Nueva realidad

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Ahora siento que soy un número entre millones, perdí todo derecho de ser normal, la percepción se volvió cultural, porque la cultura del engaño es moneda frecuente y para mí todo se volvió frustrante.

Desde que no tengo contacto virtual con Aura María solo tengo espacios o pequeños vacíos que me llevan a la reflexión. ¿Alguna vez me discriminaron? la respuesta es: sí.
No me excluyó ella, me segregó mi propia familia y eso duele tantísimo. ¿Por qué no me dejan probar decir la verdad? ¿Por qué me tengo que seguir escondiendo de la sociedad?

No voy a morir por gatillo fácil, ni por violencia, ni por balas de armas reglamentarias, ni voy a recibir impunidad si me matan, ni voy a pasar por el no proceso de la justicia y después posteriormente de lo que haga con mi vida, si Aura me acepta como soy o no, ella tiene la opción de echarme al olvido y reiniciar su vida amorosa con quien quiera. La cosa es probar, es intentar y no quedarme encerrado en un departamento con la duda.

Pero mi hijo dice que tengo toda la perder y no quiere que lo intente. Yo nunca quise mentir, nunca quise robarle la identidad a mi hijo, es algo que se dió...

Pero como no es lo que la gente quiere ver, porque estéticamente soy diferente, soy de otra época, soy exótico, soy viejo o porque soy poco hegemónico.

—¿Ferdinando que hacés en la ventana? —dijo Gloria—, hace media hora que llegué y ni siquiera te diste vuelta. Te traje la cena, es carne con papas fritas.

Me volteé y tomé un cuchillo y lo clavé en la mesa de madera.

—Es evidente que nadie entiende lo que me está pasando —dije con un voz gutural.

—Ya estoy comprendiendo —dijo rascándose la nuca—, ¿escuchas la voz de la chica?

—¡Ay! ¿Qué dices? ¡Todos me han echo daño excepto Aura María! —me quejé.

Esta vez Gloria se quedó como si fuera una piedra, con los ojos agrandados y con una mirada de espanto, cuando pudo hablar dijo temblando:

—Pero ¿esa voz que te dice?

En su afán de conseguir respuestas que le aclaren que estoy loco siguió insistiendo. Sacó de su bolso un atado de salvia y lo encendió con un encendedor.

—¡Detente, para! ¡Aura María no es un fanfasma!

Las ventanas se abrieron de par en par y estalló uno de los vidrios color esmeralda.

Gloria se desmayó del susto. Cuando volvió abrir los ojos, se encontró que la salvia estaba estaba prendiendo fuego el mantel. Corrí y lo lancé por la ventana, me quedé observando como la tela redonda iba danzando con el viento.

En aquel momento llamaron a la puerta.

—¡Adelante! —respondí sin fuerzas. Entonces abrió la puerta el casero.

—Buenas noches, señor Ferdinando —dijo al entrar—, ¿qué es toda esta humareda?

—¡Ya ve usted! ¡Mi nuera encendió salvia para que ahuyente los fantasmas.

—Si hay fantasmas, supongo que esta bien.

—Aquí no hay nada raro —dije negando con la cabeza

Anibal miró fijo la ventana y luego su mirada bajó hacia el suelo.

—¿Y que le pasó a la ventana? —exclamó el hombre alzando ambas cejas.

—Fue el viento —respondí

—Sí, entró una ráfaga de viento y la ventana se abrió más de lo debido —inquirió Gloria.

CATFISH (Novela trash)Where stories live. Discover now