Capítulo 9

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Muchísimas gracias por darme la oportunidad.

Muchas gracias a cada uno de los que siguen dandome apoyo. Cada una de mis palabras, capitulos o lo que sea es para vosotros.

Un escritor (en proceso), no es nada sin los lectores.

Así que muchas gracias a cada uno de vosotros lectores.

Besos, Nadie10

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-Entonces Bryan es el alfa ahora. ¿Has encontrado ya a tu Luna? Creo que te hace falta- le dije burlonamente.

Me lo estaba pasando demasiado bien. Estaba hecho un cúmulo de emociones que no sabía cómo sacar. Primero se puso furioso por haber aparecido queriendo hablar con su padre, luego su padre le explica que los ayudé, se da cuenta que yo soy la Zara de la que alguna vez oyó hablar y finalmente le saco de su casillas recordándole que yo soy su alma gemela.

-No aun no la encontrado. Cabe la posibilidad que sea una mujer débil y buena para nada- me devuelve con una tirana sonrisa en sus labios.

Si cree que me voy a ofender o le voy amontar un numerito se equivoca.

-¿Estás seguro que te van las mujeres?-le pregunto con la más inocente sonrisa.

Ahí sí que no aguanta y me empotra fuertemente contra la pared. Solo somos yo y él. No importa la mirada de confusión de su padre ni nada.

-No aguanto que me hables así mujer. Ya te lo dije una vez y no lo volveré a repetir- me dice con el brazo en mi cuello.

Si que me acuerdo perfectamente de aquellas hermosas y alentadoras palabras que me dijo, pero no le voy a dar el gusto de verme decaída. No hay nada por lo que recaer.

-Oh cariño. Yo también creo recordad decirte que no soy la típica mujer que se somete ante un hombre. No quisiste escuchar mis explicaciones y tampoco me trataste de la mejor manera. ¿Crees que es así como se trata a tu compañera eterna?- le pregunto ahora con furia.

-¿Y quién dice que eres mi compañera eterna?- las facciones de su rostro ni siquiera se han inmutado, pero puedo notar su corazón latiendo enloquecidamente.

Sé que lo quiere. Su lobo está loco por marcarme, pero su ego de hombre no le permite sentir que su mujer tiene todas las de ganar.

Me suelto un poco para inclinar mi cuello, con un movimiento seductor. Hay confusión en sus ojos. Noto su voluntad de marcarme mientras mira mi cuello y traga. Tengo ganas de decirle que no me gustan los tríos, que el autocontrol sobra. Pero no así será como se arreglen los asuntos.

No solo debe tratarme a mi bien, sino que debe aprender a respetar a todos los seres.

Oímos un fuerte carraspeo por parte del señor Daniel. Bryan no hace caso alguno, y afloja su brazo para acariciar mi cuello hasta llegar a mi mandíbula.

Siento una necesidad de cerrar los ojos y deleitarme de sus suaves caricias. Parece imposible que unas manos tan grandes y ásperas como las suyas sean capaces de acariciar con tal suavidad.

Miro sus ojos y están ardiendo de lujuria. Quiere dejarse ir. De verdad lo quiere, pero parece que en su interior hay algo mucho más fuerte.

-¿Qué es lo que ha pasado exactamente?- nos pregunta el señor Daniel.

No decimos nada y lo miramos. Me giro por un momento para mirar a Bryan. Le indico con un leve movimiento de cabeza que sea él quien hable con su padre. Quiero saber con qué mentira le va echar en cara ahora.

Se aclara la garganta y lo mira fijamente.

-Padre, verás...Para mí Zara es mi compañera- me mira incómodo mientras yo salto de alegría. No me ha negado- Pero tenemos algunos asuntos que arreglar.

Su padre lo mira indescifrable, mientras cruza los brazos en sus pecho.

-¿Asuntos que arreglar? ¡Por favor! Es tu compañera no hay nada que comprender. Solo hay que dejar que todo fluya no tenéis que ser racionales. Las relaciones entre parejas de lobos no funcionan así- nos reprocha su padre.

-¡Pero ella no es una mujer lobo! Ella es....

No termina su oración porque tanto yo y su padre lo interrumpimos.

-¿Cómo que no es una loba?

-¡ Sí que soy una loba!

Sin esperar a más, me convierto delante de ellos dos. Es la primera vez que me convierto en loba delante de personas que no sean de mi manada. Si total, es mi compañero y su padre.

Los dos me miran más que sorprendidos e incluso siento que se sienten intimidados.

Me acerco rápidamente a él. Con mi altura, llego de sobras justo para mirarlo en los ojos.

El enlace mental que había bloqueado lo restablezco, para hablar mentalmente con él.

"¿Esto no te parece suficiente mujer lobo para ti?"

No se sorprende al oír mi voz como suya dentro de la cabeza. Puedo ver que su lobo quiere salir, y lo consigue, rompiendo toda su vestimenta en el proceso.

En frente a mí se encuentra un enorme lobo totalmente negro. No llega a ser tan grande como yo, pero también puedo decir que su tamaño casi es parecido el mío. Nunca antes me había encontrado a ningún licántropo que llegase a mi tamaño.

Se acerca a mí, y me tira para lamer mi hocico. Esto es lo más parecido a un beso que se puede tener en forma de lobo.

Yo quiero todo de él pero no así, en nuestra forma lobuna. Me vuelvo a convertir en menos de un segundo.

Él lo hace después de mí, pero no tiene ropa.

Ahí enfrente a mí, con el cuerpo tal y como vino en el mundo.

No puedo evitar sonrojarme y cerrar mis ojos, mientras suelto un gemido sofocado. Puedo oír una ronca carcajada y le pide a su padre algo de ropa. No me dejo encantar por ser la primera vez que lo oigo reír. Y es lo más excitante que he oído en mi vida.

Su padre tarda en reaccionar, así que rápidamente murmuro el hechizo que me permite estar con la misma ropa, y aparece frente a mí vestido.

-¿Ves lo que digo? Ella no es una mujer normal- le dice a su padre mientras me señala y mira a su ropa que ha aparecido por arte de magia. Incluso me mira enarcando una ceja al ver que también tiene unos bóxers. El hechizo va por el detalle.

-Por este mismo motivo ha venido a hablar con tu padre desde un principio. No sé si estás informado pero hace unos años realizamos un trato en el que se basaba en ser i aliado en cuanto lo necesitase. Tu padre se comprometió en cumplirlo. Y ese momento ha llegado. Necesito de todos mis aliados ahora mismo- les explico mientras su padre asiente y nos hace un además para sentarnos en los sofás que tiene en un lado de aquella espaciosa sala.

-Si sabe de todos mis tratos. Y él estará más que comprometido en apoyarte, eres su compañera. Debe velar por tus necesidades- me dice su padre mientras habla por su hijo.

-Por supuesto que sí padre. Soy el alfa de los Darkblood, y debo respetar los tratos que hubo antes de mi función. Cuenta conmigo Zara- dice seriamente, metiéndose totalmente en su papel de alfa-Pero antes necito hablar contigo a solas.

Oh no querido. Nuestro momento de hablar aun no ha llegado.

El poder de una manadaWhere stories live. Discover now