Ve con él

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El timbre sonó y todos se acomodaron en sus asientos. Miércoles, y ya era la hora de ciencias de nuevo. Cuando tenían que iniciar el proyecto. Nathaniel había evitado a Adrien a toda costa, e igualmente a Alya. Se quedó inquieto con la idea de acercarse al rubio, todo por la morocha y el proyecto de ciencias, entonces no quiso tocar el tema en todo el día. Pero no podría escaparse a esa hora.

Adrien no esperó siquiera a que todos sus compañeros se sentarán o a que la maestra diera la indicación. Él se sentó donde siempre Nathaniel lo hacía, al fondo, y hasta llegó antes que el pelirrojo. Cuando llegó éste último se quedó sorprendido, y extrañado, y hasta algo asustado. <<¿Cómo llegó tan rápido?>> se preguntó al tomar asiento a un lado del rubio. <<Esto es muy extraño.>> Nathaniel iba a actuar con precaución con el rubio, era mejor no fiarse tan rápido.

—Bueno, pues, ¿hola? —dudó al saludar. Adrien sonrió amigable, pero Nathaniel apenas lo miró, y que conste de reojo.

—Hola —respondió seco.

El pelirrojo se agachó un momento, siguiendo ignorando al rubio, para sacar sus cosas de física. Dándole la espalda a Adrien, y éste no pudo evitar fijarse en el movimiento y posición. (No especifico nada 7u7) Desvió la mirada cuando Nathaniel comenzó a alzarse. El otro chico se le quedó viendo raro al notar como Adrien se quedó con la vista al frente sin intentar socializar con él hasta que todo el escándalo que estaban formando sus compañeros terminó cuando la maestra se levantó de su escritorio y fue a cerrar la puerta. <<Ya no hay escapatoria, ¿verdad?>> se dijo el pelirrojo algo decepcionado.

—Bueno, muchachos, es hora de iniciar con su proyecto. Recuerden que es para dentro de un mes y es una exposición con ayuda visual. Veré sus avances cada semana en la clase —advirtió la maestra al ponerse enfrente de todos sus alumnos y al finalizar sentarse de nuevo detrás de su escritorio, dejando así que los jóvenes comenzaran el proyecto o simplemente a platicar.

Nathaniel se asustó un tanto al escuchar eso. <<¿Qué? ¿Una exposición?, ¿por qué nadie me dijo eso?>> Algo nervioso su mirada se desvió a un lado, donde Adrien, esperando una respuesta. El rubio le devolvió la mirada con una sonrisa.

—No escuchaste nada de lo que dije ayer, ¿verdad? —fue lo único que dijo. Porque era cierto y ambos lo sabían.

Nathaniel no evitó sentirse sumamente avergonzado. <<Eso te pasa por quedarte viéndolo e intentando averiguar algo cuando no>> se dijo a sí mismo.

—Pues- —dejó la frase al aire porque el rubio no necesitaba oírlo.

—Sí, no hay problema. No importa, igual ayer pudo no haber sido tu mejor día —intentó sonar como si no importara en lo absoluto el hecho de que le hubiesen ignorado. Agregó una sonrisa bastante linda al final de la oración para continuar con su punto de ser amigable.

Nathaniel intentó devolverle la sonrisa, algo dudoso y avergonzado. Qué fácil era caer en sus pensamientos y perderse de la realidad en aquellas clases donde no le veía ni pies ni cabeza.

—Lo siento —llegó a disculparse sí, peor entre dientes. Y no era porque no quisiera hacerlo, pero cuesta trabajo.

—Está bien. Ahora sí por atención.

—Bueno.

Adrien se atrevió a acercar un poco más su asiento al de Nath, mientras sonreía, parecía ser una buena oportunidad de hablar con él. Seguro pronto se desviarían del tema. Nathaniel no lo notó ya que estuvo abriendo su libro, lo cual no era en lo absoluto necesario, pero bueno,mejor estar preparado. Y cuando casi tuvo a Adrien en la cara retrocedió un poco.

Todo gracias a Alya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora