CAPITULO 34

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EL BOSQUE SINIESTRO 

(PRIMERA PARTE)

Después de entrenar duro por semanas, y ya dominar a la perfección nuestros dones, estábamos listos para partir a nuestra singular misión. Ya sabíamos dónde ubicar a la Bruja Madre, pero una noche el Libro de Hechizos comenzó a pasar sus páginas solo y me mostró el dibujo de una llave, había una inscripción abajo, decía "Abre lo que está oculto". Mi ángel investigó y supimos que la Bruja Madre vivía en un mundo paralelo al nuestro, y que sin esa llave no podríamos entrar.

Con ayuda de Márbelle supimos que la llave era resguardada en el Bosque Siniestro, cualquier persona que ingresara allí jamás retornaba. Al principio Rei se mostró desconfiado por la información suministrada por la ninfa, más después de que Ticcia regresara para informarnos que su pueblo no nos ayudaría. Una tarde los descubrí conversando y Triccia y su hermana lloraban, callaron apenas me acerqué, ellas se marcharon y él no me quiso decir sobre qué hablaban.

Para llegar al bosque había que abrir un portal, esa era la especialidad de mamá pero esperaba  lograrlo. Estábamos todos reunidos a las afueras de la cabaña, listos para emprender esta nueva y desconcertante aventura, en un papel tenía anotado el conjuro para abrir el portal, lo recité:

"Llévanos donde la mano del hombre no llega"

"Abre tus puertas a estos viajeros"

"Que el Bosque Siniestro nos acoja"

"Y nos abrace entre sus brazos"

De inmediato una brillante luz apareció de la nada y se formó una puerta, el primero en ingresar fue Reivel conmigo de la mano, atrás Adriel junto a la pequeña Agnes, y por último Mara y Sebastián.

La sensación fue extraña, era como si mi cuerpo se dividiera en minúsculas partículas y luego una succión, es aterrador pero termina pronto, me doy cuenta que estoy tirada en el suelo y a pocos metros de mí puedo distinguir a Sebastián. Ambos nos incorporamos y con nuestras miradas buscamos a los demás, nos damos cuenta que estamos solos.

-¿Qué ha ocurrido? –Me pregunta él con el ceño fruncido.

-Creo que hemos sido divididos. –Aclaro.

-¿Divididos? –Cuestiona.

-No tengo una mejor teoría. –Contesto soltando una bocanada de aire que contenía.

-¡Maldita sea! –Exclama molesto. –Esto no debió pasar Agatha.

-No lo sabíamos. –Respondí sin ganas, esto se complicaba y apenas es el principio.

-Debemos encontrar a los demás. –Me sugirió

-Lo sé pero nuestra prioridad es hallar la llave.

-¿Y si están en peligro?

-Sebastián, yo más que nadie comprendo tu consternación, pero estamos aquí por una razón, y es la llave, entre más pronto la tengamos mejor. ¿Crees que no estoy preocupada por el resto? Lo estoy, pero algo en mi interior me indica que debemos continuar.

Él asiente con la cabeza no muy convencido, emprendemos la marcha sin tener seguridad hacia dónde dirigirnos, por completo a ciegas. El bosque es muy denso, evitando que la luz del sol entrara, parecía de noche y se escuchaban murmullos, ecos de sonidos extraños que te erizaban la piel. El terreno lodoso, con un frío que calaba en los huesos, Sebastián se quitó su chaqueta y me la dio como todo un caballero cuando comencé a tiritar.

ENTRE SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora