Run bitches, run!

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En el momento en el que Robert apagó el motor, Benedict y Tom abrieron sus puertas y salieron corriendo como si la vida se les fuese a ir en uno de esos aviones. El intérprete de Iron Man, se tomó su tiempo.

─ ¡¿En dónde están?!─ gritó Downey caminando rápidamente a la entrada del aeropuero mientras buscaba con la mirada a sus amigos. Hubicó más allá, la rubia cabellera de Hiddleston y hasta entonces echó a correr hacia ahí.

La gente se detenía para verlos y señalarlo con el dedo. Y es que era muy raro ver a Benedict Cumberbatch, Tom Hiddleston y Robert Downey Jr., corriendo a la mitad de la noche de extremo a extremo en el aeropuerto.

Muchos pensaron que estaban filmando una película, y se arreglaban el cabello y la ropa para salir lo mejor posible, además de fingir que la virgen les hablaba, escondiendo su emoción, a ver si de pura suerte salían en el encuadre del desconocido filme.

Otra parte de la gente, en su mayoría mujeres, no se pensaron lo de la película, sino que les cerraron el paso a los actores pidiendo autógrafos y fotos.

─ ¡¿Alguien me puede decir por qué estoy corriendo como Forest Gump tras ustedes?!─ se quejó Robert aflojándose la corbata de moño y dejándola caer.

─ ¡Necesito alcanzar a Jazmín!─ respondió Benedict que iba a la cabeza. Dando una súbita vuelta hacia las salas de abordaje, haciendo que sus dos amigos se tuvieran que derrapar para poder seguirle el paso.

─ ¡¿Quién es Jazmín?! ¿La nueva Reina de Inglaterra?

─ ¡Es su novia!─ aclaró Tom quitándose también la corbata y echándosela al bolsillo. Robert se adelantó y se paró frente a Tom que casi se lo pasa a traer. ─ ¡¿Qué te pasa?!

─ ¿Su novia no era la rubia de la fiesta?

─ ¡No!─ gritaron tanto el rubio como el moreno y pronto estaban de nuevo sobre la carrera. Aunque en realidad, Benedict no tenía ni idea de dónde podría encontrarse la chica, tenían que llegar a las salas.

Sin embargo, pronto ya no pudieron correr más, todos firmaban como podían, intentando ser amables con sus fans y avanzar al mismo tiempo. Hasta que eso se volvió imposible. La gente iba aumentando cada vez más y pronto se vieron cercados por una muralla de gente. Una azafata se unió al furor y fangirleo por Cumberbatch, éste aprovechó y sacándose una foto y dándole un beso, sacó información provechosa:

─ ¿El vuelo a México? Sale en cinco minutos, por la puerta tres...

─ ¡¿Cinco minutos?!─ la pausa fue mortal, pronto ya no se daban abasto con tanto grito y tanta petición que pronto pasó de una simple foto a una firma en el trasero. Tom dio un salto lejos de la petición fingiendo sonreír. Benedict intentaba, sin éxito, abririse paso. ─ ¡No voy a llegar, no voy a llegar!

─Ok, ok, ok, veo que de nuevo necesitan mi ayuda... Van dos favores y contando Cumberbatch.

─ ¿Tienes una idea?

─ ¿Con quién crees que hablas, baby?─ replicó Downey con gesto altanero.

─Lo que quieras, Rob, lo que quieras.

─La botella de vino más añeja.

─Trato.

─Bien, váyanse que yo me sacrifico.─ Robert se giró y dio un gran salto llamando la atención de cámaras y fans. ─ ¿Quién quiere un beso? ¿Una firma en dónde?

─Gracias Robert, te vas al cielo.

─ ¡Ya lárguense! Run bitches, run!─ gritó el actor guiñándoles un ojo a sus compañeros que no dudaron un momento y se abrieron paso gozando de la distracción. La puerta tres se veía a kilómetros de distancia.

Tres, dos, uno... ¡Acción!Where stories live. Discover now