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Un pequeño niño de ojos azules, los más azules que se pueden ver en la vida, iba corriendo a su casa con lágrimas en los ojos. No podía soportar más burlas en clase. Él quería, necesitaba, cierto lugar tranquilo, ¿y qué podía ser más tranquilo que su casa cuando nadie se encontraba en ella?

No podía permitir más burlas a costa de su familia; su familia era normal - iban a las reuniones de padres y maestros como los demás, de vez en cuando hacían una barbacoa en su terraza, celebraban la Navidad e incluso iban a la iglesia los domingos, aunque esta última no era una de sus actividades favoritas, pero iba por su padre. Él prefería estar al aire libre  buscando abejas para su colmena en construcción y para poder tener miel fresca todos los días, lo que sin duda era el más delicioso manjar.
Después de tanto pensar decidió ver un capítulo de su serie favorita, Merlín. Pero cayó en un profundo sueño después de unos minutos.

Dean había llegado a casa después de una tarde ocupada en las restauraciones de autos.  Subió a su habitación y al entrar vio a Castiel cabizbajo.

-¿Cas, estás bien ?

-No. No, Dean, no estoy bien.

-¿Qué fue lo que pasó?

-Llamaron de la escuela, otra vez.

-¿Qué fue lo que hizo Jarsen?

-Se fuego de clases otra vez.

-¿Sabes, Cas? Es algo completamente normal. A los niños no les gustan las clases. De vez en cuando yo también me escapaba.

-Esto no puede seguir así Dean, tenemos que hablar con nuestro hijo.

Dean y Castiel entraron en la habitación de su hijo Jarsen; lo encontraron hecho bolita y llorando. A ellos les afectaba un mundo entero ver sufrir a su hijo. Lo tenían desde que tenía 4 meses de edad, lo adoptaron después de descubrir que él fue el único sobreviviente de un devastador incendio que terminó con su familia. Pero no lo adoptaron por la triste historia que lo acompañaba, sino por el hecho de compartir algunos rasgos que ellos mismos tenían; los ojos y sonrisa de Castiel y la cabellera y pecas de Dean.

-Hijo - Castiel fue el primero en llegar a su hijo, Dean se sentó al otro lado de su hijo.

-Jarsen, nos llamaron de la escuela para informarnos de que te fugaste de algunas clases durante la semana. No te vamos a castigar por las fugas ni nada de eso, solo queremos saber por qué lo has hecho.

-No quiero hablar de eso. ¿Qué hay de cenar?

-¿Alguien te está molestando? Si es así podemos hablar con el director.

-A  mí no me están molestando... solo no entiendo por qué algunos de mis compañeros no aceptan de que tenga dos padres y no una madre y un padre. Se burlan y no me gusta que se metan con mi familia... ustedes se aman más que otros padres de mis compañeros. Hay gente a la que esto les desagrada y eso me molesta mucho. Yo soy el blanco de burlas y de preguntas que no me interesan contestar, es por eso que prefiero saltarme algunas clases.

Dean apretó los puños mientas abrazaba y besaba a su hijo, mientras Castiel tomaba las manos de su hijo y entre los azules se intercambiaron algunos sentimientos sin la necesidad de decir palabra. El primero en hablar fue Dean.

-No tienes que tomar importancia de lo que los demás digan de nosotros. Hemos estado lidiando con eso desde antes de que nacieras. En esta sociedad hay personas que nos apoyan y otras no, pero lo más importante es que tú seas feliz. Tú eres una parte fundamental de mi mundo y si las personas te molestan porque  no pueden soportar la idea de que uno de sus compañeros sea hijo de un matrimonio gay...he de decir que el comentario no me hace gracia. Pero tienes que pensar que tus padres son felices, que tú nos haces felices y si tú terminas teniendo novia o novio nosotros vamos a estar muy contentos y te apoyaremos en todo. Tú y tu padre me hacen feliz y no las opiniones de los demás.

-Pero papá, ellos nunca entienden.

En ese momento Cas fue y le contó todas las historias que había pasado con su padre. Le contaron cómo se conocieron en la realidad, cuál era su modo de vivir por un tiempo sin que él estuviese. Castiel le contó que nada de lo que dijeran sería tan terrible como todo lo que sufrió cuando intentaron torturarlo por querer a su padre.

Jarsen entendió que nada era tan fuerte para romper el amor de sus padres, el vínculo más irrompible que se encuentra en este mundo. Si el mismísimo abuelo Dios no les dijo nada porque su padre Cas quisiera estar con su padre Dean, lo que opinaran sus compañeros no era nada.

Los tres terminaron comiendo pie mientras veían una película que eligió Jarsen. Una tarde familiar que terminó con los tres dormidos en el sofá.

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Gracias por leer abejitas. Es muy probable que el próximo shot sea de Sam.
Nos leemos luego.

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