Una segunda oportunidad

Definiendo una amistad... ¿o algo más?

Marinette y Felix se alejaban caminando unos cuantos metros de la zona donde se encontraba la escuela, él planeaba llevarla por un helado al lugar más exquisito de la cuidad. Quería consentirla y que dejara de llorar, que sonriera porqué le dolía tanto verla mal, tan vulnerable. Mientras se dirigían a su destino, ambos empezaron una conversación para tratar de suavizar el ambiente.

-Marinette, ¿te sientes mejor?

-Sí, muchas gracias. Si no hubieras llegado hace un rato y enfrentado a Chloe no se que hubiera hecho. 

-Eres la heroína de París, esa rubia consentida no puede hacer nada contra ti.

-No hablo de eso, sabes que ella es hija del alcalde y si a ella se le antoja puede meter en líos a mi familia o a mi. -dijo Marinette ladeando un poco su cabeza.

-Sí lo sé, ella es una persona muy difícil de tratar, no entiendo como es que era amiga de Adrien -dijo Felix pero se detuvo en seco al darse cuenta de lo que acababa de decir. Acababa de tocar la cicatriz aún abierta de Marinette y lo peor, le dijo que era su amiga tal y como ella llegó alardeando en el salón de clases esa mañana. 

-Ni yo lo entiendo -habló en voz suave, casi como un susurro.

-Discúlpame... no debí haber dicho eso.

-No importa ya. ¿Desde hace cuanto conoces a Chloe?

-Nos conocemos desde muy pequeños, yo soy un año mayor que ella pero cómo mi madre era muy amiga de la suya, nos frecuentábamos seguido y pues prácticamente eramos como familia.

-Ya veo, ¿Y tú también le gustas? -preguntó ella con unos ojos llenos de inocente curiosidad.

-Antes le gustaba, pero afortunadamente como soy una persona bastante reservada y directa, mucho más que mi hermano desde un principio le deje en claro que ella no me interesaba cómo algo más. Me dijo que era una persona muy grosera y que era demasiado cortante, me comparó con Adrien y dijo que él era un mejor partido por el simple hecho de que él la soportaba. Créeme que aún me preguntó como es posible que Adrien le aguantase tanto. Mira llegamos, tienes que probar los helados de este lugar, son fantásticos.

Mientras entraban al lugar, Marinette estaba triste y sumergida en su mente, no entendía porqué Adrien podía llevarse tan bien con Chloe y su hermano era tan diferente.

-¿Ocurre algo? -dijo el tomándola del hombro e invitándola a tomar asiento.

-No es nada -fingió una de sus mejores sonrisas.

-Y bien, dime ¿Que quieres que te traigan? -dijo mientras estiraba una carta de menú bastante curiosa de color rosa con un margen de flores.

-Deja veo -sostuvo la carta en sus manos y quedó impresionada. Todo se veía realmente delicioso.

-¿Que pasa Marinette, no te gusta ninguno? - dijo él mientras buscaba su mirada.

-No es eso, esto se ve increíblemente delicioso. No tengo idea de que pedir... ¡por dios, esto es muy caro! -grito casi cayendo de su silla, pero se reincorporó rápidamente. La pena la estaba matando.

-No te preocupes por el dinero, eso es lo que menos importa. Quiero que comas algo dulce para que vuelvas a tener ese hermoso brillo en tus ojos -dijo Felix con una sonrisa la cual borró rápidamente por que notó que acababa de coquetear con la chica. Miro hacia otro lado esperando que con algo de suerte ella no haya prestado mucha atención a sus palabras.

-¡Quiero este! -señalaba un cono cubierto de chocolate con tres bolas: fresa, frambuesa y pistache.

-De acuerdo. Yo pediré este de vainilla.