Black Wings [Supernatural]

13. Entrenamiento

13. Entrenamiento

Finalmente Dean aceptó a enseñarle cómo usar un arma. Era algo sencillo de explicar y no le quitaba la inocencia de Lily. Internamente se seguía negando a entrenar a la joven, pero prefería estar cerca de ella antes de que se lance a entrenar sola.

Pasaron dos largas horas, en las que ambos Winchester se metieron en la sala de tiro del búnker. Con rapidez, Dean le explicó también sobre su baticueva. Habló sobre los Hombres de Letras, que según su mundo y su historia, John debió haber sido uno, si no fuera porque su abuelo Henry desapareció cuando él era pequeño. También explicó que la estación de los Hombres de Letras estuvo intacta por varios años hasta que ellos dos la encontraron. Lily opinó que era un buen escondite y lucía bastante clásico aunque eso le daba un toque especial.

Con rapidez, Lily maniobró el seguro de la pistola. Esa era la parte fácil. Dean luego le explicó cómo recargarla, enseñándole paso por paso. La pistola era una Colt 45 que se encontraba en la sala de tiro, era plateada y con toques negros. Lily no tardó mucho en aprender a recargarla, estaba algo entusiasmada de que maniobrar una pistola fuera tan fácil para ella.

-Bien, ahora a disparar -ordenó su hermano mayor con tranquilidad.

Lily lo miró preguntando si estaba seguro, pues ella sabía que no tenía un buen historial al apuntar. Muchas veces en los quemados de su escuela ella no lograba golpear a nadie con la pelota anaranjada. Cuando ella y Amy iban a divertirse a la casa de la segunda por lo usual jugaban a los dardos, pero luego dejaban de jugar por los puntos negros que Lily hacía con sus dardos en las paredes blancas de Amy. Por esa razón no estaba muy segura de querer disparar con un arma de verdad. Prefería algo más tranquilo primero.

-¿Estás seguro? -preguntó la rubia sin quitarle los ojos de encima.

Dean había abierto un pequeño baúl mientras ella recordaba las tantas veces que no acertaba con una diana. Del mismo sacó dos protectores de oídos junto con dos protectores de ojos. Le entregó un par a su hermanita y luego se colocó los suyos.

-Pues claro, no sirve que te haya enseñado recargar un arma si no vas a disparar -acotó el muchacho mientras la observaba—. Dale, ponte la protección. No quiero que te quedes sorda o ciega.

-Vaya eso sí es ánimo -murmuró ella luego de reaccionar.

Se colocó ambos protectores. Luego tomó la pistola con miedo pero intentó aparentarlo. Dean se cruzó de brazos y miró la diana esperando a la bala. La rubia tardó en apretar el gatillo, cerró un ojo y apuntó. Unos minutos luego su bala perforó el área blanca que estaba al lado del brazo.

Ambos se sorprendieron al ver que el tiro no había sido tan malo. Lily sonrió a su hermano, esperaba pegarle a la pared o peor, pero había acertado bastante al objetivo. Más de lo que esperaban ambos.

-¡Le he dado! -exclamó Lily feliz mientras se sacaba el protector de oídos para hablar con su hermano.

-No estés tan feliz, niña -señaló él—. Si eso fuera una criatura, probablemente ya estarías muerta.

La rubia lo miró con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Era algo graciosa la pose de la pequeña Winchester considerando que era petisa y algo dulce para aparentar enojo. Dean sonrió al verla y luego apartó la mirada.

-Sé lo que intentas. Quieres desanimarme y así dejar de practicar. Te tengo noticias, Deanie, no voy a dejar que tu desánimo me afecte -comentó segura de ella misma—. Para no haber disparado nunca una maldita arma, mi puntería fue bastante bien. Si no quieres ser la diana, entonces deja de ser una perra y ayúdame a perfeccionar el disparo.