Capítulo 26: Es una trampa

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Abro la puerta rápidamente pensando que es Noah, pero me decepciono al ver que es Zack. Después de lo que paso con ese espejismo de Damián, Noah me había dicho en un mensaje que llegaría pronto, pero desde hace dos horas estoy esperándolo.

—No quiero ser grosera, pero... ¿Qué haces aquí?

—Vine por ti para la fiesta.

Frunzo el ceño cuando entra a la casa. Cierro la puerta y cierro mis ojos con fuerza cuando recuerdo aquella fiesta que Mercedes haría. No puede ser. No hoy.

—Llama a Mercedes, dile que la cancele —ordeno y Zack parece confundido.

—No lo creo, ya casi medio pueblo está allá.

Rápidamente tomo mi teléfono y empiezo a llamar a Noah, el cual obviamente no responde. Intento con Damián, pero da lo mismo. Ninguno responde.

—Me llegó un mensaje —anuncia Zack y voy hasta él—. Es de León, dice que vayas a su casa.

—¿Por qué no me envió a mí? —pregunto confundida—. No puedo ir.

—¿Por qué?

—Porque... —rasco mi nuca y suelto un suspiro—. Nada. Mejor quédate en casa conmigo y estaremos bien, tratemos de llamar las demás.

Una hora después, nadie respondió. Fue Clarissa quien apareció en mi casa hace unos minutos y observo a Zack, él la llamó. Vale, ahora solo me preocupaba que medio pueblo estuviera en una fiesta mientras hay hombres lobos merodeando el lugar. Llamo con la cabeza a mi amiga y ella me sigue hasta mi habitación.

—Tenemos que ir a esa fiesta, pero no sé cómo —es lo primero que digo—. Sabes que son los Miller, Clarissa. No parece asustarte, más bien es como si ya te hubieras enterado desde antes de que jugáramos a la ouija. No voy a reclamarte por eso, todos tenemos secretos, pero no quiero estar sola en esto.

Ella suelta un suspiro.

—Jamás has estado sola, siempre te he acompañado, hasta en eso de la ouija. Ahora, armemos un plan para salir de aqui.

—Noah me dijo que vendría.

—¿Y por qué no ha llegado?

—Eso es lo más extraño.

—Vale, haré algo para dejar encerrado a Zack con tu hermano. Toma mi mano y cierra los ojos.

Hago lo que me pide. Escucho susurrar algunas palabras y la curiosidad me carcome, por lo cual abro uno de mis ojos para saber que está pasando. Lo que logro ver, es algo que no podría describir con exactitud, salvo que ella tenía un aura a su alrededor que ahora cosquilleaba entre mis dedos.

Esa conexión se rompe y me alejo. Clarissa tiene en sus manos las llaves de su auto y abre la ventana.

—Vamos.

En todo el camino, hay un silencio que se torna incómodo. Sé que esta dirigiéndose a la fiesta y luce tan tensa como yo. Estábamos pisando un terreno desconocido.

—¿Desde cuándo lo sabes? —pregunto.

—Madison...

—Podré con la respuesta. Solo quiero que me digas.

Suelta un suspiro y mira por el retrovisor.

—Desde hace mucho tiempo.

Ahora logro entender su reacción cuando Noah llego. Como huyó de la cafetería cuando los vio a todos juntos.

—¿Por qué no me dijiste?

—Madison, siempre te lo he dicho a través de las historias que contaba en las pijamadas. Simplemente no tenías la mente abierta para creer. No me hubieras creído si te digo que todo eso era real, que los hombres lobos existen, que las brujas nos merodean. Tú eres de esas personas que necesitan una prueba física para creer en algo.

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⏰ Última actualización: May 05 ⏰

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