CATFISH (Novela trash)

Catfish

—No entiendo que significa eso —dije.

—¿Qué cosa? —preguntó aletargado.

—Eso de catyif —dije y tomé aire—, ¿qué significa catyif?

—Papá, es catfish —respondió Angelo mientras se tomaba un mate—, catfish: c-a-t-f-i-s-h.

—Bueno, eso, decime que significa porque no conozco palabras gringas.

—Te explico —repuso—, catfish viene del término Catfishing y significa hacerse pasar por otra persona para engañar a alguien para que quiera una relación romántica con el pretendiente. Para ello, el catfisher suele usar historias inventadas y fotos falsas para apoyar su identidad falsa.

—No, no, no, no. Nada que ver, yo no hago catyif —dije y negué con la cabeza.

—¿Me estás jodiendo, papá? —dijo irónicamente.

—Angelo vos no entendés que la vida es una locura y la cordura es la muerte misma, como explicaba Don Quijote.

—Papá, por más escandaloso que parezca después del Quijote, venis vos...

—Yo nunca me puse a pensar en frío, nunca hubo en mí una compulsión de querer mentirle vilmente a las muchachas...

—Digas lo que digas esto no se arreglará mágicamente. Esta es una gran cagada, un gran metida de pata y lo peor es que ella sabe donde vivís —bramó y luego me señaló con el dedo.

—Tranquilo, ella no volverá pronto... a menos que la invite.

—¡Ay, Dios me libre! —chilló mi hijo mientras ponía los ojos en blanco.

Todo esto era una idea sumamente desafiante, pero también muy emocionante. Después de charlar frente a frente con Aura María no podía olvidarme de su pelo; su aroma de vainilla, sus ojos pardos brillantes, sus cálidas manos, su sentido extravagante del humor, todo eso es inolvidable aunque el desafio técnico aún no este realizado del todo, y todo parecía infranqueable.

Para esa muchacha todo se había vuelto una cuestión de urgencia personal, ella no pensaba que era precipitado o inútil, ella quería bucear en las aguas de lo desconocido. La blonda vino hasta aquí para hallar un compromiso, el principal objetivo era conocer a Ferdinando y así poder identificar si existe un amor verdadero o un amor fingido. Pero para eso había que entender mejor el rol de mi hijo en todo esto.

Ella merece saber que todo este mal entendido, es parte de la programación de su futuro y que a la larga esto será un recuerdo superfluo. Aunque aún no tenga las herramientas necesarias para codificar el pensamiento de esta doncella, tengo la certeza de su ambición la llevará a aceptarme tal cual soy.

La secuencia del binomio del amor era el resultado de un proceso exhaustivo, manual y muy lento. Sé que aún estoy muy lejos de lograr eso, la aplicación de citas se me hizo poco práctica para tener una charla fluida y el correo electrónico también. También sabía que sin una pc no podría secuenciar nada y sin charla no podía mejorar la eficiencia y la calidad del intercambio de ideas.

—Me voy a lo de Gloria y me llevo la laptop —bramó mi hijo.

Angelo tomó una bolsa de polietileno que estaba en la cocina y metió la notebook en silencio.

La frase :«esto es un quilombo» encajaban en esta situación. Yo me defendí con fervor, como pude aunque sabía que llevarse la computadora portátil no era el camino correcto, era insensato, era una locura.

—Cualquier persona que apoye tu postura estará igual de loco que vos —dijo y resopló con fuerza.

—¡Disparates!

—Si te presiono terminarás renunciando a esa mujer, entonces ese es mi objetivo.

Su salida ocasionó una gran crisis, una puja hacia el olvido menos envidiado. Si tan solo me escuchara y me entendiera en lugar de juzgarme.

Después de una hora se abrió la puerta y Angelo entró con cara larga y dijo:

—Papá, le conté todo a Gloria y ella dijo que no tenés moral —repuso— ,entonces va a vender la computadora.

—¿Vos me querés ver muerto?

—Claro que no, solo hay que hacer desaparecer esta maldita máquina del demonio —dijo torciendo el rostro.

—¿Por qué no le decís que no soy el líder de un campamento cristiano?

—Viejo, déjate de hinchar los huevos por favor.

—¿Por qué no le decís que me cagaste la novia y te acostaste con ella?

—Eso aconteció porque respeté tu dinámica y solo surgió, y hoy eso está en el olvido.

—¿En el olvido de quién? —exclamé—. Yo me dormí en la banca del parque y ustedes dos desaparecieron de mi vista.

—Viejo, pasa que vos no tenés miedo a la explosión repentina —dijo mientras sacaba de la bolsa de polietileno la laptop.

—¿Y ahora que vas a hacer con la computadora portátil? ¿no dijiste que la ibas a vender?

Angelo fue hacia la cocina y volvió con un martillo de ablandar carne en la mano. Comenzó a destrozar el aparato con ferocidad. Las teclas volaron por el aire, la pantalla estalló de un solo impacto. Veia en cámara lenta como todas mis conversaciones se iban a la basura.

—¡Destrozaré todo! —gritó con una vigorosa mesura—. Ahora no podrás tener ni siquiera la sombra de la duda. Esa mujer no volverá a ser el objeto de discusión entre nosotros dos.