Capítulo III

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- Todo va a estar bien... -me repetía Chloe.

Habían pasado unos minutos desde que mi mejor amiga había dejado la habitación. No podía evitar sentir estas ganas de golpearme incontrolablemente. Todo esto era mi culpa. Sabía que mis palabras la lastimarían y aún así dejé que salieran de mis labios. Ella tenía razón al estar enfadada, pero también tenía que entender que sufrí mucho cuando perdí a Chloe, y no quería sufrir eso de nuevo. Quería recuperarla, y Kendall tenía que aceptar que no dejaría que se fuera. Y si de verdad me quería tanto como decía, entonces lo haría. Y solucionaríamos todo.

Sin embargo, eso no quitaba el hecho de que me sentía horriblemente mal, justo ahora. La camiseta de Fifth Harmony de Chloe estaba ya empapada con mis lágrimas, y seguro mi rostro ya estaba tatuado en ella porque mi cara no salía de su pecho.

- Ven, Madd -me murmuró Chloe mientras me llevaba aún abrazada hasta el sofá.- Así estás más cómoda.

Inconscientemente sonreí entre mis sollozos.

- Lamento todas las cosas que te dijo -hablé al fin- No sé por qué estaba tan molesta.

- Ella quiere protegerte, Madd. Y eso es perfecto, deberías apreciarlo -dijo ella. Realmente tenía sentido.

- Pero eso no excusa que te haya dicho todas esas cosas...

- No hay nada de lo que me haya dicho que yo ya no supiera.

- Eso no es justo, Chloe. Tú no tenías la culpa. Tu madre tomó una decisión apresurada y tú tuviste que seguir sus ordenes...-prácticamente me decía esto a mí misma- Hiciste lo correcto.

- No estoy segura -dijo ella, bajando el tono de su voz.

Levanté mi rostro de su pecho, busqué su mirada pero ella seguía con la vista baja. Hasta que levantó la mirada. Sus ojos estaban cristalinos, llenos de lágrimas. Podía ver culpa en ellos. Pero antes de que pudiera decir algo, Kalani irrumpió en la habitación.

- ¿Maddie? Pequeña ¿Qué sucede? ¿Por que llo- -creo que en ese momento fue que notó la presencia de Chloe- Chloe... Vaya, mírate. ¿Cómo estás?

- Estoy bien, gracias Kalani. También es un gusto verte. -respondió Chloe, gentilmente.

- Bien. Ahora sí. ¿Qué sucede Maddie? -preguntó de nuevo Kalani, sentándose junto a mí. Miró hacia los lados buscando algo o a alguien, y casi sabía quién era- ¿Y dónde está Kendall?

En ese momento me quebré de nuevo. Era típico, ¿no? Como en las películas, cuando una pareja termina y la chica queda destrozada y cuando le preguntan por el chico ella se rompe de nuevo.

Así me sentía yo justo ahora.

Había discutido con Kendall antes, y como Chloe dijo, siempre lo solucionábamos. Pero esta vez era diferente. Realmente sentía el corazón roto. Pero una vez leí que esto no es un corazón roto, es solo una grieta más en él. También leí en otra parte que nadie es capaz de salvar a un corazón roto, salvo la persona que lo rompió. Pero en este caso no sentía que Kendall haya roto mi corazón. Creo que lo hice yo misma.

Chloe se encargó de contarle la historia completa a Kalani ya que cada vez que yo lo intentaba mi voz se quebraba y era realmente vergonzoso. Ella aún me tenía sujetada en sus brazos, y definitivamente había manchado toda su camiseta. Pero me sentía muy bien estando ahí. Chloe siempre había sido buena consolándome. Como Kalani era buena alentándome y haciéndome sentir mejor. Y Kendall... Bueno. Con el simple hecho de que ella estuviera ahí conmigo me calmaba.

An Ordinary Girl (Malani)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora