✧:･ﾟManchada✧:･ﾟDiabolik Lovers ✧:･ﾟ

Capítulo 3

Capítulo 3 : ♣Partida♣

  Hacía ya varios meses de haber conocido a la pequeña niña que robó sus corazones. Desde aquel día en el lago las tantas reglas se habían vuelto solo algo para romper, las tardes estaban llenas de diversión, la vida se había vuelto simplemente digna de disfrutarse a todo lo que daba. Ella solía visitarlos cada tarde a la misma hora. Entraba a través del robusto bosque que conectaba al castillo con una prospera aldea a solo minutos de allí.

  Durante sus visitas corrían, jugaban, recogían frutas de los árboles y hacían todo lo que a los niños de su edad se les permitía rejas a fuera. Todo aquello que pudiese tocarse servía para entretenerlos durante horas, al menos hasta los doce años. En propiedad tan grande como esa nunca faltaban cosas por hacer, ver o atentados contra los sirvientes que realizar.

  A pesar de ir en contra de toda regla impuesta en el castillo nunca los ayudo o alentó a salir de este. Ella era muy paranoica debido a la guerra que empezaba a acercarse que en aquel entonces aun eran solo noticias irrelevantes ignoradas por la familia. Los inútiles conflictos humanos no tenían por que afectar a un apellido tan influyente y superior como el suyo.

  Pasando aquellos detalles por alto era hermoso ver a esos cuatro gozar de la compañía y amor mutuo cada día como si fuese el ultimo. Saori en sus antiguas corazonadas o visiones pesimistas siempre supo que mas temprano que tarde esa bella realidad se quebraría en pedazos.

  Con el pasar de las noches llegó el diez de junio, el día en el que la ya no tan pequeña cumpliría catorce años. Los tres Sakamakis esperaron con ansias a la albina para celebrar juntos su aniversario de nacimiento con abrazos, regalos y tiernos mimos para aquella.. que nunca llegó.

  No sabían nada de su vida, de su paradero o de ella misma; eso los preocupaba como nunca antes lo habían experimentado. Era sumamente anormal que ella solo dejara de ir por días que se convirtieron en semanas que de igual manera pasaron a ser meses. Sabían que si esa situación se estaba dando era porque algo no andaba bien. Algo grande debía haber pasado y de eso estaban seguros.

  Tiempo después de su repentina desaparición se enteraron de boca de un sirviente que la prospera aldea al otro lado del bosque había sido disminuida a cenizas y escombros por un incendio cuyo origen era desconocido. De solo escucharlo se estremecieron del miedo.

  No sabían qué esperar, podría estar muerta, así como podría estar viva, y si lo estaba ¿Porque no les dijo? Si se iba.. ¿Por que no se despidió?. Eso no cuadraba con la Saori que conocían.

  Pasaron gran parte de ese día pensando lo que le pudo haber pasado sin llegar a tener mucha comunicación entre ellos. Era cada quien por su lado procesando la noticia a su manera hasta que llegó el amanecer abriéndose paso por el basto cielo. Esa mañana se  reunieron en una zona profunda del bosque. Era un lugar donde a nadie se le ocurriría buscarlos. Estarían tranquilos para poder darle un cierre neutro y "maduro" al asunto lo cual no salió muy bien. Los dos mas jóvenes terminaron pensando en lo peor de entre las miles de probabilidades.

— Ya dejen de llorar par de bebés — Dijo Raito levantándose de un tronco caído a la orilla de un lago cercado —. Ya volverá — Agregó con confianza.

— ¿Y como estas tan seguro? — Vociferó un sentimental Ayato con la orgullosa tarea de contener sus lágrimas —. Pudo irse sin mirar atrás con mucha facilidad o.. — Dejó la palabra en el aire causando que los sollozos de Kanato empeorasen.

— Por que ella no es así y no- — Sonrió, lo cual nos causó molestia a Ayato y a mi.

— ¡¿Y si esta muerta que?! — Kanato levantó su voz exasperado al mismo que se colocaba de pie.

— No lo está — Respondió cansado dirigiendo su mirada al horizonte donde se apreciaba un cielo gris amenazante a llover sobre sus cabezas.

— ¡¿CÓMO PUEDES ESTAR TAN SEGURO DE ESO!? — Insistió el ultimo prácticamente repitiendo la pregunta de su hermano con fuerza tomando al según ellos se encontraba en negación de su camisa para así captar la atención de este —. No la has visto.. — En lo último su voz pasó de ser ronca a quebrarse y las lágrimas al fin lograron fluir mientras soltaba el agarre.

— Tu tampoco — Le miró serio —. De alguna manera.. no siento que este muerta.

[Actualizado el 26/9/16]