Nepotismo

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En el trabajo empezó a echarme los perros un licenciado muy agradable y como que muy formal, Prudencio Avellano. A mí como que me gustaba, claro que yo era novia del Conejo, pero el Conejo y yo nos peleábamos a cada rato. Y yo en el INTER aceptaba los galanteos de otros; además eran ambientes tan diferentes que se podía combinar la cosa perfectamente bien, por supuesto que Prudencio y todo el mundo sabían que yo tenía novio.
Los pleitos entre el Conejo y yo eran porque siendo tan guapo no le faltaban oportunidades de "ponerme los cuernos", o a veces no iba por mí o cosas de esas y me creaba una sensación de inseguridad —que todavía la tengo— como a mí siempre me llamaban o me buscaban otros muchachos a veces aceptaba, aclarándoles que yo únicamente le ponía al Conejo "cuernos mentales" y él —según he venido dándome cuenta después— me los ponía físicos y horribles. Yo ni siquiera me tomaba de la mano con otro que no fuera el Conejo; le era estúpidamente fiel, pero es que lo quería con toda mi alma, despertaba pensando en él, me arreglaba para él, vivía para él, pues estando donde estuviere, él no se me quitaba del pensamiento nunca...era un amor padrisimo, yo lo idealicé, como era lógico: MI PRIMER AMOR...
Pero a Prudencio lo aceptaba y empezamos a coquetear en la oficina, primero sólo aceptaba una Coca cola en el pasillo. Después a veces nos veíamos en las tardes, íbamos a dar una vuelta, a tomar un refresco —él era muy serio— y a coquetearnos. Era interesantón y mono. En la oficina se empezaron a dar cuenta y hubo diferentes reacciones de acuerdo a los intereses y criterios de cada quien; pero mi jefe, mi ídolo, el Lic. Perabaja, reaccionó muy extraño: "es usted una coqueta. Ni se crea que a Prudencio le va a hacer las "jaladas" que hace con los monigotes del club, este es un hombre serio..."
Primero me destantée y trataba de explicarle que a mí si me gustaba Prudencio Avellano, que no trataba de jugar con él, que ya se vería con el tiempo qué pasaba, etc. Pero poco a poco sus "comentarios" (léase "meticherías") fueron subiendo de punto, ya eran francamente agresivos y molestos. Yo ya no me sentía igual de a gusto con él y por su puesto —y esto fue lo peor— DEJÓ DE CHECARME MI TARJETA. El ambiente en el departamento fue cambiando de color porque él era el SUBJEFE y no sé por qué la gente es tan estúpida de apoyar, aunque sea sólo con su actitud, a una persona que comete una bajeza, nada más porque jerárquicamente en el trabajo está más arriba. Además, había también entre el elemento femenino intereses hacia Avellano y como es lógico me acarreé nuevas enemistades. ¡Ni modo, así es la vida! 
El enero jefe, el Lic. A. Tododar siguió perfecto conmigo (hasta la fecha) pues en todo me daba la razón (y es que, fuera de broma, yo tenía la razón casi siempre)
Como Zutana y yo estábamos juntas lógicamente afloró el NEPOTISMO# (esto quiere decir que cuando dos personas de la misma familia trabajan juntas, resienten mutuamente las injusticias que reciben una y otra...y que inconscientemente toman una actitud agresiva hacía los "enemigos" de su hermana...Doy esta explicación porque para mí esa palabrita es nueva). Y en esta ocasión el NEPOTISMO# era de ida y vuelta, ya que también Zutana tenía sus "enemigos" y entre que si ella no les hablada a mis enemigos y yo no les hablaba a los de ella, había días que no teníamos con quien platicar, entonces plática nos las dos solas, pero muy a gusto, muy dignas y muy divertidas.
Prudencio por su parte ya estaba muy clavado. Una vez que se puso romantiquisimo me quiso besar y yo le dije que no porque tenía novio, y él me dijo: "¿tú crees que él nunca te ha jugado cubano?" —"yo creo que sí", le dije, "pero no le nace darte un beso porque lo quiero a él". Y aI las o menos seguíamos bien; una vez me invitó a una primera comunión de un sobrino suyo, me presentó a toda la familia y comulgamos los dos —tuvo oportunidad de saber siempre con quien trataba— FÍJENSE BIEN en estos detallitos que aparentemente no tienen importancia pero que más adelante les van a servir para dar conclusiones. Varias veces me había dicho que quería tener relaciones formales y venir a mi casa y todo, pero yo no me sandía todavía como para formalizar con nadie porque estaba enamorada del Conejo y además tenía mucha vida por delante...

NOTA #NEPOTISMO: Esta palabra me la explicó un "político de altos vuelos" de este sexenio (71-76). Creo que está mal aplicado, pero como el capitulo ya está escrito ni modo de cambiarlo, sólo quiero que sepan que el culpable es él; no pongo su nombre para no quemarlo, no vaya a ser que en el próximo régimen lo pongan de Gobernadir, se le ocurra hacerle a lo que de verdad es el NEPOTISMO, y me dé un trabajito en el gobierno...

Una mañana llegó Perabaja muy serio conmigo y al rato que llegó Prudencio Avellano lo llamó por teléfono y lo invitó a desayunar. Sé tardaron como tres horas y cuando volvieron, Prudencio venía palidísimo y con una cada de contrariedad que no podía disimular. Se acercó a mi escritorio y me dijo: "Fulana, necesito hablar contigo —siempre me decía Ful o Fulanita, o sea que eso de Fulana y tan serio ya me pareció raro—. El maldito de Perabajano regresó con él. Me salí al pasillo y ya que estábamos un poco lejos del departamento comenzó a hablar:
—Mira Fulana, creo que no debemos seguirnos tratando, por lo menos en la oficina, es mejor que nadie se dé cuenta de que tú y yo salimos; así por duda de este ambiente, lo que gustes, te voy a dar el teléfono de mi casa para que me llames y me digas a qué hora y dónde nos podemos ver. Voy a tu casa por ti o como quieras, pero aquí prefiero que no sepan nada, —apunto su teléfono en un papelito blanco— y antes de que me lo diera le dije:
—A ti te han hecho un chisme —y me le quedé viendo. Prudencio bajó la vista como asintiendo, entonces le dije:
—Pues a mí me gustan los hombres de una pieza.
En eso me dio el papelito con el número y le dije: —¡Yo nunca le hablo a los hombres, mucho menos a los MARICAS!
Rompo el papelito en pedacitos y de los aventé, le cayeron por todos lados, (regresó a la oficina como si viniera de una Kermesse) . Me di la media vuelta y lo dejé ahí parado, ni siquiera me detuve en mi escritorio, fui directo a la oficina de Tododar y entré —ya le había dado órdenes a Chita la Guanga que yo no necesitaba hacer antesala— me senté frente a él y me solté llorando, le conté todo y me dijo que se notaba a leguas que Perabaja le había hecho un chisme bastante grande porque estaba ardido, que todos menos yo se habían dado cuenta de que yo le gustaba a Perabaja. Y le dije:
—Pues Perabaja es un MALDITO y Prudencio un MARICA. No quiero trabajar ni un segundo más con Perabaja, por favor cámbieme de lugar.
Se quedó pensando y me dijo que el único lugar era con el Lic. Corres-Munich, que era un antipático y amiguísimo de Perabaja, pero era preferible a seguir con ese viejo.

Anecdotario de una vida inútil...pero divertidaWhere stories live. Discover now