Silvia y Sofía no dejaban de reír. Les había entrado un ataque de risa incontenible. Iban camino a su habitación cuando vieron que la luz de su cuarto estaba encendida. Las dos se miraron y dejaron de reír. Se acercaron despacio sin hacer ruido para saber quien había entrado a su habitación. Cuando miraron, dentro había una chica bajita con el pelo muy negro y ojos azules. Era bastante mona. De repente las dos amigas se dieron cuenta de quien era: Regina, la que ha llegado hoy al internado.
-Hola guarrilla.-Saludó Silvia aguantando la risa. Aún seguía riendo por la bobada que dijo Sofía por el pasillo.
-Hola chicas.-Dijo Regina.
-Yo soy Sofía, ella Silvia.
-Encantada.
-¿Que haces en nuestra habitación, eh? ¿De quien son esas maletas?-Dijo Silvia haciéndose la mala, de broma.
-Soy vuestra nueva compañera de habitación.-Dijo Regina asustada.
-Que mala suerte, nos ha tocado una novata.-Dijo Silvi a Sofía.
-Tranquilas, no os molestare nada.-Se defendió asustada.
-Más te vale.-Dijo Silvia.
-¡Eso!-Gritó Sofia copiando la actitud de su amiga. Sil la miró algo mal.
-Eh, eh. No te motives chica.-Las dos amigas comenzaron a reír, pero Regina seguía algo incómoda.
Silvia y Sofía se sentaron en la cama de nueva compañera, cada una a un lado. Sin dejar de reírse.
-Tendrías que haber visto tu cara.-Le dijo Sofía a Regina.
-Estás muy asustada.-Dijo Silvia.
-Un poco.-Las tres chicas rieron a la vez.
-¿Queréis uno?-Preguntó Silvia sacando un paquete de tabaco.
-Aquí no se puede fumar, tía.-Dijo Sofía desaganada.
-Que más da, no se enteraran.
-Yo prefiero no meterme en lios hoy, mi primer día.-Dijo Regina.
-Vale...Está bien.-El cigarrillo de Silvia ya estaba casi acabado. Dio una última calada y lo tiró por la ventana. Abrió el armario y cogió una chaqueta.
-¿Donde vas?-Preguntó Sof.
-He quedado con Styles.
-Tened cuidado ¿eh?
-Si mami.-Contestó Silvia ironica. Salió de la habitación corriendo en busca de Hazza.
-¿Siempre es así?-Preguntó Regina.
-Siempre. Pero es maja.
-Si si, como tu ¿no?-Dijo la chica en plan burlona.
Sofía cogió su almohada y golpeó muy fuerte a Regina en la cara. Ésta cayó sobre la cama. Una risa malvada se oyó por toda la habitación.
-Toc, toc.
-Ya era hora.-Protestó Harry.
-Lo siento. ¿Sabes que?
-¿Qué?
-Regina es nuestra nueva compañera de habitación.
-Bueno, mejor. Así la integrais en vuestro grupo ¿no?
-Si, es maja.
Silvia beso a Harry en los labios y se sentó sobre sus piernas. Se separon y se miraron.
-Harry.-Dijo ella mirándolo con una mirada que hacia que confesara.
-Lo siento.
-No pasa nada.-La chica se levantó de sus piernas y se llevó las manos a la cintura.
-No puedo evitarlo. Esta claro que me atraes muchisimo. Eres una chica magnífica, pero...
-¿Quién es?
-Rose, estoy enamorado de ella.
-Pues mal vas si te estás liando conmigo.
-No la intereso para nada.-Dijo Styles compungido.
-¿Crees que no le gustas?
-Pues no.
-Estás muy equivocado.
-No digas bobadas, Wells.
-Me lo ha dicho, se con seguridad que le gustas.
-¿Y aún así te lias conmigo? Eres de lo que no hay, Silvia.-Harry no pudo evitar sonreír timidamente.
-Anda, pero en el fondo me quieres.
-Muchísimo.-Ambos sonrieron. Silvia se dirigió a la puerta y mandó un beso al aire. Salió y Harry quedó en la sala en la habían quedado.
Subió unas largas escaleras a escondidas. Todos estaban dormidos. En cuanto acabaran esas escaleras, estaba su cuarto. Seguro que Sofía y Regina ya estaban dormidas. de repente, al fondo del pasillo, vio un cuerpo. De la mejor persona que ha conocido Silvia en su vida.
Se acercó a él y para no asustarlo le puso una mano despacio en el hombro. Él chico sobresalto un poco.
-Leeyum.
-Vaya, hacia mucho tiempo que nadie me llamaba así.-Dijo él bajito.
-Ya sabes, las directioners somos así.-Silvia levantó un poco los hombros haciendo que Liam la entendiese.
-Siéntate.-Ofreció él. La chica se sentó en el borde de la ventana. Ambos miraban al frente.
-¿Siempre vienes aquí?
-Desde que era pequeño. Una profesora me dijo que viniese aquí a pensar, y desde entonces todas las noches estoy aquí.
-Liam ¿Me haces un favor?
-Claro, dime.
-Enseñame tu poder. Quiero conocerlo todo de este sitio. De los poderes, de mis padres.
-Silvia, yo lo sé todo sobre quiénes han estado aquí. Pero no puedo hablarte de tus padres.
-¿Por qué?
-Bueno ¿Quieres que te enseñe mi poder?-Silvi asintio con la cabeza. No muy convencida, pero si lo decía Liam, ea por qué debe ser así.
De repente el chico se dejó caer hacia delante, haciendo que su cuerpo caiga por la ventana. Silvia no pudo reaccionar. Su corazón se paró y luego latio muy rápido. No podía moverse.¡Se había tirado por la ventana! Cuando volvió a su ser, se acercó a la ventana y miró hacia abajo. De repente el cuerpo de Liam se elevó y se quedó en el aire mirandola.
-Volví.-Dijo gracioso. Silvia a penas podía respirar. ¡Estaba loco! Casi la mata de un susto.
-Ey, Silvia.¡Que estoy aquí!-Dijo Liam buscando la mirada de la chica.
-¿Vuelas?¡Vuelas!
-Se llama levitacion, no confundas términos, Sil.
-¡Mola más decir volar!
-¿Te has asustado? -Preguntó él gracioso.
-¡Mucho!-Gritó preocupada Sil.
-Oh, que mona eres.-Payne agarró los mofletes de la chica haciendo que ella se quejara.
-Déjame.-Silvia le apartó molesta. Luego ambos sonrieron. Ya empezaban a cogerse mucho cariño. Liam es el que menos ha cambiado de los 5. Él sigue igual de bueno y de responsable. Aún que ahora sean la 1 de la mañana y tendrían que estar durmiendo.
-Venga, vámonos. Como nos pillen...
-¿Cuando me lo contaras?
-¿El qué?
-Lo de mis padres.-Dijo Silvia seria.
-Cuando sea el momento. Mira, mañana bajaremos a una biblioteca a la que nadie va y te enseño cosas ¿vale?
-¡Gracias!-Gritó la chica contenta.
-Shh...-Dijo Liam llevándose el dedo índice a la boca. Silvia se mordió un poco el labio. Se acercó a Liam y le beso la mejilla con cariño.
-Gracias, gracias. Te quiero.-Susurro. La chica se fue corriendo.
No sabía la de secretos que podía haber en esa biblioteca.
