Capítulo 12.

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KyungSoo.

Parecía mentira, de verdad. Diez años teniendo a mi padre como muerto, extrañándole, y en cuanto lo encuentro, son los demás los que comienzan a evitarme. Me reventaba.

Y respecto a JongIn... Aquello sí que no me lo esperaba. ¿Acaso de pronto le faltaba un hervor? Cada vez que me acercaba a él, o trataba de hablarle, enmudecía, y a veces, incluso se escabullía del lugar sin soltar palabra. Sin dar ni un mísero saludo. Como si no existiera.

Y como para entender lo que sucedía a mi alrededor. Había algo así como dos bandos: Los que parecían tenerme miedo y buscaban cualquier excusa para huir de mí, y los que me miraban como si fuera una pobre alma en pena, o un perrito abandonado. Estar allí era simplemente un asco.

Exceptuando, por supuesto, la parte en la que estaba por fin con la única parte de mi familia que permanecía viva. Con aquello me bastaba para tener las suficientes razones para quedarme.

Al parecer, por ser el "hijo del jefe", había heredado el derecho a asistir a ciertas reuniones, en las que planeaban los detalles de ataques, rescates de humanos, y a veces, lo que hacer con Sehun. De hecho, de no ser por una de esas reuniones, no me hubiera enterado de que este último había aceptado el trabajar con ellos.

Y también fue en una de esas reuniones, en la que me di cuenta de que, definitivamente, en aquel lugar sucedía algo extraño.

Llevaban gran parte del tiempo exponiendo sus ideas para el ataque, una vez que Sehun nos hubiera abierto el camino, cuando el tema, de pronto cambió.

–Señor... ¿Está completamente seguro de que colaborará? Ayer él...

–Lo de ayer fue exactamente lo que nos afirmó que lo hará.

–Yo no estaría tan seguro...

–Os aseguro que pierde más si no lo hace, que si lo hace.– Respiró hondo, y enderezó unos papeles.– ¿Algo más que añadir?

–Ah, sí... La familia ha accedido casi en su mayoría. Aúnque aún tenemos a los tres niños, y... el chico se niega a colaborar. ¿Qué quiere que hagamos con ellos?

Ví cómo mi padre plegaba sus labios, y se recostaba sobre su asiento, antes de sonreírme.

–KyungSoo, cielo, ¿Podrías salir ya? Este es un tema confidencial.

Asentí, y con un "Por supuesto" que mis labios no llegaron a pronunciar, salí de la sala de reuniones. ¿De qué familia estaban hablando?

Estaba con la espalda apoyada en una pared del pasillo, cuando una sarta de gritos y golpes a una puerta inundaron el silencio. No pude evitar acercarme a la fuente del ruido.

–¡BASTA! ¡¡SOLTADME!! –Otro golpe.

–¡¡DEVUELVE ESA PISTOLA!!

–¡¡¡SOLTAD A MI FAMILIA!!! –No sé en qué momento comencé a apoyarme contra aquella puerta, pero en cuanto se abrió, caí directo al suelo de aquella habitación, justo en medio de un grupo de personas histéricas.

–¡¿QUIÉN COÑO TE HA DICHO QUE ENTRES?! –Gritó un hombre de gran magnitud, que me observaba con el entrecejo fruncido, mientras agarraba de la pierna de un joven subido a una estantería, que le apuntaba con una pistola, directamente a la cabeza.

– ¡Mierda! ¡¡ZHAO!! –Me levanté rápidamente del suelo cuando el que acababa de gritar me miró a mí, y comencé a dar marcha atrás.

–Yo no... Esto, disculpad... –Pero no pude llegar a darme la vuelta y huir de allí, porque nada más girar, sentí un golpe en seco en mi cabeza, y de pronto dejé de sentir nada.

「ERROR: 391」Where stories live. Discover now