Mordidas

17 "Eres Un Cínico"

"Sé que tú y yo tenemos un pasado

Que a lo mejor no vuelve a sucedernos"

Aún Hay Algo - RBD

NICK

Después de todo lo que trabajé en estar bien, el esfuerzo de años ha dado sus recompensas, y por fin, estoy dado de alta en la clínica, oficialmente ya no tengo anorexia, nunca más tendré que ver a la estúpida Doctora Lilly, y estoy mega feliz. Y luego de haber salido de la clínica, y de que Maykol me haya dejado en casa junto a Nate, le he dicho a Papá, él me ha abrazado, felicitado, y aún falta lo mejor. Se acabó la estúpida regla de Nate tiene que ir por ti al Colegio y Tienes que llegar a las 12 de la noche cuando salgas; aunque la última regla no la cumplí esa vez que salí al club 25. Pero de todos modos estoy feliz, y es lo que importa. Mi resto del día fue normal, Papá me dejo faltar a clases en la tarde (ya que después de la clínica debería haberme ido al Colegio) y así pude descansar, lo único que hice fue dormir, escuchar música, leer un par de cosas que tenía pendiente, y ponerme al día con The Flash y Arrow.

Al otro día, era genial tener clases de inglés, porque estábamos todos juntos, sentados al final del salón, ninguno de nosotros ponía atención a la clase, Moises y Lucas estaban hablando de un programa de TV de anoche, Susana mandaba mensajes con su teléfono, y Maykol y yo hablábamos de lo gracioso que era un capítulo de How I Met Your Mother que ambos habíamos visto hace unos días. Era por completo un día normal, tal vez el final de la historia, bueno, lo era hasta que el profesor de inglés hablo muy fuerte y dijo:

- Los del fondo! Pongan atención a lo que estoy diciendo - Todos dejamos de hacer lo que hacíamos y miramos hacia adelante, lo que vi, me dejo sin habla, no podía creerlo. - Chicos, él es Jayme, viene de una escuela un poco cercana, así que espero le den la bienvenida, Jayme puedes sentarte ahí al medio del salón - El profesor le señala el asiento vacío, y Jayme lo usa, por un momento, nuestras miradas se cruzan, y yo lo único que hago es mirarlo con odio y furia. Luego un mensaje en el teléfono me distrajo.

- Susana: Es guapo.

- Nicholas: ¿Y a mí qué?

- Susana: Si no tuviera novio, él ya sería mío

- Nicholas: Eso quisieras.

El resto de la clase, no hable, no miré, no hice nada que llamara la atención de él. Pero un montón de preguntas se cruzaban por mi mente, ¿Qué hace aquí? ¿Quién se cambia de colegio casi llegando a final de semestre? De seguro algo ocurrió aquí, la curiosidad me está matando, y lo peor, es que no puedo y no tengo maneras de descubrir que es. El timbre para el descanso suena, y los cinco nos vamos para afuera del colegio, a sentarnos en el césped. Luego de un rato de hablar las cosas normales que adolescentes entre los 17 y 19 años de edad hablan, Susana nos pregunta:

- Miren - todos volteamos nuestras cabezas a donde Susana señala con la mirada - Ahí está el chico nuevo, está solo, ¿No deberíamos ser buenas personas y hacerle compañía? -

- Supongo que no es mala idea - dice Maykol, tomando un sorbo de su Red Bull

- A mí me da igual - dice Moisés.

- Pues a mí no - digo con un tono de voz seco -

- ¿Qué? - preguntan algunos

- Ya lo dije, yo no lo voy a hablar para nada -

- ¿Ocurre algo? - me pregunta Maykol.

- No nada, es solo que... él...- pienso un poco lo que voy a decir y continuo - ¿Se acuerdan lo que les dije sobre mis antiguos amigos? ¿Y que me dejaron de hablar cuando me comencé a... - no fue necesario cerrar la pregunta, para que todos asintieran y se acercaran más a mí para escuchar mejor - Pues, ese chico de allá, era mi mejor amigo -