llega.

El color azul es está deslavando mucho, creo que debería volver a teñirlo; me pregunto si...

—Hola chicos, espero que hayan tenido un buen fin de semana— comenzó a hablar Liam acomodando unas hojas que había estado leyendo. —Vamos a comenzar la sesión del día de hoy que será un poco diferente a lo que hemos estado haciendo—

Levanté la vista y escaneé rápidamente la habitación buscándolo, no estaba, de hecho era el único que faltaba. Cosa rara porque según tengo entendido no tenemos permitido faltar a estas cosas, ¿dónde está?

—El joven Aoyama no podrá acompañarnos el día de hoy pues tuvo un... incidente— explicó Maggie como si un tuviera importancia y siguió mirando las hojas que hasta hace un minuto tenía Liam en sus manos.

Aunque no conocía el apellido de Ed, fue fácil saber que hablaban de él pues era el único que faltaba y además todos voltearon a ver la silla vacía junto a mí, donde él debería de estar.

Algunos tenían la misma cara de confusión que debo tener yo pero otros como Fred fruncían el ceño como si supieran exactamente de qué clase de incidente se trataba. ¡Lo que daría por irle a preguntar! Pero seguramente me manda al diablo antes de que pueda formular la pregunta.

—¿Qué tiene?— me aventuré a preguntar a Liam, al parecer la mayoría de aquí quería hacerle esa pregunta.

—Estará mejor en un día o dos— dijo incómodo. —No es nada del otro mundo, como las otras veces que se ha ausentado—

—Bueno, ahora todos pónganse en un círculo— cambió de tema Maggie.

Molesta me paré y arrastré mi banca por el suelo de loseta, todos hicieron lo mismo por lo que el penetrante rechinido causado por los pupitres de metal siendo movidos fue lo único que se escuchó por unos cortos minutos.

—Muy bien— aprobó Maggie que estaba parada en el centro del círculo junto a Liam. —Ahora ¿quién nos quiere decir qué aprendieron en esta semana que han hablado con su compañero?—

La mujer nos recorrió con la mirada buscando a un valiente o pobre incauto que fuera el primero en hablar. Yo me encogí en mi sitio tratando de pasar desapercibida pues no tenía nada que decir, ningún aprendizaje que compartir.

—Yo— anunció la voz chillona de Mica mientras levantaba la mano como si estuviéramos en la escuela.

—Señorita Jones pase y compártanos su experiencia— La terapeuta le dio la palabra con una enorme sonrisa de satisfacción. Ella y Liam se salieron del círculo por los espacios de entre los pupitres para cederle el lugar a Mica.

La castaña se paró dando brinquitos como niña pequeña y se colocó exactamente el centro de todos.

—Bueno lo que yo aprendí hablando con Summer— comenzó sonriendo a la chica de cabello negro que se encogió en su asiento un poco apenada. —Es que nosotros somos los culpables de todos nuestros problemas pues nos los buscamos con nuestras acciones—

Sin contenerme solté un quejido que llamó la atención de todos ahí y la chica del centro me miró con odio para luego agregar:

—Querer responsabilizar a alguien más es una clara actitud pueril—

antisocial...Where stories live. Discover now