Capítulo 20

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Todo está dependiendo de los movimientos de Jack en éstos momentos, si él llega a hacer alguna estupidez, todos estamos muertos, literalmente.
Me siento mal por haberlo tratado de aquella forma, pero ¿cómo se atreve a buscarme de tal manera y a reclamarme algo que ya habíamos terminado? Y el lo sabía, por que todo fue su culpa y no mía, quizá suene egoísta pero no fui yo quién se apoderó de su vida, e hizo borrar todo recuerdo, y sueños que tenía, sin dejarlo decidir por si mismo, sin dejarlo vivir su vida, no fui yo quien lo ha ocultado todo.
Me hierve la sangre tener que recordarlo, así que mejor recuerdo lo que dije: disfrutaré el poco tiempo con Jacob, estoy enfadada porque estábamos en una escena muy buena hace un momento, así que... ¿dónde estábamos? 

-Jake -lo miro juguetona y de pronto me sorprendo por mi nueva actitud, él me mira con recelo y confundido, lo entiendo. ambos estamos sentados y acurrucados en el sofá, aún con nuestras batas, desde que Jack se fue hemos estado en un silencio pero no era incómodo, ambos estábamos pensando en como salir de ésta.

Al parecer entiende mi actitud juguetona, y decide seguir la corriente, me sonrie, toma mi rostro con una mano y me besa con ternura.

- Ahora no, nena -me dice en tono burlón

- ¿Perdóname? -me río sarcásticamente-

- Vístete, iremos a un lugar -me guiña el ojo y se levanta.

¿Dónde iremos? No lo sé. ¿Es seguro? A eso si le tengo una respuesta: No. Pero creo que estaremos a nuestra suerte.
Me pongo un vestido suelto de color rosa pastel, se confunde con mi piel, es muy bonito, me llega a las rodillas, me pongo unas sandalias de color negro, y arreglo un poco el cabello con las manos, me pongo algo de perfume y me siento de nuevo en el sofá esperando a Jacob.
Levanto la vista y lleva puesto una camisa mangas largas negra, tiene dos botones superiores desprendidos, un pantalón de vestir color negro, zapatos relucientes y negros, su cabello está algo alborotado y lo deja sumamente irresistible, huele a menta como siempre, verlo así me vuelve loca, está precioso, solo quiero cargarme encima suyo y besarlo, pero me controlo. Me mira fijamente y me ofrece su mano, la tomo y me levanto, me toma por la cintura, acaricia mi mejilla y me sonríe tan dulcemente.

- Eres hermosa, cariño -me besa los labios, y siento que me derrito en sus brazos.

- ¿A dónde vamos? -le pregunto con una sonrisa

- Cierra los ojos -me pide y yo frunzo el ceño- Hazlo, nena -me sonríe, entonces hago lo que me pide. Me lleva hacia un lugar, de pronto he perdido la dirección, solo fue un momento rápido.

- Ábrelos -me dice y cuándo los abro, estoy en un lugar fascinante, alucinante, hermoso... Romántico. 

Me río de la emoción y cubro mi boca con ambas manos, miro a Jacob, quien está mirándome de una forma tan dulce, lentamente recobro la compostura y desaparece mi risa y solo quedo con una sonrisa en mi rostro. Me quedo un momento admirando lo que veo: no sé cómo explicarlo, todos decimos que el cielo es un lugar infinito imposible de alcanzar, pero en éste momento puedo decir que estoy en el cielo, veo millones, millones y millones de estrellas, veo algunas estrellas fugaces pasar cada minuto, ésto es simplemente hermoso, hay un silencio perfecto, estamos solos, él y yo, y parece haber un horizonte dónde hay un pequeño tono naranja ocultándose, es igual a un atardecer despidiendo el día, es alucinante, solo es cielo, nada más.

- Annie -me llama por mi nombre, y cuándo lo miro, tengo que bajar mi vista hacia él, ya que se encuentra arrodillado sobre una rodilla, ofreciéndome una mano para poder tomarla. Mi expresión es de asombro y confusión ¿qué demonios hace en ésta posición? Lentamente me acerco a su mano y la tomo, él la aprieta con suavidad,  luego besa mi mano, y acaricia mi mano por su rostro, lo que me conmueve. 
Suelta mi mano, y saca una cajita cubierto con un material de terciopelo negro de su bolsillo y yo hago una O perfecta con mi boca de la sorpresa ¡OH, NO! Me cubro la boca con la mano y el sonríe.

- Te he esperado mucho tiempo, me he enamorado de ti desde el primer momento en que te vi, siempre te amé, y lo hago con fervor hasta el día de hoy, y lo haré siempre, no importa dónde te encuentres, o dónde me encuentre yo, nuestras almas estarán eternamente juntas -mis ojos se llenan de lágrimas al escucharlo, entonces abre la cajita negra y hay un hermoso anillo de compromiso, el anillo tiene una piedra de diamante negro, tiene una ligera forma de corazón- Hazme el fabuloso honor de ser mi esposa, Lilith -me ha llamado por mi verdadero nombre, pero no es eso lo que me hace derramar lágrimas de emoción, ¡me ha propuesto matrimonio!

- Si -le respondo, entonces él se levanta y en su rostro se muestra una expresión de agradecimiento sincero, me besa con dulzura y cuándo abro los ojos, una lágrima corre de sus ojos y me sorprendo aún más, me toma la mano izquierda y me pone el anillo en el dedo, lo abrazo.

- Me has sorprendido sobremanera -le digo riendo y llorando a la vez

- Te amo, mi amor -me dice y no puedo resistirlo

- Hazme tuya -le digo mirándolo fijamente, y en su rostro no hay rastro del Jacob juguetón, ni sarcástico, él está tan serio como yo.

- Lo estoy deseando - me responde sin cambiar su expresión seria, entonces empieza a acariciar lentamente mi brazo, y automáticamente, mi piel responde a su tacto, todo mi cuerpo está erizado, ambos nos sostenemos la mirada, y nunca había sentido tanta tensión como ahora, a ésto lo llamo descontrol.



En tus sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora