Capítulo 14: Cuatro por cuatro: Cuatro al cubo

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Capítulo 14: Cuatro por cuatro: Cuatro al cubo

–¡Tu cita está aquí! –gritó papá.

Alisé mi vestido y bajé las escaleras, preparándome mentalmente para la hermosura de Alec. Su mandíbula estaba levemente abierta, pero entonces... la mía también lo estaba. Papá se aclaró la garganta, haciendo que nuestros ojos se encontraran. Supongo que estábamos demasiado ocupados escaneándonos mutuamente.

–Muy bien, niños. Quédense juntos para la foto. Sí, justo en las escaleras. Me gusta el fondo. –Forcé una sonrisa, mientras Alec mantenía su sonrisa natural. Mis fotografías del baile de bienvenida serían geniales este año. Lo único malo era que Alec iba a lucir mejor que yo. Buu–. ¡Mantén tus manos encima del Ecuador, caballero! Bien, eso es demasiado arriba. Bien, perfecto. ¡No dejen que se pierda la pose! Charlotte, ¿podrías no sonreír como un burro?

–¡Papá!

–Así está mejor.

¿Era así como actuaban todos los padres en esta clase de cosas, o era solo mi papá? Esperaba que fueran todos porque me estaba avergonzando frente a Alec, sin embargo, Alec no se veía sorprendido. Si lo estaba, no lo mostró.

Después de posar para muchas fotos, Alec sugirió que podía firmar un par de cosas. Papá saltó de inmediato, pasándole objeto tras objeto y papel tras papel para que lo autografiara. Estoy segura de que Alec se sintió como una celebridad.

Le dije a mi papá que si queríamos cenar y estar a tiempo en el baile, teníamos que irnos ya. Él se quejó pero finalmente nos dejó ir. Alec nunca me habló de sus planes. Pero sentía que cada vez que salía con él, comíamos. Me sentía como una gordita.

–Iremos a ese restaurante de comida china. ¿No odias la comida china, o sí? –preguntó Alec, de repente luciendo muy asustado.

Sonreí. –Me gusta la comida china.

Dejó escapar un suspiro de alivio. –Gracias, Dios.

Para cuando terminamos, mi estómago dolía de tanto reír. Estaba 100% segura de que Alec no sabía, y nunca lo haría, usar los palillos apropiadamente. No importaba cuánto intentara, los fideos y los trozos de pollo terminaban fuera de su alcance. Amargamente, apuñalaba el pollo y tragaba la pasta. Me sentía mal por él así que le di de comer varias veces.

Afortunadamente, el clima era soportable, no como el año pasado. Alec estacionó su vehículo, y me dijo que me quedara sentada mientras corría alrededor del auto para abrirme la puerta. Era muy refinado por ser un caballero. –En serio, Alec, no tienes que hacer esto. Puedo caminar.

–Mi chica número uno merecer ser cargada.

Me reí. Chica número uno. Me gustaba escuchar eso. –Solo asegúrate que mi vestido no se suba. No quiero que nadie vea lo que hay debajo.

–¿Lo dices por mí?

Golpeé su rostro suavemente. –Nop, es por mí. Solo por mí.

–Aguafiestas.

Alec nos anotó y entramos a la escuela, que había sufrido una completa transformación de "sencilla cafetería" a una especie de pista de hip-hop. Las luces eran tenues, excepto en el pasillo donde estaba la comida y las mesas. Mucha gente bailaba al ritmo de Call me maybe. El baile no era tan creativo –básicamente, todos estaban haciendo lo mismo. Saltando, dándole un número falso a alguien y pretendiendo que su mano era un teléfono.

Encontré a Emma y corrí hacia ella, escupiendo cumplidos. Tenía un vestido negro y dorado y en la parte el cuello la tela era transparente. Acentuaba sus curvas, se veía simplemente impresionante. –¡Wow, te ves increíble!

The Last Virgin Standing / Tiffany HuynhWhere stories live. Discover now