Conflicto

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—¿Qué quieres, Malfoy? —preguntó Snape con seriedad.

—Necesito retomar Oclumancia. —sentenció el rubio.

—Creí que Bellatrix lo hacía.

—Lo estaba. ¿Lo harás?

—¿Acaso su tía no logró enseñarle? —preguntó con sorna.

—No le interesa, sólo dígame si lo hará.

—Veo que se ha puesto de acuerdo con Potter.

—¿Qué demonios tiene que ver el cara rajada con esto? —preguntó Draco con un poco de curiosidad y exaspero, como odiaba que su padrino comenzara a darle rodeos a algo tan simple como la respuesta que tenía que dar.

¿Para qué mierda quería San Potter aprender Oclumancia?

—En todo caso, te ayudaré. Pero, ¿para qué quieres retomarlo?

—Ya le dije que no es algo que le interese.

—Me interesa más de lo que usted cree, Malfoy. Sé sobre la misión que te encargó. —señaló Snape, haciendo que la piel del rubio palideciera.

—¿Él se lo dijo? —preguntó Draco fuera de sí.

—Sí. Malfoy, yo puedo ayudarlo.

—No necesito su ayuda, soy yo el que tiene que cumplir la misión, no usted.

—Su madre me hizo jurar protegerlo, su tía realizó el juramento inquebrantable.

—Me importa un comino lo que haya hecho con mi tía, de usted solamente necesito retomar lo que le pedí.

—Deje de ser tan orgulloso, Malfoy. Se le nota el miedo, no creo que usted sea capaz de llevar a cabo con ese encargo, déjeme ayudarlo.

—¡NO! ¿Qué parte de no, no entiende? —sentenció el rubio iracundo, dirigiéndose a la salida —. Hágame saber cuándo comenzaran las clases mediante una carta, hasta luego. —finalizó dando un portazo.

~°~

Al día siguiente, cierta pelirroja despertó por los intensos rayos del sol que golpeaban su pálida piel del rostro. El calor era insoportable al igual que la gran resaca que tenía, miró con dificultad en su reloj de pulsera dándose cuenta que aún era temprano como para ir a desayunar, o eso creía, ya que la resaca no le dejaba ver con claridad, así que lentamente trató levantarse pero se dio que fue imposible ya que un cuerpo la sostenía fuertemente por la cadera. Ginny trató de abrir más los ojos para poder enfocar el sitio en el cual estaban y a la persona que estaba durmiendo plácidamente a su lado.

—¡Maldición! ¿Qué demonios sucedió? Estoy en la ¿sala común? — se preguntó, mirando lo poco que podía ver de su alrededor.

La pelirroja deseaba poder subir a su habitación y dormir en su cama los poco minutos que faltaban antes de alistarse sin ninguna pizca de convicción, pues el dolor de cabeza le estaba matando y sentía que pronto explotaría antes de pasar a mejor vida. Sin nada más que poder o querer ver, cayó nuevamente en los brazos de Morfeo.

Después de un par de horas, poco a poco los estudiantes fueron bajando a la sala común encontrándose con la pelirroja Weasley y Zabini, bien abrazados en el sofá del fondo de la sala.

—¡¿PERO QUÉ DEMONIOS ES TODO ESTO?! —gritó Ron iracundo, al ver la escena que su hermana estaba haciendo.

Los chicos al sentir los gritos provenientes de aquel loco que aún no eran capaces de distinguir, se sobresaltaron a sobre manera haciendo que la pelirroja cayera al piso y se golpeara la cabeza.

Rompiendo Tradiciones Where stories live. Discover now