Black Wings [Supernatural]

15. Muerto de miedo

15. Muerto de miedo

Sam llegó a la casa de campo de la señora Allison. Tenía puesto su traje, pretendiendo ser un federal como sus hermanos. Presentó la placa a la anciana, ésta fue entrevistada a través de la puerta con malla metálica. El castaño preguntó lo usual, qué pasó la noche en que Brenda había desaparecido y lo que ocurrió cuando la encontraron dos días después a las afueras de la fábrica Gordenberg.

-Brenda era una niña muy dulce, la menor de mis hijos -habló la mujer de aproximadamente cincuenta años, se corrió un poco el pelo canoso de la cara antes de continuar con la tragedia de su vida—. No estoy muy segura de lo que ocurrió esa noche. Terminó de trabajar en la fábrica y vino para casa, la noté algo molesta pero no dije nada. Luego se cambió de ropa y salió, creo que a un bar. Nunca la vi llegar.

Sam sonrió comprensivo, era dura la desaparición de una persona y más cuando luego te enteras de que fue asesinada brutalmente.

-¿Tiene idea de quién pudo haberle hecho daño? ¿Algún sospechoso? -preguntó con tranquilidad. La mujer no le parecía muy estable.

La misma miró al piso y luego a un punto lejano, pensando en si debía decir lo que suponía o mejor callarse. Sam insistió diciendo que toda información era útil, incluso si parecía tonta o inservible. Así la mujer confesó lo que andaba por su mente.

-Brenda era muy guapa, siempre muy solicitada -explicó con suavidad en su voz, con añoranza—. Todos la querían mucho, y algunos la envidiaban. Nunca tuvo muchos amigos, un par solamente. Al empezar a trabajar en la fábrica, tres chicos estaban obsesionados con ella. Me decía que pensaba que alguno de ellos era el indicado... Pensé que alguno de ellos pudo haberle hecho daño, pero después crecieron a ser grandes hombres. Un futuro médico, un ingeniero y el shérif del pueblo. No quería creer que ellos le hicieron algo malo a mi pequeña.

-¿Sabe dónde fue enterrada Brenda? Quisiera darle mi respeto -agregó al final al notar la confusión en la cara de la señora Allison.

-No lo está. Fue cremada -informó la anciana. Sam suspiró, eso complicaba las cosas. El castaño estaba seguro de que el espíritu de Brenda era responsable de esas muertes, y que estuviera cremada significaba que se aferraba a otra cosa, no su cuerpo. Maldijo internamente, luego sonrió a la mujer.

Después de otras preguntas rutinarias como los puntos fríos en la casa, los cortocircuitos de algunas luces o alguna otra cosa rara en la casa de los Allison, Sam entró al auto clásico sin saber a dónde ir. La señora Allison le dijo que nada anormal o fuera de lo común había ocurrido en su casa, por lo tanto se la descartaba como posible víctima.

Giró las llaves arrancando el motor y condujo hasta la morgue. Necesitaba ver los cuerpos de las dos víctimas antes de ir con sus otros dos hermanos a solucionar todo el asunto. Quería comparar las heridas y tal vez encontrar alguna pista clave en ellos.

(...)

Dean y Lily entraron a la comisaría. No era muy espaciosa, unos cuantos escritorios repartidos por el lugar y una secretaría a un lado. El mayor se acercó a esta con una sonrisa, la cual surgió al ver a la morena detrás del mostrador. Lily rodó los ojos divertida, no podía creer que durante el trabajo Dean se manejara con conseguir chicas.

-¿Puedo ayudarle en algo, señor? -preguntó algo sensual la morena.

Lily apareció en escena, haciendo que Dean se incorporase más contra el mostrador y borrando la sonrisa al ver el regaño en los ojos de la rubia. La morena también se tensó ante la presencia de otra mujer con el guapo muchacho.