Capítulo 9.

8.1K 567 16
                                    

Todos los recién integrados soldados corrían al rededor del campo de entrenamiento, presentando la primera —de muchas— prueba de fuerza física. Todos respiraban con dificultad y algunos ya sentían dentro de ellos las ganas de rendirse.

Gabriela, a pesar de estar en las mismas condiciones de cansancio que sus compañeros, seguía su recorrido sin mirar atrás, dando todo de ella misma. Se encontraban en la novena vuelta, de las doce asignadas. Al terminar ese recorrido corriendo, debían detenerse en el borde del campo y empezar con la rutina de la segunda fase, que consistía en una larga ronda de flexiones, paracaídas y saltos. El objetivo era llevar sus cuerpos al límite para que sus superiores hicieran las observaciones de la fuerza de cada uno y, a partir de esas anotaciones, ser o no más estrictos con el grupo.

— ¡Fase dos!—gritó uno de los encargados de supervisarlos.

Luego se oyó el ruido de un silbato para anunciar que debían comenzar con la ronda.

—Formen dos columnas; veinte personas en cada una—ordenó.

Los soldados obedecieron rápidamente y poco después estaban las dos columnas integradas.

—Ese fue solo calentamiento. Ahora harán sentadillas, flexiones, paracaídas y por último los saltos; quince minutos de cada ejercicio.

Otro pitido avisó el inicio del primer ejercicio y después todos comenzaron a hacer sentadillas al mismo ritmo. La castaña y la morena amigas de Gabriela estuvieron a punto de abandonar la actividad un par de veces, cuando sentían que era suficiente sufrimiento y cansancio, pero la chica las animaba diciendo que podían hacerlo, que no deberían rendirse tan fácilmente.

— ¿Cómo va el trío femenino?—preguntó una voz conocida, con intenciones bromistas.

Gabriela miró al frente, donde estaba la columna de la primera mitad, conformada por veinte hombres. Ahí, justo enfrente de ella estaba el chico de la otra vez. Aquel sexista que por desgracia, había conocido en la Academia.

—Solo mira tú mismo y responde a tu duda—contestó la castaña al lado derecho de Gabriela.

Gabriela y su morena amiga miraron al mismo tiempo a la chica que había contestado. Hace unos pocos minutos quería rendirse porque no soportaba el dolor en sus piernas, pero ahora parecía haber cambiado drásticamente de opinión.

Después de aquel corto y para nada amistoso diálogo, el trío de chicas pareció ser el grupo con más resistencia, a pesar de ser las únicas mujeres. Estaban al final de la fase dos, terminando de dar los saltos al ritmo constante del silbato del supervisor. Muchos se habían cansado, pero no les habían permitido retirarse del campo, causando que varios amenazaran con demandar a la Academia por abuso de poder y maltrato físico. Claro que, no podrían cumplir sus amenazas, pues los militares tenían un gran poder en el país y una pequeña demanda sería insignificante ante la Academia.

—Inicia la fase tres: carrera de obstáculos. Pero, no será una carrera para niños, como la que ya conocen. Solo es apta para quienes demuestren tener la fuerza necesaria—anunció un Capitán.

Los guió hasta donde empezaría la «carrera no apta para cobardes» y los situó detrás de una línea blanca. Luego se acercó al trío de mujeres que se encontraba en el extremo derecho del campo.

—Puesto que son las únicas mujeres aquí, no podrán hacer una carrera separada de los hombres, porque para ello, en la matrícula tendrían que superar al menos la mitad de la cantidad de hombres que hay. Mientras que allá hay treinta y siete hombres, aquí solo hay tres mujeres, ¿comprenden?—Las chicas asintieron.

—Sí, lo entendemos.

—Así que lo obligatorio sería que las tres corrieran junto a los hombres. Pero, no creo que estén listas para hacer algo así, si quieren...—No acabó de hablar, pues Gabriela lo interrumpió.

—Lo haremos, estamos lo suficientemente listas para esto y más—aseguró ella.

Sus dos amigas también estuvieron de acuerdo y, sonriendo se acercaron a la línea blanca, esperando el sonido del silbato para comenzar.



---------------

¡Feliz año 2017 a todas ustedes! Espero la hayan pasado muy bien junto a sus familias, y deseo de corazón que todas sus metas y objetivos se cumplan. Me han dado un increíble regalo de año nuevo, pues la historia llegó a las 2k, muchísimas gracias.

La hija del MilitarWhere stories live. Discover now