11

918 99 61
                                    

Meses, han pasado meses desde el incidente del búnker. No me dolió tanto que me echaran del búnker, sino perder todo el contacto con Dean; él me dijo en una ocasión que éramos familia y según he leído, visto y escuchado así no es como te trata tu familia. He cometido errores como todos en este mundo y me he dado cuenta de que no soy tan perfecto como creí durante milenios. Los Ángeles pueden caer, y caerán algunos antes y unos después: algunos por rebelarse contra el cielo, otros por codicia como Baltazar, otros por envidia igual que Lucifer y otros como yo, por haberse enamorado de un humano.

Los días siguen pasando igual de lentos. Es gracioso eso de la perspectiva del tiempo ahora siendo humano. Cada segundo que pasa me siento más cansado, más triste.

Pero parece que Padre ha escuchado mis lamentos porque Dean me buscó y me encontró. Sus ojos al verme brillaban de una forma excepcional. No lo pude ver mucho ya que mis lágrimas me estaban cegando en ese momento.

Al abrazarme todo lo malo se fue; estar en sus brazos es mi hogar y nunca lo había sentido tan claro.

Me llevó con él, pidiéndome perdón, diciendo que me extrañaba. Al escuchar y al decir yo mismo yo también, sentí que me saqué un gran peso de encima. Podía notar su arrepentimiento, pero no quería verlo tan triste pues es algo que simplemente me rompe el corazón de la peor manera imaginable, peor que las torturas en el cielo.

Entonces acepté; no sólo a ir con él al búnker, sino también a estar con él hasta que la muerte nos separe.

Fue una ceremonia entre nosotros. No necesitábamos algo grande. Sin embargo estaban Donna, Claire, Sam, Garth, Hanna y los demás de nuestro círculo de amistades. El círculo que nos apoya, los que siempre estarán con nosotros tanto en las buenas como en las malas.

Sorprendentemente, Claire se mostraba contenta- finalmente creo que ya no hay odio en su mirada cada vez que me ve. Es más, fue una de las personas que más se puso feliz al saber de lo mío con Dean, al igual que Sam.

Ahora me puedo relajar en mi paraíso personal como me gusta decirle a los brazos de Dean.

Te amo fueron sus últimas palabras a los 75 años de edad. Murió de cáncer, una forma para nada sobrenatural como él siempre pensó que moriría.

No duró tanto mi pena porque morí unas semanas después, precisamente de pena.

Ahora estamos juntos en nuestro cielo personal, jóvenes sin dolor, jóvenes simple y eternamente juntos.

-----x-----

Espero que les guste. Quise probar algo distinto en mi forma de escribir. Esta idea se me empezó a producir en la cabeza mientras esperaba a mi profesor de matemáticas. Si les gustó háganmelo saber con un voto para que más gente los lea *-*
Nos leemos luego mis abejitas.

I need uWhere stories live. Discover now