Ligera atracción

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Al día siguiente, Daphne caminaba por los pasillos del colegio buscando a su hermana, necesitaba con urgencia hablarle. Justo cuando iba a cruzar la esquina hacía la biblioteca, alcanzó a toparse con ella yendo directo en busca de sus brazos.

—Tori, de verdad lo siento, fui una tonta, ahora sé que Theo y tú tienen razón.

—Vaya, ¿y a qué se debe tú reivindicación? —preguntó, mientras se zafaba de su sofocante abrazó y enfocaba sus verdes ojos a los azules de su hermana.

—As, no creo que podamos solos con todo esto. Puedo sentir que muy pronto nos llamarán, que ya no habrá reversa, y es algo que me atormenta y no me deja dormir.

—Me alegro mucho que lo hayas podido entender. Daphne, ¿y qué pretendes hacer ahora?

—Creo que merecen una disculpa...

—Ahora sí creo que vas en serio. —dijo con burla.

—¡Claro que sí! —exclamó un poco ofendida, al ver que su hermana no la toma precisamente en serio.

—Y bien, ¿qué esperas para hacerlo?

—Tengo miedo. ¿Y si no lo toman bien?

—Seré sincera contigo, Daph, ha sido realmente difícil el que me aceptaran. Es más, Ronald aún no lo hace, pero con las chicas es diferente.

—¿Y sí conmigo no es así? —preguntó la rubia con temor.

—No seas tonta y hazlo ahora antes de que comiencen las clases. Sí quieres puedo acompañarte.

—Bien, vamos. —sentenció, antes de dirigirse al Gran Comedor junto con su hermana.

~°~

—Ginny, que alegría me da volverte a ver. —dijo la castaña en forma de saludo al ver llegar a la pelirroja.

Aún recordaba la vergonzosa situación por la cual le hizo pasar, Hermione creía que su amiga poseía cierta culpa en ello por dejarle semejante curiosidad.

—Gin, ¿te sientes bien? —preguntó el azabache, al notar las grandes ojeras que traía.

—Sí, Harry, sólo es que no pasé buena noche.

¡Y todo esto es culpa de Zabini y su estúpida lista!

—¿Qué tal les fue anoche? —inquirió Ron.

—Bastante aburrido. —contestó Harry.

—No creo que lo haya sido, sobre todo en la parte en la cual Daphne habló sobre ti.

—¿Daphne? ¿Quién es esa?

—Soy yo, mucho gusto. —respondió la rubia detrás suyo, haciendo que Ron se sonrojara.

—Hola, chicos. —saludó Astoria con una sonrisa —. Veo que estaban hablando de mi hermana...

—Sí, la verdad es que nos causó mucha sorpresa que hablara bien de Harry anoche en la cena con Slughorn.

—¿Lo hizo? —preguntó la morena con sorpresa, mirando a su hermana con complicidad, pues eso no se lo había comentado.

—Sí, y el profesor quiere que la próxima reunión estés ahí. —respondió su hermana cubriendo su bochorno.

—¿Y qué se les ofrece?

—¡Ronald! —regañó Hermione.

—La verdad es que mi hermana tiene algo que decirles. —respondió la morena, haciendo que Harry mirara con curiosidad a la rubia —. Adelante, Daph...

—Bien, y-yo quería disculparme con ustedes...

—Oh, qué bien. Otra serpiente que viene con esas ideas locas.

—¡Ya deja de renegar, Ron!

—Gracias, Potter. Como decía, yo me quería disculpar con ustedes por todos estos años en los cuales nos hemos llevado mal. De todo corazón les pido que me perdonen por aquellas cosas que salieron de mi boca y les ha ofendido, espero que puedan hacerlo y nos podamos llevar mejor.

—Podemos empezar desde cero, ¿no creen? —propuso Harry.

—Entonces, ¿me perdonan?

—Claro que sí. —respondió Hermione animadamente, haciendo que la rubia sonriera.

—Aunque yo ya me haya disculpado con ustedes, me gustaría hacerlo de nuevo y que podamos empezar de nuevo, pues sé que Ron aún no está convencido de esto, pero quiero que sepas que te entiendo y no te sientas forzado a hacerlo. —afirmó Astoria, mientras que al pelirrojo le crecía un gran remordimiento, pues ahora sí sentía que sus palabras venían con sinceridad y que realmente querían llevar las cosas bien.

—Y nosotros lamentamos también alguna cosa que de nosotros les haya ofendido, no sólo ustedes tienen la culpa de todo, para que haya pelea se necesitan dos. —habló por primera vez Neville, haciendo que todos le miraran.

—No tenemos nada de qué perdonarlos. —negó Astoria.

—Se siente bien hacer nuevas amistades.

~°~

La clases habían trascurrido con normalidad e invariabilidad, aunque Daphne se encontraba bastante distraída desde la mañana, pues no paraba de recordar escuchar su nombre de la boca del azabache, sentía que su nombre había salido de una forma diferente a la que el resto de la personas le llamaban, lo que creaba una gran confusión y una curiosidad de saber el por qué.

En una habitación no muy distinta a la de la Slytherin, se encontraba un azabache en una situación parecida, pues desde la cena del profesor Slughorn no dejaba de recordar aquellas palabras de "elogio" de cierta rubia, y sus sinceras disculpas.

—Harry. — llamó el pelirrojo interrumpiendo los pensamientos de su amigo.

—Mhmm.

—Daphne es bastante linda, ¿no crees? —comentó, haciendo que el azabache abriera los ojos en un respingo.

¿A qué viene eso? —se preguntó.

—Sí, es muy guapa. —afirmó.

Harry era incapaz de negar la belleza y perfección de la mayor de los Greengrass, como tampoco podía negar que la rubia había logrado despertar en él una ligera atracción, aunque creía que no era bueno dejarlo al descubierto.

—Aunque...

—¿Aunque, qué?

Aunque Pansy es mucho mejor. —respondió en su mente, mientras se cubría con las cobijas y esbozaba una sonrisa.

—No, mejor olvídalo. —Ron pensó que era realmente una locura, pero era cierto.


Rompiendo Tradiciones Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ