Capítulo Cinco

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No creí que pudiera llegar a cruzarme con nadie por la hora que era pero me había equivocado. Había sido estúpido y arriesgado venir al cementerio y aun así sabía que lo había hecho porque lo necesitaba. Necesitaba antes de empezar ver a mi padre, pedirle disculpas.

Por suerte el muchacho que me vio no me había reconocido. Sin embargo algo en él me llamo la atención e hizo que me ocultara tras la estatua de un ángel guardián unos cuantos metros más allá. Se detuvo frente a la tumba de mi padre. Inconscientemente hice dos pasos al frente saliéndome de mi escondite; no podía entender que hacía allí, su cara no me sonaba en absoluto familiar. Se agacho y supe que había tomado mi nota en sus manos. Quería gritarle y decirle que la dejara en su lugar, que no se metiera en la vida de los demás pero simplemente volví a esconderme cuando un segundo hombre se le unió y le arrebato el papel. Una cosa era una persona observando algo que no debería importarle, otra lo eran dos, y en ese momento supe porque el primero había llamado mi atención. No tenía nada que ver con que fuera joven o relativamente atractivo, sino con ese aire autoritario que ahora podía conectar con el trabajo de un policía. Quizás más con el de un detective y eso explicaría porque no llevaban uniforme ninguno de ellos.

Los mire una última vez para asegurarme que no me habían notado ni que estuvieran girados en mi dirección, y salí rápidamente de donde estaba y camine hacía la salida. Realmente esperaba que solo se tratara de ellos dos y no hubiera nadie más buscándome porque si no de otro modo mi investigación terminaría antes de empezar.

Y eso no era algo que quisiera. Menos cuando había quedado en reunirme con mi hermano en dos horas. Ahora temía que eso tampoco fuera seguro, especialmente para él, pero no podía cancelarlo. Necesitaba hablar con él para que me ayudara con la investigación y necesitaba dinero. La plata que Ethan me había dejado ya casi se había acabado, ahora que había alquilado un coche, e iba a necesitar más. Estaba falta de ropa, comida y un lugar donde quedarme. Un motel no sería caro pero no iba a alcanzarme con lo que llevaba ahora en el bolsillo.

Vería a mi hermano, costara lo que costara. Aparte lo extrañaba y deseaba verlo más allá de todo lo demás.



El Parque Golden Gate seguía igual de hermoso que la última vez que había estado allí. Incluso creía que ahora lo estaba mucho más que antes. Intentando que la gente reparara lo menos posible en mi camine hacía "Lloyd Lake", más exactamente bajo el portal del pasado. Había elegido el parque porque era enorme, tenía infinidad de sitios privados y era tranquilo. Aparte lo conocía a la perfección como para poderme escapar en segundos si hacía falta. E incluso con la policía tras de mi les sería imposible cercar todo para atraparme.

Me había perdido admirando la belleza del lugar, el agua...cuando algo se movió detrás de mí.

_ ¿Alex?

_ ¡Lyo!- exclame y me abalance sobre él para abrazarlo- Te he extrañado tanto

_ Pero si me viste hace dos semanas

_ Exacto. Estoy acostumbrada a verte una vez por semana. Y de todos modos, era esto lo que más extrañaba- le dije y volví a abrazarlo. En el penal estaba prohibido tocarse de modo que no habíamos podido abrazarnos en mucho tiempo- habíamos incumplido las reglas un par de veces pero esto era completamente distinto. Se sentía cálido y real-.

_ Siempre exageraba hermanita, siempre

_ Me amas, admítelo

_ Claro que lo hago, no me queda otra- contesto

_ Déjame mirarte- le pedí

_ Todo tuyo- dijo y extendió sus brazos como exhibiéndose mientras daba una vuelta

FugitivaWhere stories live. Discover now