Capítulo 19.

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Luhan.


- De aquí a una semana, ejecutaremos el plan definitivo. -Comenzó a hablar con una expresión totalmente seria, que marcaba las bolsas arrugadas bajo sus ojos, en una sala totalmemte colmada en la que podían verse desde expresiones de admiración, de esa gente que había sido totalmente engañada por su labia desde que llegó; hasta otras de puro odio, o de confusión.
Por otro lado, estaban aquellos soldados de Do o sus fieles desde el inicio, con sus comunes rostros serios e inexpresivos. Esos que nunca nadie comprendía. Esos que irradiaban arrificialidad por donde pasaban. Pero ninguno tanto como el de Sehun.- Saldremos de la base de madrugada, sobre las tres. Nuestro destino está a escasos cinco minutos a paso ligero, pero de todas formas habrá que darse prisa. Entraremos por este lado, -Vi por el rabillo del ojo cómo señalaba un lugar cualquiera en la proyección tridimensional con su vara metálica, pero mi mirada permanecía fija en el robot que, de la misma manera, fijaba la suya en mí. De una manera totalmente diferente, sin embargo. Una manera que pese a que no era capaz de comprenderla y lo intentaba, sabía que no había nada en realidad que comprender.- en completo silencio. Cada uno llevará un arma eléctrica en mano, para inutilizar aquello que sea necesario. Hay algunos de ellos de última generación inmunizados ante esto, como el claro ejemplo que tenemos aquí.- Acto seguido, se acercó con un artefacto negro a Sehun y se lo pegó al brazo, disparándole una descarga eléctrica, ante la que este ni se inmutó.- Sin embargo, esta inutilización tiene arreglo, y no es difícil de detectar. Por esta razón, deberemos extremar las precauciones. Hay que disminuir las bajas al máximo.

- ¿Y por qué no les disparamos en la placa base y acabamos con ellos definitivamente?

Pude notar por el rabillo del ojo cómo el chico a mi derecha se tensaba, llamando mi atención, y haciendo que me fijara en quién era, después de los largos minutos que ya llevábamos allí: El hijo mayor de los Zang. Aquel que llevaba la tira de tiempo encerrado en una celda, y dios sabe por qué razón, de un día para otro, logró que le sacaran de ella.

- Porque debemos hacer el mínimo ruido posible. Veréis. -Se acercó a la mesa central, sobre la que estaba proyectado el mapa holográfico.- Nuestro objetivo principal es este. -Señaló con la vara una habitación amplia marcada con el número 15, situada en lo que, si había visto bien el plano, era un sótano.- La sala de control de la central, y de todos los robots fabricados en China. -Hizo una pequeña pausa para causar un cierto suspense, supuse yo, y prosiguió.- Sin embargo, tenemos algo que ellos no se esperan. Algo sustraído gracias a las grandes dotes informáticas de un miembro de esta misma central.- Sonrió, mirando a un chiquillo a su lado, que sonrió como un bobo.- Se trata de un código que es capaz de controlar todas las centralitas del mundo.

Imposible.

Volví a mirar a Sehun, en el momento justo en el que desvió su propia mirada al mapa, sin mostrar un cambio real en su expresión, pero que fue una pista más que clara para mí. Algo le había llamado la atención, y en su contra, había algo que su mirada había querido captar en el momento. Cuando me puse a pensar, miré a Chanyeol, y me di cuenta de que habíamos llegado a la misma conclusión: Era una trampa.

¿Tanta corrupción, tanto rollo para dar un golpe de estado real? No podía ser todo tan bonito.

- Los soldados más experimentados irán al frente, y los recién llegados al fondo. Sin embargo, formaremos de forma que estos soldados experimentados nos rodeen a todos, para evitar que aquellos sin experiencia resulten atacados, o peor aún, heridos. -O aquellos que sospechan de un nuevo holocausto traten de huir, por supuesto.- Señores y señoras, esta es nuestra última oportunidad. -Golpeó con fuerza la mesa, que hizo un ruido metálico y estridente al contacto con su anillo.- ¡La humanidad perdurará! -Este grito desembocó en vítores y gritos motivadores. Gente soltando frases quizá de guerra, quizá de emoción. La verdad es que no tenía ni idea. Estaba demasiado ocupado buscándome a mí mismo en los ojos de aquel androide que algún día pudo llegar a quererme.

「ERROR: 391」Where stories live. Discover now