Deseos y venganza

2.6K 187 155
                                    

Hugo quería vengarse de Benedict, quizá no tanto de Jazmín, porque muy a su pesar la quería, pero de él sí que lo deseaba. Muchas ideas cruzaron por su mente una vez que estuvo recostado en su cama, y una en especial se apoderó de él: llamar a Laurie. Ella estaba tan dispuesta como él a tomar venganza, pero desechó la posibilidad al recordar lo mal querida que era la actriz dentro de toda la producción.

Estaba dolorido y morado de la nariz, además de que que el ángulo del puente ya no parecía que se fuera a mejorar nunca. Maldijo una vez más a Cumberbatch, y después de quedó dormido, ya mañana se le ocurriría una idea.

Jazmín llegó treinta minutos después al estudio, para su mala suerte su semana no parecía mejorar, sino todo lo contrario, había reprobado un examen oral sorpresa y su guión estaba todo rayoneado de rojo por el profesor. Cuando llegó lo primero que se topó fue a su jefe, morado del rostro y con el ceño fruncido. Bufó.

─Hugo, buenas tardes.─ dijo ella de forma amable, fingió una sonrisa que no sentía para nada. Aquél sonrió mecánicamente y asintió.

─Buenas tardes.─ se quedó cruzado de brazos mirándola, Jazmín no tenía ganas de discutir así que lo rodeó y se encaminó al camerino de Ben, pero Hugo la detuvo. ─ ¿A dónde vas?

─Al camerino de Benedict.

─Ya no trabajas ahí, estás con los de iluminación.

─ ¡¿Qué?!─ el grito de Jazmín fue tan desesperado que los chicos de producción que estaban cerca se giraron para verlos.

─Deja de hacer el drama y vete a tu puesto, y por cierto, llegas media hora tarde, se te va a descontar del cheque.

─Qué maduro, en verdad, qué maduro eres.

─Yo no fui el que te cambió si eso piensas, fue decisión del productor, deja de gritarme, que soy tu jefe y te puedo correr si se me da la gana. Ahora ve y cumple con tu trabajo.

─Eres un idiota.

─Quizá, pero este idiota te puede correr, y veremos quién queda como una idiota al final.─ sentenció el joven con una sonrisita malévola.

─Deja de amenazarme.

─Muévete, los de iluminación te están esperando.─ dijo finalmente y se dio la vuelta. Jazmín le miró furiosa pero se giró hacia la puerta de Benedict y avanzó, sólo lo saludaría y le daría la mala noticia... ─ ¿No me escuchaste? ¡Te dije que fueras a iluminación!

─Sólo quiero saludarlo...─ se quejó la chica abrumada.

─No digas estupideces, deja de ser tan cursi y muévete a donde te mandé.─ Jazmín se tragó el coraje y se fue a donde estaban los de iluminación, en esa área no solían poner a muchas chicas, debido a que el trabajo implicaba subirse a las estructuras, con cargas sobre los hombros y herramientas de trabajo pesado. Rebuznando y todo, la chica se instaló en su nuevo puesto de trabajo.

─Vaya, vaya, una niñita... ¿Qué hiciste para que te mandaran aquí?─ dijo Sam, el jefe de la zona, mientras bajaba de una estructura limpiándose las manos.

─Nada, creo que mi jefe me odia.─ se quejó la chica botando a un lado su mochila. Sam la vio riéndose y negó lentamente con la cabeza.

─Creo que ser la chica de Cumberbatch no te salvó, ¿verdad?─ Jazmín se alarmó.

─ ¿Qué?

─Nada, es sólo que los rumores son muy pegajosos, pero yo no soy un chismoso, ¿sabes? Mira, ¿por qué no me ayudas con esas conexiones? Pela los cables y enreda los hilos de cobre al del siguiente cable, cuidado de no tenerlo conectado, te volarías esa boquita que tienes.─ Sam le dio una palmada nada suave a Jazmín, y se alejó para seguir mandando en su equipo, en el que todos eran varones. La chica se puso a lo que le habían ordenado cuidando de no electrocutarse, mirando de reojo la puerta del camerino de Ben. Sacó su celular y le escribió un mensaje rápido: "Ya llegué, pero me cambiaron de área, estoy en iluminación. Te quiero."

Tres, dos, uno... ¡Acción!Where stories live. Discover now