Capítulo 13

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Dos días antes de cumplir mi séptimo mes de embarazo usé el permiso que Frank me había dado para invitar a Lindsey a casa. Fue después de una ecografía a la que ambos habían asistido conmigo. Vimos a mi pequeña y el doctor dijo que era asombroso lo bien que iba todo, que realmente estaba sorprendido porque al parecer no todos los embarazos de los tipos como yo estaban saliendo bien. Quiso hablar de eso, pude notarlo, pero yo no dejé que lo hiciera. Realmente no tenía ganas de reventar mi burbuja de felicidad con historias que estaban alejadas de mí, que posiblemente nunca iba a tener que experimentar si todo seguía yendo tan bien como hasta ahora. Con nuevas recetas y la nueva ecografía en manos de Frank nos fuimos de la clínica, y nos trajo hasta casa.

Decía que tenía que darse una ducha porque después de eso tenía que volver al trabajo. Así que nos besamos los labios y él se fue a encerrar a la habitación, y yo me quedé con Lindsey. Siendo observado una forma tan jodidamente extraña que no pude evitar reír.

— Me encanta como lucen juntos —dijo ella en un susurro.

Yo sonreí brillantemente.

— Tengo algo de hambre —murmuré acariciando uno de los costados de mi gigantesco vientre—, ¿se te ocurre algo para comer?

— Será algo súper sano. Escuché al doctor, Gee. Tienes unos kilos de más y podría ser peligroso para ustedes dos —realmente había algo de burla en su voz. Puse los ojos en blanco y desde la parte inferior de la despensa saqué una lata de atún.

— Pica algo de lechuga y hagamos una ensalada entonces —dije con los labios fruncidos en una mueca enteramente infantil.

Ella rió entre dientes y como si estuviera en su propia casa comenzó a moverse por la cocina. Decidí tomar asiento mientras le veía hacer, era totalmente inútil de todos modos. Ya demasiado lento y aparatoso como para compartir la cocina con ella. Mientras bebía un vaso de agua fría sentí los incómodos movimientos de mi hija en mi interior, y no pude evitar sonreír. Era tan mágico todo.

— De todos modos... —murmuró ella luego de un rato— Es normal que subas un poco de peso, no te sientas atacado. De seguro cuando mi ahijada nazca bajarás de peso en poco tiempo.

— Eso espero... no quiero ser una vaca por siempre —bufé entre dientes—. Aunque se siente lindo tener una criatura aquí dentro... Frank es realmente tierno, ¿Sabías?

Era plenamente consciente de mi embobada sonrisa.

— Hablando de Frank, ¿Entonces es cierto?

— ¿El qué?

— Que están durmiendo juntos.

Mi respuesta no tuvo que ser verbal, mi torpe asentimiento con el rostro totalmente rojo fue más que suficiente. Ella volvió a reír, y realmente podía culpar a las hormonas del embarazo por mi estúpido nerviosismo con respecto a todo. Dejé ir un suspiro y luego de mordisquear mis labios hablé.

— Hace algunas semanas... es que guardó todas sus cosas en cajas para dejar una habitación espaciosa y luminosa para el bebé... y era totalmente tonto que tuviera sus cosas en cajas en su propia caja así que... como de todos modos estábamos durmiendo juntos le sugerí que usara esa habitación para sus cosas yo me mudara definitivamente a su cama y, bueno, creo que le agradó la idea —reí entre dientes, ella reía también—. Es súper cálido, ¿Sabías? Además le gusta abrazarme por la espalda y todo el tiempo me está dando caricias en el vientre. Es tan lindo.

— Y tú te escuchas tan enamorado —ella se burló—. ¿Entonces ya son novios?

— No... pero no tenemos prisa. Quiero decir, en otras cosas hay bastante presión ya y... está bien. Yo estoy bien así y él también. No quiero que se sienta amarrado a mí o algo así... no quiero incomodarlo, y, uh... quizás le interesaba alguien antes y... no quiero arruinar eso.

Gerard ・ frerardWhere stories live. Discover now