La novela y la traición

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Hace décadas, un señor llamado Charles Babbage creó este increíble aparato, la primera computadora de funcionamiento mecánico, a la que llamó la «máquina analítica». Un revolucionario artefacto que cambió la manera de comunicarnos y así poder plasmar nuestras ideas, dejando atrás a la icónica máquina de escribir.
Y hoy día tengo la certeza de que el consumo de lo virtual hace que las esperanzas de las personas sean conducidas al peligro. Entonces lo que debe cambiar es el sueño de materializar lo virtual y no debe cambiar nuestra capacidad de cambio.

Soy muy consciente de que muchos usuarios adquieren una dosis de felicidad al tener un romance en la web, (lo digo por experiencia propia) pero esa felicidad solo es un minuto de tiempo comparado con la cantidad de negatividad que se apodera de nuestras mentes. Las cosas positivas que nos suceden se terminan esfumando con el tiempo y esa alegría se vuelve efímera.

Yo olvidé usar la verdad como defensa, en cambio usé la amabilidad como un status e hice que Aura María persiga su propio éxito, pero en realidad hice valiosa a otra persona que se benefició injustamente.

Esa persona es mi hijo Angelo que se llenó de codicia y terminó abandonando a Gloria en el altar dejando a la deriva a una excelente mujer con sueños y propósitos, porque decidió a último momento fugarse a Paraguay con Aura María.

Después de esto nadie se ha preguntado que tipo de recuerdos albergarán de aquí en más en la mente de la pobre Gloria, gente inescrupulosa que solo se quiere sentir mejor hace lo que hace, gente como Aura María y mi hijo Angelo.

Entonces la tinta con que se escribía la historia se cambió por sangre. Así descubrí las aberraciones cometidas por las personas que más quise en la vida que se atrevieron a salirse con la suya a cambio de mi infelicidad.

Es como si una pincelada de ficción completara mi relato, mi historia, mi vida. Así es como el pasado se vuelve presente pero de una forma estrambótica y bizarra.

Finalmente, Gloria dejó su casa rentada y se mudó a mi departamento, apareció con su bicicleta y su gato peludo en sus manos. Ella mencionó que lo hizo por propia voluntad para ayudarme a soportar el dolor, uniendo fuerzas, intercalando el terror con el desamor.

Le pregunté si sabía algo sobre Aura María y me dijo:

—Sé que supo la verdad... Mejor no ahondar, para no ponernos tristes. Parece que poco le importó que fueses tú el verdadero Ferdinando —hizo una pausa para buscar un pañuelo—. Ferdinando, no te preocupes, lo que pasó entre Aura María y vos no fue verdadero para ella y no iría a funcionar, en ningún ámbito.

—Me sorprende muchísimo, pensé que ella estaba enamorada de mí —en caso que su amor haya sido real—. Bueno, todo terminó y la vida sigue.

—Pareciera que esa muchacha tiene una gran capacidad para descartar y olvidar, ¿no te parece?...

—Sí, estoy totalmente de acuerdo... —tuve un momento de angustia.

Hubo un silencio. Gloria me miró y me dirigió una mirada tosca. Me sentí incómodo.

—Ferdinando, no necesitás la caridad femenina. Necesito que de ahora en más tengas un crecimiento emocional —dijo con los ojos dilatados.

—Tenés razón... ¿Pero... vos estás bien? —y abría preguntado más pero quería saber si también estaba herida profundamente —. No hablemos más de esto... Puta madre... Horas de chat tiradas a la basura. ¿Por qué me pasa esto?

Ella se desplomó en el sofá. Miró por la ventana, sus ojos pardos estaban hinchados y estaban acechando su propia singularidad.

—Te diré la verdad, yo también me quebré y lloré —soltó una carcajada limpia—. Todos los días lloro, pero ahora estamos juntos y te doy las gracias por ofrecerme vivir aquí. Gracias por tu hospitalidad.

—Gracias a vos por cuidarme, ¿será verdad la maldición de las rubias? —siseé.

—No lo sé —. Concluyó que sería mejor no hablar para no crear paranoias que nos hagan mal a la salud.

Con el correr de los días Gloria volvió a confiar en mí y me obsequió una nueva laptop y me sugirió que debería empezar a escribir mi novela antes que olvide ciertas cosas o situaciones, pero hay algo que me detiene. Hace días que pienso escribir sobre toda esta tormenta, sobre la traición y sobre la nueva realidad.

Sin embargo, no encontraba el marco teórico ni los formalismos y no sabía como empezar, pero tampoco se me ocurrió algo distinto a lo que ya está hecho. Gloria me dijo que es importante bajar a tierra para sacarme la angustia que llevo dentro y al terminar el escrito poder sacar el ancla del pasado que está tan aferrada a la memoria histórica y también en el corazón. Por ello, habría que acudir a la memoria, proyectar la idea en el presente y no hacerla tan textual, y a partir de ello abordar una conección entre pasado y presente interponiendo una dosis nueva de ficción.

¿Qué significa la memoria en el presente? ¿Acaso apelar a la memoria no es una forma de narrar el pasado? ¿No es algo negativo andar escarbando en la vicisitudes de la vida misma? Lo primero que se me vino en mente es reconstruir la historia de lo que fue, que hoy ya no tiene validez. Pero aún así existe un proyecto de escritura que nunca dejó de latir.

Muy pocos meses después pude terminar mi novela, intenté no ponerme en el rol de víctima y tener una mirada más amplia y honesta. La escribí en consideración y memoria de mis seres queridos que hoy ya no están. Mi novela tiene una historia propia y hoy una memoria muy presente.
Por que apelar a los recuerdos, aunque sean de los más maquiavélicos nos hacen crecer como seres humanos y no dan la oportunidad de no tropezar con la misma piedra.

Aunque ahora todo sea un caos y sea incongruente, aunque haya una gran distancia entre mi hijo y yo, siempre tendremos un vínculo.

Fin.

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CATFISH (Novela trash)Where stories live. Discover now