Capítulo 16

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Volvimos tranquilamente a casa, la mía, aunque no por mucho tiempo. Bryan no se separó de los cachorritos, como los llamó él.

Mientras yo organizaba mis objetos personales, sentí alguna presencia que me acosaba. Fijé a todo lo que estaba en mí alrededor pero no conseguí visualizarlo.

Pero de repente cesó, ya no lo sentía. Aun así no me sentía del todo segura sabiendo que había un alguien o algo observándome. En la situación en la que me encuentro actualmente, muchos de mis enemigos pueden considerar que me encuentro débil y vulnerable por lo que podrían aprovecharse.

Por ese mismo motivo necesitaba que mi manada estuviera aquí más que nunca, y que además me trajeran buenas noticias, porque después de todo, su ausencia se debe a que se han marchado o se están ocupando de cosas de mucha importancia.

A veces pienso, que aquí en la Tierra no hago nada realmente. Es decir, tengo una manada que hace las prácticamente por mí, porqué el problema de los Dioses o Semidioses en la Tierra, es que tenemos que vivir apartados tanto de los humanos, como de los sobrenaturales.

Estoy en un punto de mi vida, que todo en lo que he creído durante toda mi existencia se encuentra en un punto muerto.

Cuando termino de empacar todo, me dirijo a ver que están haciendo Bryan y mis niños.

Cuando llego veo que Bryan los estaba acomodando en sus sillines porque ya se habían dormido, y aunque los sillines no son os lugares más cómodos, era el único lugar viable para ellos.

Se gira para mirarme y se acerca dando lentos avances. Este hombre sí que sabe cómo provocarme. En la vida me pareció que un hombre puede llegar a ser tan sensual, ni siquiera con esa película de los humanos llamada "Magic Mike XXX", creo que se llamaba así.

Me coge con sus grandes manos en la cintura, y me acerca totalmente a su cuerpo, para quedar totalmente pegados. Me mira en los ojos fijamente para después cerrarlos para ponerse a jugar con nuestras narices. Debo reconocer que siempre me pareció una tontería esta acción. ¡Si quieres besar a alguien bésalo ya! Pero en este momento me pareció una cosa más perfecta.

Bajo su rostro por toda mi mandíbula para empezar a dejar besos húmedos por todo el recorrido, para finalmente, dejar sus labios encima de los míos.

Las manos que antes tenía muertas y quietas a los lados de mi cuerpo, empezaron a recorrer sus brazos, su espalda, y estrujar sus hombros.

Nuestros labios seguían moviéndose superficialmente, sin pausa pero con lentitud. Se separó solo un segundo, para sacar a sus afilados dientes y succionar fuertemente mis labios. Así que volví a subir mis manos hacia a sus pelo que rozaba en la nuca, para sacarle un fuerte gemido. Y aproveché para profundizar ya ahora el beso. Le tiré del pelo otra vez, para poder acomodarme y subí mis piernas alrededor de su cintura, y lo empujé para que él estuviera apoyado en la pared. Volvimos a separarnos para volver a coger el ritmo, pero ni locos íbamos a parar. Él empezó a acariciarme las piernas con devotas caricias, para llegar a mis nalgas, y estrujarlas fuertemente, logrando sacarme un largo gemido.

Con nuestras descontroladas respiraciones, decidí poner fin a esto, disminuyendo el ritmo del beso hasta lograr parar finalmente.

No nos movimos, seguimos en esta posición mientras yo tenía mi rostro escondido en su cuello.

-Zara, ¿no te parece que ya estamos preparados ya para unirnos completamente?- escuché como decía mientras ambos intentábamos calmar nuestros desbocados corazones.

-Bryan, apenas nos conocemos, y nuestra relación (si es que se puede llamar así), está llena de altos y bajos. Para que esta relación funcione, no nos debemos dejar llevar por los instintos. Hay que construirlo poco a poco.

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⏰ Last updated: Feb 08, 2018 ⏰

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El poder de una manadaWhere stories live. Discover now