Capítulo 15.

6.1K 397 7
                                    

—Te juro que... estoy bien—dijo como pudo Gabriela, que se encontraba en una silla cerca del edificio de las habitaciones.

Su amiga castaña le hacía compañía, le habían permitido estar con ella para comprobar que estuviera bien. Sostenía un frasco de un líquido transparente en una mano y un algodón en la otra, quizá lo había usado para que Gabriela reaccionara de nuevo. Ninguna de las dos comprendía la razón por la que de pronto se había desmayado, ya que cuando le preguntaron, ella negó padecer de una enfermedad o haber estado débil en estos días.

— ¿Realmente quieres seguir?—preguntó su amiga de forma insistente.

—Claro que sí, si no lo hago me suspenderán. Definitivamente no quiero eso—explicó.

La chica volteó los ojos y puso una mueca de fastidio, Gabriela Torrealba podía ser bastante necia cuando se lo proponía, más aún cuando se trataba de su rendimiento en la Academia. Y eso en algún momento podía perjudicarla, física y mentalmente también.

La anterior desmayada se levantó de su asiento y se propuso a volver a la formación, pero ella misma se detuvo cuando una pregunta la invadió.

— ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

—Unas dos o tres horas.

Se sorprendió bastante. Entonces estuvo sacando cálculos, llegando a la conclusión de que para esta hora, sus compañeros deberían de estar en las aulas recibiendo clases. Perder clases significaba tener que verlas después, y eso la retrasaría en la teoría y también en la práctica. No estaba en sus planes hacerlo.

— ¿Crees que nos dejen entrar?—interrogó con preocupación.

—Lo dudo bastante, no podemos incorporarnos a la clase así nada más.

Ambas estuvieron de acuerdo, pues recordaron lo estricto que era el personal ahí.

—Entonces, ¿a dónde vamos a ir mientras tanto? Ahora también te vas a retrasar por mi culpa—bufó la chica.

No sólo debía resignarse a perder clases y atrasarse, ahora también debía ver cómo su amiga pasaba por lo mismo, gracias a ella. Pero la castaña a su lado se rió levemente.

—Con lo poco que me importa atrasarme en las clases, sabes que eso me tiene sin cuidado.

Luego de eso se fueron caminando a las oficinas de administración, preguntarían si en realidad debían quedarse afuera o las dejarían incorporarse. Pero Gabriela aún no estaba del todo tranquila, a pesar de estar concentrada en los asuntos de las clases que quería recuperar. A pesar de estar platicando con su amiga, aún sentía ese dolor en el pecho y no entendía por qué. Ni siquiera sabía qué tanto debía preocuparse por ello.


----------

Y yo aquí igual que mi foto de perfil, por la bajita interacción de ustedes con la historia.

Quiero que comenten cómo se han sentido con los capítulos, qué les parecieron las escenas, qué sintieron en determinadas partes. Si les da rabia que nuestra Gabriela sufra tanto, si les da tristeza, qué harían en su lugar.

Como siempre les respondo en los comentarios: voy a seguir con la historia, se los juro, no necesitan estar impacientes ni comentar sube, porque lo haré, quizás tarde a veces, pero lo haré.

En fin, de todas formas aprecio mucho sus comentarios, cada uno de sus votos y también sus lecturas. Se les quiere bastante.

El capítulo de hoy va dedicado a Pikachu-Sama

La hija del MilitarWhere stories live. Discover now