Una segunda oportunidad

Nuevo comienzo

Marinette entró a su casa, saludo a sus padres y se dispuso a comer con ellos mientras le platicaban lo atareados que estuvieron esa mañana por tantos pedidos en la panadería. Al terminar agradeció por los alimentos, tomo un paquete de galletas y subió las escaleras para entrar en su cuarto para dejar delicadamente la bolsa donde se encontraba Tikki sobre su cama y se sentó a un lado de esta.

-¡Marinette! me da mucho gusto que te encuentres con mejores animos.

-No recordaba la tristeza hasta que me lo mencionaste -dijo mientras abría el paquete de galletas.

-Lo siento, lo dije sin pensar.

-Descuida, ten Tikki debes comer, nos espera una tarde llena de tarea.

Marinette se quedo en silencio y pensativa por un momento cuando de pronto su celular comenzó a sonar.

-¡Hola Alya! ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue con Sabrina?

-Marinette! ábreme estoy afuera de tu casa.

-¡Vaya!, espera allí, bajo de inmediato -dijo mientras reía al escuchar la respuesta de su amiga.

Bajo rápidamente, abrió la puerta y se encontró con su amiga cargando un pesado libro mientras tenia una enorme sonrisa. Ambas chicas pasaron, Alya saludó a los padres de Marinette y después se dirigieron a la habitación de la chica. Al entrar Marinette se sentó e invitó a su amiga a tomar asiento a su lado.

-Ahora sí, ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue con Sabrina?

-Marinette, lo siento pero me acomodo mejor hablando así. Estoy bien y pues estuvo un poco pesado porque me di cuenta que Sabrina ya tenía hecha su parte cuando llegue a la biblioteca. Me molesté mucho y cuando planeaba irme hizo mil cosas para intentar detenerme.

-Que extraño. ¿Por qué lo haría? -dijo intentando fingir que no paso nada.

-No finjas Marinette, me escape como pude de ella y vi que Chloe te estaba molestando justamente cuando te dirigías a casa, estaba por correr a jalar su cabello de estropajo pero...

-¿pero?

-Vi que apareció un príncipe azul a salvar a la damisela en apuros -dijo Alya con una mirada pícara.

-¡Alya! no digas eso, solo estaba ayudándome.

-Aja, ayudándote. ¿Y dime porque esta tomándote de las mejillas de esa manera? -dijo mientras con su celular se enseñaba una foto.

-Pues... -Marinette tartamudeo un poco.

-¿Y a dónde fueron después de eso? vi que se fueron juntos ¡Y te dio el brazo!

-Sólo fuimos por un helado -dijo nerviosa.

-¿Y cómo es que se conocen tanto? Yo que recuerde recién lo vimos el día que fuimos a la mansión Agreste ¿o a caso me perdí de algo?

-Pues se puede decir que lo conocí por accidente. Nos tratamos hoy más y creo que somos amigos.

-A mi no me engañas, estas ocultado una parte. Pero está bien, me conformo con saber que tuvieron una linda cita -dijo Alya entusiasta, la idea de que su amiga pudiera olvidar la muerte de Adrien para volver ser feliz le fascinaba.

-No fue una cita -dijo girando sus ojos un poco hacia arriba.

-¡Cómo no Marinette, te defendió de Chloe y te llevo por un helado! Nada más faltaba que te trajera a tu casa e intercambiaran números o algo así.

-Pues...

-¡Por dios! ¿Te trajo a tu casa? ¿¡Y te dio su número!? -dijo llevándose las manos a su cara para cubrir su expresión de asombro.