Ferdinando a pesar de su edad, nunca tuvo suerte en el amor. A los sesenta y tantos años, decidió tomar coraje y saltar de la máquina de escribir a la laptop. Necesitaba aprender a digitar en un teclado físico porque quería escribir una novela en fo...
Ferdinando viene de otra clase social, una clase sin linaje. No nació con cara de pobre, no era blanco pero tampoco negro, ni se parece al afroamericano de Estados unidos, no tiene cara de europeo, no tiene cara de marihuanero, ni tiene cara de peruano o boliviano o de Filipino o mexicano y no se parece al porteño argentino o el japonés o al coreano que todos quieren ser...
Sin embargo la vida lo puso de rodillas y luego contra la pared, como si tuviese drogas en los bolsillos o una pistola en su guantera, como si fuese un pibe chorro que acaba de robarle la gorra a un policía.
El amor lo ultrajó y le pegó duro como si hubiese estado en un motín en la cárcel, como si fuese un delincuente o un carterista de subte que todo el mundo quiere patear.
A Ferdinando la vida le disparó por la espalda y nunca se dió cuenta que la traición vendría de la persona que puso el plato en la mesa y le llamaba para comer. Cuando se dió cuenta de lo que realmente acontecía todo cambió y decidió tomar malas decisiones para llenar ese vacío interior...
¿Alguna vez hiciste cosas que no debías?
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