Entre odios y rencores

3K 233 26
                                    


—Señor Zabini, llega tarde. —dijo Slughorn, observando como el moreno entraba con altanería al salón de pociones.

—¿Dónde diablos estabas? —preguntó Pansy, fusilando a su amigo con la mirada, mientras se acomodaban frente a sus calderos.

—Terminando unos asuntos pendientes. —sonrió con picardía.

—Eres un idiota, deberías de dejar tus encuentros amorosos para luego. —resopló.

—Eres la menos indicada para decirme eso, Parkinson, ¿o acaso ya olvidaste lo que sucedió hace algunos días? —soltó con malicia, haciendo que la azabache se cabreara aún más.

—¿De qué demonios están hablando? —inquirió Draco con confusión, antes de comenzar a cortar los ingredientes correspondientes.

—De nada que les importe a ninguno de los dos. —respondió la azabache con rapidez, provocándole al moreno una pequeña risilla.

—El otro día encontré a Pansy en el baño de Prefectos teniendo sexo salvaje con...

—¡NO TE ATREVAS A SOLTAR UNA PALABRA MAS DE TU ASQUEROSA BOCA, MALDITO IDIOTA! — gritó la chica completamente iracunda.

—¡Por las barbas de Merlín! ¡Señorita Parkinson baje ahora mismo su cuchillo del cuello del señor Zabini! —exclamó el maestro escandalizado —. Está completamente prohibida la violencia en este colegio. Cincuenta puntos menos Slytherin y luego de clase le impondré su castigo.

—¿Estás loca? Cálmate-. —murmuró Daphne, al lado de su histérica amiga.

—Creo que deberás elegir mejores parejas si no quieres avergonzarte luego de ellas. —declaró Draco con burla.

—No hagas que te entierre este cuchillo y degollé tu estúpido pálido cuello, Malfoy. —gruñó mostrándole el cuchillo.

—¿Y Nott? —inquirió Blaise, tratando de aligerar un poco el ambiente.

—Hoy es el aniversario de Clarisse. —respondió Daphne con tristeza creando nuevamente el silencio.

—No entiendo por qué todos los profesores de este estúpido colegio lo prefieren. — gruñó Pansy mirando con odio a Harry mientras el maestro lo felicitaba por su excelente poción.

—Porque es San Potter. —escupió Draco con odio.

—Ese viejo tiene mucho favoritismo hacía los Gryffindor. —manifestó Blaise, observando como el resto del salón ovacionaba el trabajo del chico.

—¿Y tú de que te quejas si estás en el club de estudiantes selectos?

—¿Te gustaría mi puesto, Parkinson? —contraatacó con una sonrisa ladina —. Es una verdadera estupidez.

—Entonces es el grupo perfecto para ti.

—¿Segura?

—Bueno, basta, ¿qué demonios se traen ustedes dos? —manifestó Draco irritado —. Larguémonos de este teatro.

—Daph...

—Ve con ellos, Pansy, quiero tratar de hacerla una vez más. —respondió, haciendo que la azabache rodara los ojos y se apresurara a alcanzar a los chicos.

—¿Necesitas ayuda? — preguntó Harry, acercándose a uno de los calderos de la mesa de Slytherin una vez que el salón se hubiese vaciado.

—Sí. No, solo no he podido hacer que esta poción me salga bien. —respondió la rubia con frustración —. Pero no te preocupes, pronto me tendrá que salir.

Rompiendo Tradiciones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora