Capítulo 2

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Capítulo 2 : ♣Encerrados

"— ¿No te parece que esta mal Rara-kun? — Dijo la pequeña apreciando el mismo lago de hace un par de años.

— Para nada Sao-Chan, es lo que las parejas hacen — Esbozo calmado ya acostumbrado a ese tipo de preguntas.

— Ella no es tu pareja, es tu madre — Observó el perfil de su acompañante que en sus ojos contenía una especie de ingenuidad mezclada con deseo. A ella siempre le pareció incorrecto.

— ¿Por que tuvieron que castigarme con madre tan hermosa? — Siguió sin cambiar la dirección de sus orbes esmeralda.

La albina suspiró.

— Al menos ten cuidado, presiento que alguien mas tampoco esta muy a gusto con tus acciones.."

  Si le hubiera prestado mas atención a sus palabras seguro ahora no estaría en esa situación; apresado contra su voluntad en uno de los tantos calabozos de su padre. Aquel que se ubicaba bajo el territorio de un fiel amigo suyo hasta donde Raito sabía. Aparentemente padre de un niño pues en ocasiones lo oía jugar en el jardín a través de la ventana que apenas por poco mas de diez centímetros conectaba a aquella zona verde. ¿Cuando fue la ultima vez que le castigaron a tal grado? Ya no lo recordaba, o quizás no había ocurrido hasta entonces. Siempre fue "obediente" mientras esa mujer estaba presente, veía cuando ella quería y la complacía seguido. Todo había ido relativamente bien hasta hacía unos días que lo encerraron en ese despreciable lugar.

"— .. solo hace falta una palabra de los sirvientes para que los descubran. ¡Te encerraran!"

  Quien iba a decir que esa niña inocente de una forma u otra predeciria su suerte y su castigo.

  Sus días pasaban aburridos, deprimentes sin nada mas que ver la luz irse con las horas cada tarde y esperar un recipiente con sangre específicamente a las dos de la madrugada. Sin saberlo terminó acostumbrándose al horario nocturno que igual ya exigían en su mansión original.

  Llegó una noche que en especial cuyo ruido abrumaba a cualquiera. Las sirvientas murmurando cosas, los caninos del lugar estaban alterados y el niño se oía llorar a dos pisos de distancia.

  Se sentó entre el suelo y los barrotes contando las pisadas de terceros que iban de un lado a otro como si quisiesen hacer un hoyo en el lugar de tanto repetir la acción.

« Un, dos, tres, un, dos, tres.. ».

  Y así como si contase pasos de baile hasta que el constante ritmo se aceleró, escuchó como se habrían varias puertas y se a poco las pisadas dejaron de escucharse.

« Espero que hallan venido ya por mi.. » Fijó su mirada en sus manos aburridas e inmóviles. « ¿Cuanto tiempo ha pasado ya? ».

— Psss ¡Raito! — Vociferó una niña desde la pequeña ventana lo bastante fuerte para ser escuchada por el vampiro mas no como para ser descubierta en su intento de compañía. De manera inmediata el nombrado dirigió su vista hacia la dueña de aquella voz, ni mas mi menos que su compañera de juegos. Esta sin saber como había obtenido la dirección de su castigo —. ¿Estas solo?.

  Miró hasta donde los no muy gruesos barrotes de hierro le permitían ver, por ambos lados, asegurándose así de que el pasillo se encontraba solo. Luego de ello pudo responder con tranquilidad.

— Lo estoy, vamos entra — Respondió entusiasta palpando el "asiento" junto al suyo.

  Ella con mucha facilidad apareció en la celda con uno de sus tantos vestidos a la rodilla. Le dedicó una tierna sonrisa a su querido amigo y luego se sentó a su lado abrazando sus piernas sin mucha fuerza contra su pecho.

— Vine a pasar el rato contigo~, espero no molestar Rara-kun — Esbozó en un tono juguetón sin importarle mucho su el lugar en el que hablaban.

— Tu no molestas — Rió bajo sin alguna razón aparente, simplemente estaba feliz —. Pero me interesa saber como supiste donde estaba.

— ¿Me creerías si te dijera que tu padre me dijo? — Había mencionado la palabra con completa inocencia así mismo como el contrario quiso de igual manera restarle importancia.

— Sao-chan te creería incluso que un pato mágico te trajo a mi, pero eso en verdad no~ — Aquella no puso aguantar las risas que brotaban sin permiso de sus labios.

— ¿Como supiste que un pato mágico me trajo? — Cuestionó con burlona falsedad mientras superaba lo antes dicho por él.

— No ya en serio ¿Que hiciste? — En realidad lo decía casual.

— No hice nada, alguien me de debía un favor es todo~ — Se re acomodó en su lugar de manera que los cilindros en su espalda resultaran mas cómodos —. A todo esto ¿Cuando te piensan liberar? — Su voz se mostraba mas baja y triste pidiendo con claridad entre letras que regresara pronto.

  En la mansión Sakamaki él si era extrañado.

— Seguro ella esta tratando de sacarme de aquí — Miró hacia la ventana con aquel ingenuo brillo tan común en él desde hace unos años.

  Ella sin embargo ella sabía que aquella mujer no había hecho mas que renegar todo lo relacionado con su incesto todo ese tiempo. Solo era cuestión de tiempo el que ella se sincerase con la cabeza de la familia y no con palabras acorde a lo que Raito pensaba.

  Sus palabras seguro romperían el corazón de su amigo pero quería ser ella quien le diese un pequeño adelanto. Quizás así suavizando el golpe que ella estaba segura que llegaría.

— Raito.. — Tomó la manó del castaño esperando una reacción ante su propio nombre.

  Este entrelazó sus dedos sonriente.

— Allá en la mansión.. — El contrario bajo su curvada sonrisa adaptándose al aura entristecida de su compañera —. Cordelia a negado tener algo contigo.

  Quiso rehacer su sonrisa en modo de burla pero en su fondo todo creía en lo que la albina le decía. Aun así, decidió el no aceptarlo.

— Sao-chan que cosas dices~ — Revolvió su cabello —. Eso no puede ser ella me ama.

— Te digo la verdad — Le miró insistente —. Tú dijiste que me creerías lo que te dijera.

"— .. pero eso en verdad no~."

— También insinúe que no sería con todo — Ella guardó silencio. Se preguntaba si acaso lo había enfadado o herido de alguna forma con la noticia

  Este se acercó lo suficiente a ella de manera que escuchara lo que estaba por susurrarle con cierto dolor.

Si sucede serás tu quien me mantenga cuerdo.

  Pasó una mano por ella dejando de lado su flequillo para luego depositar un suave beso en su frente.

— Conversemos Sao-chan — Volvió a su actitud usual y tranquila —. La noche es joven~.

[Actualizado el 22/9/16]

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