Capítulo Once

185 16 0
                                    


Cuando sentí la bala impactar en mi cuerpo pensé que no volvería a ver el sol salir nunca más. Durante los años que había estado en la cárcel había vivido demasiadas cosas desde ser apuñalada, a ser casi asfixiada y torturada. Pero nada de todo eso podía compararse con el dolor que sentí cuando la bala entro y se quedó alojada dentro. Ese disparo me había derribado completamente.

No tenía idea como era posible que aun siguiera viva pero estaba segura que lo hacía, me sentía terriblemente dolorida como para que esto fuera el cielo. Quería abrir los ojos y asegurarme pero tenía miedo de hacerlo y darme cuenta que estaba de nuevo en prisión. Eso sería peor que morir después de todo y estaba segura que era a lo que tendría que enfrentarme. No había forma de que Shane me hubiera dejado escapar esta vez y menos de que estuviera viva sin asistencia médica. Estaba de nuevo en prisión o a punto de volver a estarlo cuando me repusiera y no quería abrir mis ojos para ver nada de eso. Si fuera posible me quedaría en este momento, suspendida entre la conciencia y la realidad. Recordando los momentos breves y bellos que había vivido fuera de las paredes de Zergat e imaginando como habría sido mi encuentro con mis viejos amigos. Ya no tenía miedo a lo que pudiera pasar una vez que nos reencontráramos y vieran que había cambiado, ahora solo quería que volvieran a formar parte de mi vida por más que su mirada hacía mi cambiara un poco.

Me obligue a ser fuerte y abrir los ojos, pasara lo que pasara era una chica dura y podría sobrellevarlo. O eso creí.

De todos los lugares en los que pensé que estaría jamás imaginé que sería en uno de los cuartos del motel. Reconocía el sobrio diseño y la vista que me proporcionaba la ventana del segundo piso. Seguía viva y estaba libre, o al menos lo estaría si me levantaba ya y me iba antes de que el detective volviera y me arrestara como había estado a punto de hacer la última vez. Mire mi ropa y me di cuenta que aún tenía los short que llevaba cuando me dispararon pero la remera había cambiado. Claramente era de hombre y me quedaba holgada.

Pararme fue un trabajo casi imposible ya que al más mínimo movimiento me tiraba la herida pero no podía permitirme desperdiciar tiempo. El dolor era insoportable y tenía que hacer un gran esfuerzo por reprimir las lágrimas pero no pensaba darme por vencida ahora. Llegue a la puerta y estaba cerrada. ¡Mierda! Shannon no era tan estúpido después de todo. Mire la ventana y calcule las posibilidades que tendría si bajaba por ahí. Cero, estaba demasiado lastimada como para conseguir escapar de una caída así.

Estaba a punto de volver a la cama, para pensar desde ahí que haría, cuando Shane entro trayendo dos tazas humeantes y una bolsa con lo que olía a facturas. Estaba muerta de hambre, ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había comido?

_ ¿Qué haces levantada?- pregunto y dejo todo en la mesita al lado de la puerta y se me acerco. Sabía que no me haría daño pero aun así hice dos pasos para atrás y él se quedó quieto

_ Solo quería ayudarte a volver a acostarte- dijo y miro para otro lado intentando ocultar la mirada ofendida en su rostro

_ ¿Por qué no estoy presa?- pregunte

_ Porque nunca di el aviso de que te había encontrado- contesto

_ ¿Por qué?

_ ¿Por qué me salvaste?- pregunto sin molestarse en responder mi pregunta primero- Ese disparo era para mi

_ No lo era, tu solo estabas en medio- respondí- Te dije que no podías arrestarme en ese momento pero no me escuchaste. Si solo te hubieras ido o hubieras esperado un poco más para querer hacerlo, a lo mejor hubiera sabido quien es el que ha estado intentando matarme.

FugitivaWhere stories live. Discover now