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«End»

  Y sus ojos estaban fuera de sus cuencas y su rostro deformado de tantos cortes brutos. Y como se manchó aquel hermoso vestido hecho a mano. Seguramente ya estaba muerta, le habían abierto como a un pan en medio del pecho hasta el estomago. Ya ni siquiera la sangre fluía, solo se estancaba en su superficie mientras se secaba con lo cálido del ambiente.

Hace pocos minutos los presentes en el jardín se percataron de la ausencia de la novia en su propia boda; y como un ser responsable fue el mismo, Sakamaki Reiji, a pedir una explicación a la susodicha. No hizo más que entrar al cuarto sin permiso, por no recibir una respuesta, y encontrar ni más ni menos que a la rubia ya pasada a otra vida en un estado muy superior al significado de la palabra "Deplorable". Para asesinar a alguien con tanto enlace a la raza vampira hacía falta fuerza, y por las tantas heridas aun no mencionadas también rabia, cosa que hacía más evidente la obvia culpabilidad que ya tenía en mente acerca del trillizo medio.

Hace varios años escuchó las amenazas de este a Yui Komori, mas, pensó haberse librado del tema cuando esa persona los mandó a ella y a su eterno prometido a vivir en una mansión en el mundo de los demonios. Su fastidio había vuelto, ahora tenía que ver cómo hacer para que las sirvientas lograsen limpiar tanta sangre y decirle al novio la noticia que era probable lo mataría en vida. Ya de por sí tenía un inusual odio hacia la Tsukinami, y ahora todo esto era culpa de ella. Aunque. Él también tenía culpa, era su responsabilidad el vigilar a su medio hermano yandere pero ¿Lo diría? El hacerlo tenía repercusiones negativas hacia su persona y no quería eso ¿Y si todo callera sobre los hombros de ella? Él no tendría problemas. Se veía como el plan perfecto ¿No? Si, eso haría y nadie lo notaria. Al final. Él era el más confiable de los seis hermanos.

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Se unieron en un suave beso del que claro estaba ninguno se quería separar, sin embargo una sensación tanto dulce como agria recorría todo su cuerpo y la apuñalaba de adentro hacia afuera sin piedad alguna. No podía disfrutar el momento, la estaban carcomiendo por dentro sin ella misma saber el por que. No recordaba, era víctima de una especie de amnesia culposa la cual el contrario comenzaba a notar por lo que la dejó uno instantes para verla a los ojos.

—¿Que sucede? Estas extraña —preguntó al fin este.

—Tengo un mal presentimiento... Pero no sé que puede ser —pasó una mano por su cuello sintiendo un extraño frío que no debería sentir, la usual baja temperatura de su cuerpo no solía permitirle dicha sensación.

Por su lado se encontraba confundido, aunque también sabía que bien ese "Presentimiento" podría ser más real que él. Hace ya muchos años, aquella última vez que estuvieron México, estuvo acorralada por la muerte junto con su prima. Esa escena que jamás se borraría de su memoria era verla sumisa junto a la rubia de ojos azules, vulgarmente llamada Yuki uno, que tenía amenazada la vida de ambas con un arma especializada para exterminar a su raza. Saori murió ese día, en el momento que la de ojos similares a los de ella apretó el gatillo matándolas a ambas. Sin embargo existía una manera de regresarla a la vida, un intercambio mágico de posiciones donde una vida se cambia por otra. Eso iba a hacer el Tsukinami menor, sin importarle en lo absoluto el consentimiento de su hermano, pero para la suerte de este y desgracia de la en ese entonces fallecida Yuusuke decidió dejarse morir con su hermana dándole una segunda oportunidad a la albina y al de cabellos salmón de estar juntos como él de estar con su hermana en la supuesta otra vida. Se lo merecía, dijeron muchos.

En ese momento se intercambio la salud de un cuerpo a otro, Saori estaba sana. Y tiempo después decidió sellar el don suyo de sus visiones del futuro ¿A quién le gustaría ver de adelanto las muertes de los seres a tu alrededor? A nadie creía ella y con la ayuda de Carla pudo detener casi por completo ese poder, pero tanto él como Shin sabía que tenía sus secuelas, sus adelantos involuntarios.