una semana después..

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Después de una semana de estar engordando y llorando como magdalena, tenía que pasar por mi ropa y mis muebles a la casa del maldito. mi ex pasaría después de salir del trabajo a las 5pm aproximadamente para acompañarme junto con mis amigas. Eran las 3 así que decidí que era buena hora para empezarme a "arreglar", me puse una camisa a cuadros en gama de colores oscuras larga, un leggins de cuero y unas tomy negras, me agarre una pequeña pinza de cabello para quitar el capul de mi cara. Me maquille un poco para que no se notaran mis ojeras ni mis ojos hinchados, solo rogaba que él no fuera a estar en el apartamento y que no hubiera cambiado las chapas porque estaría perdida.

A las 4:50pm llego mi ex como siempre tan puntual, nosotras ya estábamos listas para irnos, al Salir deje mi corazón con mis lágrimas en el departamento. Tenía que ser fuerte no me iba a dejar derrotar, ni quebrantar frente a él. En nuestro viaje nadie dijo ni una sola palabra solo se escuchaba de fondo una y otra vez de Manuel Medrano, al llegar me empezó a picar el cuello malditos nervios alejense de mí. Subimos en el ascensor hasta el 4 piso en donde se encontraba nuestro piso, cuando saque las llaves del bolso se me resbalaron. Escuche un ruido dentro del apartamento. Él está ahí ¡diablos!, K tomo las llaves y abrió la chapa eso me tomo por sorpresa, pero lo que me sorprendió aún más fue verlo totalmente ebrio cocinando. Mi corazón dio un vuelco, mis ojos se llenaron de lágrimas. Él se percató de nuestra presencia y empezó a rodar sus ojos hacia todos los lados hasta que se encontraron con los míos, nos observamos lo que para mí fue una eternidad. Su mirada trasmitía dolor igual que la mía. Me gire para irme de ahí, pero mis amigas me hicieron retroceder sabían que después no volvería.

Él: te hice ceviche - cada palabra era arrastrada por la otra. Él me había extrañado tanto como yo, pero no podía olvidar lo que había hecho no quería dar mi brazo a torcer, no podía-.

Cuando puse la vista en su cocina, la cocina que antes había sido nuestra, me di cuenta de los 8 ceviches servidos en la encimera, se me escaparon unas pequeñas lágrimas. Había hecho ceviche todos los días que había estado fuera de casa. Estaba totalmente confundida no quería alejarme de él, no quería estar sin él.

Me encamine hacia mi cuarto con K, L y mi ex me estaban esperando en la portería no quería más problemas. Tomé las maletas que tenía en el último cajón del armario y empecé a meter toda mi ropa en ellas en un tiempo récord. K estaba ayudándome a empacar mi maquillaje y mis accesorios. Alguien abrió la puerta de mi habitación. Era él con lágrimas en sus ojos y una botella de whisky.

Él: por favor no me dejeeeees - una lágrima cayo en su mejilla-.

K: tú la cambiaste no seas cretino -codeé a k, él no estaba en el mejor estado y era mejor no prestarle atención, aunque sus palabras, me hicieron sentirme más mal de lo que ya estaba.

Él: déjame recuperarteee. -se acercó a mí y no me pude alejar lo necesitaba. Me abrazo por casi 10 minutos no queríamos separarnos, pero K trajo un café muy cargado para que se le pasara la borrachera.

Él: regálame solo una noche más, que sea esta. Duerme esta noche conmigo- No pude negarme, era solo una noche y se acabaría todo esto-.

K no me quería dejar, pero finalmente la convencí diciéndole que en su estado temía lo que pudiera pasar, quedamos de vernos a las 6am ella me recogería acá, le di un gran abrazo ella era la mejor amiga que cualquier persona podría tener. Cuando regresé a su cuarto se encontraba medio dormido, decidí ir a ponerme el pijama y a lavarme la cara ¡que esto sea un sueño, que esto sea un sueño por favor! No sabía si sentirme feliz por volverlo a ver o triste porque solo faltaba una noche para volver a la realidad.

Salí del baño y me iba a dirigir a su cuarto, pero recordé que había dejado mi móvil en la otra habitación así que me devolví. Tenía 3 llamadas y un mensaje de mi ex.

Porque nos haces esto, porque me hace esto.

Me sentí fatal, él siempre había estado para mí y esta semana le prometí que no volvería con él, en realidad no lo he hecho, pero eso debe estar pensando.

No incumpliré nuestra propuesta, solo es una noche. Estaba muy ebrio no quería dejarlo solo.

Y no podías llamar a algún amigo para que cuidare de él.

Me haces sentir peor de lo que me siento, no es tan fácil dejar en ese estado a quien amas.

Pero él nunca pensó en ti.

Mañana hablamos, no quiero discutir contigo.

Vale.

Empecé a escuchar mi nombre a lo lejos y decidí que era hora de irme a la cama, él me dejo mi espacio, no se me había acercado y me alegraba porque no hubiese podido contenerme al tenerlo cerca, me perdí en mis pensamientos hasta cuando escuche a un ebrio, pero sexy y tatuado hombre susúrrame al oído un descansa pequeña, te amo.

Me levante a las 4:30am para darme una corta ducha no quería quedarme más acá, los recuerdos llegaban en oleadas que golpean mi corazón contra las rocas y ya no podía soportarlo, le envié un mensaje a k para que no se le olvidara recogerme. Me aliste en un dos por tres para terminar de hacer mis maletas. Escuche un ruido en la cocina y los nervios se apoderaron de mí, no me lo quería encontrar eso tan solo haría esta situación más difícil. Cuando ya faltaban 15 minutos para las 6 empecé a sacar mis maletas mientras el aroma a café inundaba mis fosas nasales. Nuestras miradas se cruzaron por unos largos segundos, pero él agacho su cabeza.

Él: ¿quieres café? - ¿Por qué tiene que conocer mis debilidades? ¿Por qué? Asentí como pude y me senté en la encimera-.

Fueron los 15 minutos más largos de mi vida, gracias a Dios k fue cumplida porque si no estaría muriendo lentamente, ya solo me faltaba mi bolso. ¡donde esta! No lo encuentro, ¡mierda en su habitación!, fui hasta ella rápidamente k me estaba ayudando a bajar el resto de maletas, pero vaya sorpresa él estaba en la habitación.

Él: prométeme que no me vas a olvidar y que vas a pensar en volver conmigo- dijo con tono frío-.

Yo: eso no te lo puedo prometer- dije enrollando mis manos, no sabía que contestar-.

Él: porque maldita sea, cometí un error, pero voy a remediarlo déjame remediarlo- se acercó a mí, pero en un rápido momento me encamine a la puerta de la habitación-.

Yo: no hay nada que remediar a menos que me puedas devolver el corazón que te entregue cuando nos conocimos.

Él: no te lo puedo devolver, pero voy a ganármelo de nuevo, no te das cuenta que no puedo vivir sin ti.

Yo: no lo pensaste antes- dije al cerrar la puerta-.

Él: no me voy a rendir tan fácil- escuche decirle al salir-.

Como pude baje hasta la recepción y me encontré con k, me vio con cara de preocupación y me rodeo con sus brazos, salimos de ese maldito lugar. Fuimos hasta un café cerca, le conté lo sucedido entre lágrimas. Hablamos casi 2 horas hasta que nos dimos cuenta que íbamos tarde para la universidad.

Mi vida, Mi salvación (Editando) Onde as histórias ganham vida. Descobre agora