10. No estoy lista

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  • Dedicated to No me odien por lenta, aunque lo merezca
                                    

Fred se reía como loco y de una manera bastante escandalosa, ni siquiera se percataba de que lo fulminaba con la mirada hasta que Kat le dio un pequeño codazo para que se detuviera, tardó unos tres minutos en recobrar la postura.

La parejita había notado que no me sentía nada bien por lo que se había acercado a preguntar que me pasaba y Micaela no tardó nada en narrarles el patético desenlace que había tenido mi visita al centro médico.

—Síguete burlando y te rapó mientras duermes— lo amenacé.

—Ve el lado bueno— me dijo el moreno conteniendo la risa.  —Al menos no te desmayaste, eso hubiera sido más humillante— su novia le dio un codazo.

—Muérete— le contesté al chico que sólo me sonrió burlón.

—Ya déjala Fred que a tú tampoco saliste muy bien de tu primera consulta— me defendió Emily viéndolo con una sonrisa burlona.

El moreno abrió los ojos y su sonrisa se borró en menos de un segundo, al mismo tiempo que la mía aparecía y me giraba para ver a la rubia.

—¿Qué le pasó? —preguntamos Kat y yo al mismo tiempo.

Emily abrió la boca para contarnos pero Fred prácticamente se le lanzó encima gritando que se callara y puso su enorme manaza sobre la boca de la chica mientras le veía feo. El chico era el mayor de todos y al parecer el más infantil.

—No importa, luego me dirá— le sonreí a Fred que sólo me sacó la lengua.

—A veces no parece que tiene 20 años— se quejó su novia sonriendo.

Fred ya había iniciado una pequeña batalla con Emily pues aún le estaba tapando la boca y no parecía tener intenciones de quitar la mano pronto.

—Joy— me dijo como disculpándose.  —Ignora todas las tonterías de Fred—

—No importa— le contesté encogiéndome de hombros; no me importaban muchos sus comentarios, de hecho creo que hasta él me agrada un poco.

Es básicamente un par de años mayor que mi hermano, pero tiene muchas actitudes y hasta expresiones que me recuerdan mucho a Jared. Puede que él me haya dejado sola en casa con mis padres y lleve más de un año sin siquiera tomarse un minuto para llamarme pero aún lo quiero.

—¿Qué hora es? — preguntó Emily que ya había sido liberada por el chico.

—Van a dar las 8:28— le contestó Micaela viendo su reloj.

Revise mi arrugado horario sólo para confirmar que en dos minutos tenía que estar en el consultorio de Peter, así que me despedí rápidamente de los chicos.

Fred estaba quejándose pues al parecer Emily le tuvo que morder la palma de la mano para que la retirara de su boca y ahora la acusaba con su novia que sólo se estaba riendo, ninguno de los dos me prestó la mayor atención cuando me despedí.

Una vez que me adentré a los pasillos puse toda mi atención en tratar de recordar cómo llegar al consultorio de Peter; nunca he sido buena para las direcciones ni para ubicarme y perderme sólo haría que mi día fuera más patético.

—Hola Pitufina— me saludó Drew alcanzándome para comenzar a caminar junto a mí.

—Enserio cambia de apodo— me quejé viéndolo mal.

—No puedo, ese te queda perfecto— me dijo burlón.  —Eres azul y pequeña—

—¡No soy pequeña!—

—¿superas el metro y medio de estatura? — me preguntó examinándome con ojos entrecerrados.

—Sí— le contesté, como por cinco centímetros pero lo superaba.

antisocial...Where stories live. Discover now