capitulo 21

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Caminaba por un pasillo ella sola. Tiene que subir a cambiarsa para poder cumplir con el castigo de los establos.¿Por qué mierdas hay caballos en este internado? En fin todo. Silvia llegó a en frente de su puerta y buscó en su mochila las llaves. No las encuentra.¿Donde las ha metido? 

-¿Buscas esto?-Sil se giró para ver de donde provenía la voz. Su sangre se helo al ver quien sostenía la llave de su habitación. 

-¡Ahhhhhhhh!-Gritó desesperada. Se pegó a la puerta y cerró los ojos con fuerza. Notó su aliento en su cara. 

-No te voy a hacer daño, Silvia. Ten tus llaves.-Extendió su mano para entregarselas. Pero la chica no se movió ni un sólo centímetro. 

Anna se las enganchó a su mano. La joven notó su piel fria y blanca tocar su mano. Silvia agarró las llaves rápidamente y entró a la habitación como una bala. Cerró la puerta tras ella y suspiro aliviada.¿Se está volviendo loca? ¡Si! ¡Está hablando con un fantasma! 

Cerró los ojos y suspiro de nuevo. Los volvió a abrir y frente a ella estaba aquel cadáver esqueletico que tanto le asusta. 

-¿Podemos hablar? 

-¡Déjame en paz!-Gritó exausta. 

-Siempre huyes de mi. 

-¡Eres un fantasma! ¡Estás muerta! 

-Lo sé, pero vengo a ayudarte. 

-¿A mi? No necesito tu ayuda. 

-Si la necesitas. 

Silvia se movía de un lado a otro de la habitación. Le daba miedo esa chica. En realidad no existe. No está ahí. Es tan sólo su imaginación.¿O tal vez no? 

-¿Crees que no existo?-Preguntó Anna. 

-Lo sé. No existes. 

-¿De verdad? Llevas aquí ya unas cuantas semanas para saber que hay gente que vuela y saca fuego de sus manos. ¿Por qué no crees que soy un fantasma? 

-Es demasiado surrealista. 

-Déjame que te ayude y sabrás que esto es verdad. 

-¿No tienes condiciones? 

-Sólo una. 

-Di.-Contestó Silvia más calmada. 

-Confía en mi y haz todo lo que yo te diga. 

-¿Qué quieres? 

-Sígueme. 

El cuerpo de Anna se desvanecio en el aire y desaparició de la habitación. Wells salió asustada de la habitación.¿Aquella chica la iba a ayudar a hacer, qué? 

El fantasma la esperaba al final del pasillo. Juntos atravesaron un largo pasillo hasta llegar a un salón que estaba al lado del comedor. A penas iba nadie. Sólo había una estantería y alguna que otra mesa. 

-¿Recuerdas que no hay información sobre tu padre? 

-Claro, a penas lo olvido un segundo. 

-Pues está aquí. 

Anna se acercó a la chimenea y cogió uno de los libros que estaban encima de ella. Tiró de uno de color azul y el fuego se apagó de repente. Quedaron a oscuras. Sólo se veía la luz que entraba a través de las cortinas. La Doña malota del internado por fin podía reconocer que, está cagada de miedo. Estar con un fantasma en una sala a oscuras las dos solas, le pone los pelos de punta. 

Un movimiento la sacó de sus pensamientos. Las piedras de dentro de la chimenea hicieron un hueco, por el que se podía contemplar un largo pasadizo. 

Fuera de lo comun. (1D)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora