CAPÍTULO X

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Algunas horas más tarde...

-¡LO TENGO!- Gritó Camila eufórica irrumpiendo en la oficina de Lauren Jauregui

-¿Qué demonios te pasa?- Preguntó con evidente molestia en sus ojos verdes -¿Cómo demonios se te ocurre entrar a mi oficina sin tocar la puerta? - Apretó los dientes con fuerza

-No seas irónica, Satán, que ésta mañana tú hiciste lo mismo, con la enorme diferencia de que pensabas que no me ibas a encontrar ahí, ¿Buscabas algo? ¿Eres la típica hija de Papá que como no le falta nada necesita hurgar en lo ajeno?- Empezó a fastidiarla con toda alevosía y Lauren estuvo a punto de levantarse de su silla para encararla, pero Camila colocó un dedo en su nariz aplacando sus intenciones
-¡Quieta, ahí! - Le ordenó la morena - No es necesario que te disculpes porque yo ya te perdoné- Le sonrió con malicia -Digamos que...Será nuestro pequeño secreto- Le susurró añadiendo un toque de misterio.

-¿Qué demonios quieres?- Retomó la pregunta inicial, recargándose de nueva cuenta en su silla y resignándose a que estaría en deuda con Camila.

Todo por esa estúpida charla con Vero.

-Estuve revisando el contenido de la memoria USB toda la mañana y lo que llevamos de la tarde- Le indicó tomando asiento en la silla de visita frente al escritorio de Lauren y colocando unos documentos sobre el escritorio -Y estoy segura de haber detectado la raíz del problema-

-A ver, Camilita...Según tus apuntes de la Universidad...¿Cuál es el problema?- Comentario mordaz para denigrar su inteligencia y conocimientos. Al menos así le pareció a la joven Cabello.

-¿Siempre te comportas como perro callejero...Como bestia con rabia en la saliva y filo en los colmillos cuando la gente se te acerca para tratar de darte una caricia?-

-¿Por qué la pregunta, Cabello? ¿La Lesbiana que vive en ti se está volviendo loca por acariciarme?-

-¡Oh, Sí!- Camila se levantó de su silla pero ésta vez no encaró a Lauren, por el contrario, abrió su bolso y le dio la espalda mientras sacaba un pequeño espejo y se retocaba el maquillaje- De hecho...- Dijo sin mirarla- Si no te pongo contra la pared y te como las boca en éste momento es porque no me he lavado los dientes-

Lauren Jauregui no recordaba haberse puesto tan ruborizada en toda su vida. Las mejillas y las orejas le ardían. Mientras que Camila seguía dándole la espalda y retocándose el gloss rosado casi transparente -No tienes tanta suerte, Cabello...- Tomó los documentos que Su Socia había dejado sobre el escritorio instantes atrás y comenzó a pretender que los leía aunque lo único que distinguió fue un círculo rojo sobre uno de los hoteles de la Cadena situado en la zona industrial de Detroit -...A mí no me van las mujeres- Respondió con altivez.

-Pues para no gustarte las mujeres creo que abres demasiado la boca cuando me miras el trasero...¿No te parece? - Se burló retomando su lugar y exhibiendo su pequeño espejo de bolsillo como si se tratara de un trofeo.

Lauren estuvo a punto de decir algo para justificarse cuando llamaron a la puerta.

Literalmente salvada por la campana, le autorizó de inmediato el paso a su Secretaria quien le informó que su hermana pequeña estaba afuera.

¿Qué podría necesitar Taylor? Ella nunca se paraba por la Empresa, pero sea la razón que la hubiera traído a su oficina esa tarde...¡Bendita sea!

-Tú y yo dejamos una conversación pendiente...De trabajo- Le aclaró Camila antes de retirarse, para dejarla a solas con Taylor a quien saludó amablemente.

Ambas chicas se presentaron y Camila pensó que Taylor era una chica muy dulce y encantadora.

¿Por qué la mayor de las hermanas Jauregui no podía ser así?

MISIÓN, VISIÓN, VALORES Y OBJETIVOS DE UNA EMPRESA NO CUMPLIDOS. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora