Celos

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Hola :3 Espero que les guste este capítulo. A partir del siguiente la narración será en su totalidad en tercera persona debido a la importancia que tiene una vista global de la situación. :3 Gracias por leer y comentar, buenas noches. Levantamos las varitas por Dd Bowie (-.-)/* RIP


El lunes no pude concentrarme en las clases de universidad. ¿Quién podría concentrarse teniendo a Benedict en la cabeza? ¡¿Quién?! Nadie, obviamente. Dos profesores me llamaron la atención, y uno se hartó y me echó fuera del salón. ¿Qué si me importó? Nah.

Definitivamente no había nada más amoroso que pudiera hacer un hombre que mandarte un mensaje por la mañana diciéndote algo como: "Buenos días, dulce mujer. Te deseo un hermoso y productivo día en la universidad. Cuento las horas para verte. B".

Quizá sí había otras cosas, pero esos mensajes podían producir efectos en cadena que atraían sólo consecuencias como mantenerme de buen humor a pesar de haber sido echada de una clase.

Esperé a mi amigo para irnos juntos a trabajar, él se quejaba mucho de mi actitud enamoradiza, pero de igual forma agradecía que ya no tuviera que estar quebrándose la cabeza ideando nuevos planes macabros para ayudarme a mí.

Una vez que nos despedimos me eché a correr hacia el estudio con el corazón latiéndome a mil, tanto que por más que estuviese delgada tuve que detenerme a descansar o me desmayaría presa de un infarto. Apenas entré vi a Hugo, él me sonrió abiertamente con sus enormes ojos azules brillando. Le sonreí lo mejor que pude, y cuando quise escurrir el bulto dentro del camerino de Ben, me detuvo.

─ ¡Jaz!─ se acercó para besar mi mejilla, y de paso me apretó en sus brazos.

─Hugo, ¿qué tal el domingo?─ traté de hacer un tema de plática para no verme tan urgida, aunque sí lo estuviera.

─Bien, un poco aburrido. ¿Crees tener libre el próximo domingo?

─ ¿Para qué?

─Pensé que podríamos ir a la pista de patinaje, donde te dije la vez pasada. ¿Qué dices?

─Ammm, no lo sé, Hugo. La verdad es que no tengo idea, puede que sí, puede que no...

─Bueno, de cualquier manera te estoy viendo por aquí. ¿Qué tal las cosas con...?─ alzó las cejas hacia la puerta del camerino de Benedict.

─Bien, mucho mejor la verdad.

─De acuerdo, cualquier cosa puedes decirme.

─Sí, bueno... Adiós.─ abrí la puerta y la cerré lo más rápido para evitar que se asomara. Ben di un respingo por el portazo y se quitó los audífonos. Me giré hacia él sonriendo y se levantó para estirar sus brazos. Sin pensarlo dos veces me lancé contra él y lo abracé por el cuello.

─No sabes cuánto deseaba verte...─ susurró enterrando su rostro en mi cuello.

─Apuesto mi brazo a que no tanto como yo.

─No apuestes contra mí, cariño... Podrías perder mucho más que el brazo.─ separó su rostro de mí y me miró con los ojos brillando con diversión. Negué lentamente y después le robé un beso. Sí, así de atrevida... ─Vaya, vaya, ¿de cuándo a acá te tomas estas confianzas conmigo? Vaya, que siempre has sido un poco altanera, pero mira que besos ya es otra cosa...

─Déjame ver... ¿Desde ayer?

─Mmm, pues quiero más atrevimientos como estos, señorita...─ bajó sus brazos a mi cadera y ladeó su cabeza para besarme. No un beso de colegiales, sino uno de esos que parecen de dementor, o sea, que te roban hasta el alma. Tuve que dar un gran respiro cuando se separó, mientras él, sonriendo, paseaba su mano por mi frente. ─ ¿Cómo fueron las clases?

Tres, dos, uno... ¡Acción!Where stories live. Discover now