Capítulo 2.

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—¡Ya llegó!—grita Gabriela muy emocionada, llevando en sus manos un sobre de color azul.

Corrió por los pasillos de su casa para llegar al despacho en donde se encontraba su padre ocupado con cosas del trabajo. Al llegar tocó la gran puerta y luego de que se escuchara un "pasa" ella no dudó en hacerlo. En sus ojos azules habían lágrimas y, un par de estas ya se habían derramado por sus pálidas mejillas. Gabriela acomodó un mechón de su cabello que variaba de rojo a naranja detrás de su oreja antes de colocar con delicadeza el sobre en el escritorio de su padre.

—¿Qué es esto?—pregunta el padre de la chica tomando el sobre.

—Papá, es de la Academia militar, van a aceptar mi solicitud.—Al decir aquello, el padre terminó de leer el documento.

Al culminar, baja el papel sellado y firmado por el director y precede a envolver a su única hija en un abrazo lleno de orgullo. La joven no aguantó más y soltó todas las lágrimas que retuvo para poder hablar sin sollozar.

—Lo sabía, sabía que eras capaz.

Luego de las palabras de su padre, ella se separa de él y lo mira a los ojos para decir aquello que tanto le costaba. Jugueteó con sus dedos mientras buscaba la manera de articular las palabras necesarias.

—Parto mañana a la capital.—Eso bastó para que la sonrisa de su padre se borrara.

—¿Qué dices, Gabriela?

—Mañana es necesario que me presente en la Academia para comenzar... Y no creen que pueda regresar en seis años.

La joven se abrazó a sí misma en un vago intento de consolarse, pero no funcionó, comenzó a derramar lágrimas sin parar. Su padre la tomó de los hombros y le brindó una triste sonrisa casi forzada.

—Gab, te dejaré ir, lo sabes.

—Pero, yo...no quiero dejarte, papá.—Cerró los ojos con fuerza.

—Sabías que la Academia queda en la capital.

—Lo sé, pero no tenía idea de que sería tan pronto.

Él rió ante las palabras inocentes de su hija, para después levantarle la mirada para consolarla. Él seguía sonriendo para su hija mientras ella no cesaba las lágrimas.

—Gabriela, todo está bien. Te prometo que te iré a visitar.

—¿Seguro?

—Claro que sí, señorita.—Le respondió, provocando una leve y suave risa de la chica.

Ella asintió para luego recoger la carta que antes su padre estaba leyendo, al colocar todo en su lugar, mira de nuevo hacia abajo. Le dedica una sonrisa confiada y esperanzada a su padre para después despedirse.

—Voy a ir a empacar.



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¡SORPRESA! Y sí, ya sé que había dicho que la historia iba a estar pausada hasta que terminara mis otras historias. Peeeero, veo sus votos, comentarios de que la siga y además de que me llegaban muchas notificaciones de aquellas personas bellas que agregaron la historia a sus listas de lectura y al ver eso supe que la historia les estaba gustando. Así que ¡sorpresa, sorpresa! La historia oficialmente pasa de «pausada» al estado de publicación. Tómenlo como un regalo de navidad adelantado ;)

Pronto volverán a tener noticias mías y de la historia. Espero les haya gustado, el próximo capítulo tal vez lo publique entre este sábado y domingo. ¡Feliz jueves! Se les quiere muchísimo.

La hija del MilitarWhere stories live. Discover now