Capítulo 9

13K 755 53
                                    

—Tú helados, yo condones...

—Bien, espera... ¡Jake, joder!.

—¿Qué? no quiero ser padre tan joven —responde con simpleza.

Negando e insultándolo por lo bajo, me dirijo a los helados. Chocolate, chocolate y fresa. Intentando sacar el último pote de helado de fresa, cuando un cuerpo notablemente el doble de grande que el mío, me aprisiona contra el lugar de los helados.

No sabía que eras toda una glotona, princesita —susurra en mi oído.

—Pensando en idiotas e invoque a uno —respondo intentando quitarlo de mí.

¡NECESITO MI ESPACIO PERSONAL!, ¿Qué parte de ello no entiende esta jodida lapa?.

—¿Acabas de admitir que piensas en mí?

—Acabo de admitir que pienso en idiotas

Cuando al fin logro tener mi espacio personal, me volteo para encararlo. Y me encuentro con su sonrisa satisfactoria.

—¿Acaso idiota no puedes ser más?

—Tú me pones idiota. Lo digo en serio, me pones.

—¿Aleisha? ¿Quién es este? Aleja tus manos de ella, idiota, ¡ahora!, ¿eres sordo o qué, niño bonito? aleja tus jodidas manos –ruge Jake acercándosenos con rapidez. Ay hermanito, no sabes cuánto te agradezco esto y no lo sabrás porque mi orgullo me lo impide.

—No sabía que la princesita tenía novio —se excusa Austin, cambiando notablemente de expresión.

—No soy su novio —corrige Jake fulminándolo con la mirada —soy el hermano. Idiota.

De tal bravucón a tal bravucona —dice por lo bajo, procurando que no lo escuchásemos.

Jake gruñe

—Vamos, Aleisha, se nos hace tarde.

Sin derecho a nada, Jake me toma de la muñeca y me lleva arrastras.

(...)

—¿Estás enojado? —pregunto luego de minutos de silencio en el auto.

—Espero que ese idiota no sea tu novio, sino lo torturaré hasta que me pida que lo mate. Jodido idiota.

—No hay necesidad de matarlo... aún. El caso es que ese idiota es nuestro nuevo vecino. Él es Austin —bufo malhumorada.

—¿Qué jodidos te pasa? estás muy callada —habla de repente, haciendo que, asustada, diera un pequeño brinco en el asiento.

—Nada... creo, además sólo que me llamaba la atención las parejas, que tan felices se van, tomadas de las manos o simplemente abrazadas —bajé la ventanilla del auto para luego sacar mi cabeza fuera y mirar el cielo, apoyada en mis brazos.

Jake solo ríe y mueve su cabeza de un lado a otro

—Parece que vamos a tener una tormenta

—¡Ah, pero que observador! si no me dices, no me doy cuenta. Y yo aquí sudando, muerta de calor porque creía que no llovería —sonrío satisfecha por mi sarcasmo. Vuelvo al auto y subo la ventanilla —A veces amo la lluvia y otras no —confieso impulsándome hacía atrás con fuerza, haciendo que el asiento del auto de Jake emitiera un pequeño ruido.

—¡Eh! Cuidado con mi bebé, tonta —se queja acariciando el volante con cuidado.

—Idiota.

—Pervertida.

—Imbécil.

—Infantil.

—Pequeño bebé llorón —le enseñé mi lengua.

—Eres... eres una inmadura.

—Okey —sonrío, guardando silencio, sabiendo que eso lo iba a desesperar.

—¿No me dirás nada? —pregunta mirándome brevemente —¿No? —me volteo hacia la ventana, mostrándole mi espalda, ignorándolo —Aleisha te estoy hablando —muerdo mi labio intentando aguantar la risa —¡Aleisha! —golpea mi espalda —Vamos a chocar y será por tu culpa. ¡Aleisha ya responde!.

—Okey —respondo aun mirando hacia la ventana. Hemos llegado, abro la puerta y salgo.

—Bien. —dice imitando mi acto, pero cerrando de un portazo. Abre la maletera y comenzamos con el trabajo de sacar las bolsas de él.

—Alcánzame esa bolsa —pido esperándola, pero Jake sigue con lo suyo —Por favor —y nada —¿Ahora me ignorarás? —toma la última bolsa y cierra, ignorándome.

Y... él es mi vecino (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora