CAPITULO 37

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                 BAJO ATAQUE

-Despierten todos. -Gritó Adriel tocando las puertas de cada cuarto.

Reivel se incorporó deprisa aún adormilado, asomándose por la ventana. Se escuchaban retumbos desde afuera y lo escuché exclamar ¡Por el Supremo! cerrando la cortina.

-¿Qué sucede? -Le consulto sin entender nada.

-Nos están atacando.

Diciendo esto se unió al resto, quedando con el corazón en la mano, salí al pasadizo. Iba a bajar pero escuché la voz de Reivel indicándome que me quedara para proteger que no ingresaran por arriba, pronto Adriel se me unió.

-Bien brujita, esta es la hora de la verdad, tus colegas están afuera destruyendo mi hermosa cabaña, creo que saben que tenemos la llave.

-¿Cómo es eso posible?

-No lo sé pero debemos protegerla, es nuestra única oportunidad de llegar a la Bruja Madre.

La ventana de mi habitación estalló en diminutos fragmentos, una bruja acompañada de un demonio ingresaron. No pude evitar detener la respiración cuando reconocí a Adiraet.

-Hola Agatha, ¿Me extrañaste? -Me dijo con una sonrisa torcida.

-Púdrete. -Contesté mostrándole que ya no llevaba la marca. Sus facciones se retorcieron y sus ojos se volvieron carmesí, dejando escapar un grito de furia que me erizó la piel.

-Ruth, encárgate del mitad ángel, ella es mía.

La bruja asintió y cuando me di cuenta Adiraet y yo estábamos en campo abierto.

-Nadie se burla de mí Agatha y he sido el hazme reír del inframundo. Te arrepentirás de haber osado engañarme con un ángel, que por cierto con el cuál no tienes futuro, porque tu amado Dios no permite este tipo de relaciones.

-Demasiada charla Adiraet.

Me concentré y formé bolas de fuego que lancé en su dirección, él movió sus manos a los lados extinguiéndolas antes de si quiera tocarlo.

-Veo que has descubierto tu don, pero necesitarás más que eso para derrocarme cariño.

-Aún no has visto nada mal.

Coloqué mis manos hacia el suelo y la tierra comenzó a vibrar por debajo de nuestros pies, una grieta se abrió siguiendo su recorrido hacia él, formando un hueco por el cayó, me asomé a la abertura, sorprendiéndome ver como Adiraet salía de un salto.

-Ahora me toca a mí. -Me advirtió

Colocó la palma de sus manos hacia arriba y una clase de energía se creó a su alrededor, varias esferas de color negro lo rodearon, me miró a través de aquellos ojos cargados de odio y las lanzó sobre mí. Tenía que actuar rápido así que un campo de energía me cubrió evitando que me hicieran daño pero el impacto sobre mi cuerpo me lanzó unos cuántos metros hacia atrás, recibiéndome el duro suelo.

Mi nariz comenzó a sangrar, sentí mi frente húmeda al tocarla, mis dedos se llenaron del líquido rojo.

-Es todo lo que tienes cariño. -Se rió burlándose de mí. Me levanté y le respondí: -Eso era solo el calentamiento, ahora veras mi poder.

Lo miré fijamente e hice que la energía fluyera de adentro hacia afuera, cerca había un riachuelo, de inmediato sus aguas acudieron a mí, el fuego se consolidó con el agua, el viento se arremolinó haciendo que el mismo Adiraet perdiera el equilibrio y cayera de rodillas, tratando de mantenerse en pie, el suelo empezó a temblar y partículas de tierra se levantaron de sus cimientos.

ENTRE SOMBRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora