Capítulo Veintidós

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Acabábamos de tener a un hombre con un arma mientras cerrábamos el cordón para atrapar a Alexa cuando llegamos donde ella estaba y vimos la situación. Su hermano yacía muerto a su lado. Su hermano la había traicionado y ella parecía destruida. Completamente pérdida. Se lo que podía parecerles a mis compañeros la situación pero yo sabía que no había forma de que ella lo hubiera hecho. Contra toda lógica me acerque y la aleje del cuerpo de Lyov. Tendría que haberla detenido ahí mismo pero no lo hice, simplemente la abrace intentando juntar todas las partes que parecían desmoronarse en su interior. Sé que no se dio cuenta que era yo pero no me importo, quería estar ahí para ella.

Luego de que se llevaran a su hermano, la trasladamos a comisaria. No había querido ponerle las esposas pero lo había hecho para mostrarme lo más profesional posible. Alex me necesitaría para salir libre.

Con ella en una celda hable con el Capitán y le conté absolutamente todo- excluí los detalles que me hacían lucir como un idiota y los momentos íntimos-. Presente la grabación que Alexa había hecho y pedí que se la liberara lo antes posible. Me advirtió que recibiría una sanción por mi pésimo desempeño en este caso pero que haría todo lo posible para exculparla.

Con eso medianamente resuelto, fui a ver como estaba Alex y a contarle las noticias. Cuando llegue estaba acostada mirando el techo. Apostaba que estaba despierta pensando en todo lo que había pasado.

_ ¿Cómo estás?

_ Mejor imposible- respondió con sarcasmo sin moverse.

Mi pregunta había sido idiota así que simplemente decidí contarle cosas en lugar de que intentara hablar.

_ Tu abogado viene para aquí, y tus amigos...

_ Genial

_ Si todo sale bien pronto podrías estar libre, verdaderamente libre

_ Genial- volvió a repetir y no lo aguante más. Abrí la celda y me senté en la cama con ella.

_ Lo siento

_ Y yo. No paro de pensar en todas las cosas que podría haber hecho distintas para que esto no terminara así

_ No lo hagas. Solo te castigas y no cambiara nada.

_ No me queda nadie- dijo de repente en un sollozo

_ Claro que sí. Tienes un abuelo, a tus dos amigos de toda la vida, a Naia que también viene para acá. A Ivo. Y...

_ ¿Y?- pregunto y por primera vez desde que había pasado lo de su hermano realmente me vio

_ Y me tienes a mí- le confesé- Creo que me tienes desde la primera vez que nos vimos

_ Me gustaría decir lo mismo

_ ¿Pero?

_ Pero creo que solo es por todo lo que hemos vivido

_ Te puedo asegurar que no, tengo claro lo que siento. Lo tengo claro desde nuestro beso en el motel. Puede que tanto antes como después haya estado intentando negarlo pero aun así lo sabía. Apareciste en mi vida y la diste vuelta completamente y nada puede haberme hecho más feliz- le dije he intente acariciarle el rostro pero se alejó.

_ Vete

_ No...

_ Vete- me interrumpió- Si te importo vete, ahora mismo no puedo lidiar con nada bueno o malo. Necesito tiempo y espacio y superar todo sola. Si en un mes no estoy presa y aun me quieres... Búscame

_ Voy a buscarte aunque lo estés- le respondí y me fui. Me hubiera gustado que me dejara quedarme, que me dejara cuidarla pero me obligue a darle el tiempo que me pedía. Sabía que sus amigos estarían con ella así que no iba a volverme loco. Me ocuparía de liberarla y luego de enamorarla y hacerla feliz. Se lo merecía.  

FugitivaWhere stories live. Discover now