Capítulo Uno:El cambio

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Levanto mi cabeza para mirar el cielo de Málaga, con semblante sonriente. Estoy por llegar a mi instituto, para hacer lo siguiente:

Sentarme en mi silla,leer y releer el manga de Noragami para no aburrirme en clase y esperar a que llegue el patio para hablar con Lucy, Lía, Kaya y Keira, mis mejores amigas.

Lo de siempre,supongo.Pero a la vez no, por que hoy es...¡Mi cumpleaños!Es día veintidós de septiembre del 2016,así que me siento más alegre que de costumbre.

Solo de pensar que mis padres me van a regalar un póster tamaño real de Yato una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro.

Es que Yato es sin lugar a dudas perfecto¿Verdad?

Llego al enorme edificio,que es de un color blanco gastado. Está un poco descuidado, pero los profesores enseñan bien y eso es lo que importa. Además,dispone de piscina, campo de fútbol y un pabellón. Es un buen instituto.

Entro tranquilamente, después de todo, no llegaré tarde. Son sólo las ocho y media,he llegado demasiado temprano.

—¿Tan pronto por aquí, Erika?—me dice una voz a mi espalda.

Es Karla, una chica de mi clase con la que me llevo bien, pero no es nada especial, a pesar de que la conozco desde segundo de primaria. Tiene el cabello sobre los hombros de color castaño, y los ojos del mismo color.

—Oh, Karla, eres tú—le digo, sonriendo—Sí, no sé por qué razón hoy vine más temprano.

—Ya veo...—susurra.

Un silencio incómodo reina en el pasillo. Solo se oyen los pasos de los profesores que van apresurados de aquí para allá.

¿¡Y ahora qué hago?!¿¡De qué puedo hablar?!Va, va, Erika, piensa en algo...¿De Yato?...¡No, pensará que estoy obsesionada con él!...¿De mi cumpleaños?...¡No, no!¡De algo más interesante!¿¡Que puedo decir?!

—Bueno, nos vemos en clase—dice, agitando su mano levemente. Hecho esto, se va.

Lo he hecho otra vez...Soy demasiado indecisa y tímida, sobretodo con los chicos. Eso me molesta. Me molesta no poder hablar de lo que quiera sin sentir nervios ni sentirme inferior a los demás. Porque parece tan fácil hablar con la gente cuando lo hace Karla, o Lucy ,o cualquier otra persona que conozca...

¡Pero no importa!¡Si me esfuerzo, eso va a cambiar!

—¿Erika?—dice un profesor que me ve parada en medio del pasillo.

Yo me sobresalto,no me había dado cuenta de que estaba allí.

—O-oh...Lo siento, Lucio—dije, balbuceando.

—Venga, ve a tu clase, que ya llegas tarde. Y sólo es el segundo día de clases...Más te vale darte prisa—dice, mientras se va.

—S-sí, claro—contesto yo.

Miro la hora en mi reloj de muñeca y veo que sólo faltan cinco minutos para que empiecen las clases¿¡Tanto tiempo ha pasado?!

Corro hacia mi clase, la 3-C.

Veo que todo el mundo está todavía sacando los libros que les faltaba traer al Instituto y me tranquilizo.

Voy hasta mi sitio, que está en la fila de delante, pero es el mejor, ya que se esconde detrás del escritorio del profesor y así no me pillan cuando leo manga en clase.

Cuelgo mi mochila negra en la silla. Como ayer era el primer día, los profesores no pusieron deberes ni ningún examen,además, ya traje aquí los libros y cuadernos ayer, así que no tengo nada que ordenar.

¡Yo no soy Yato!Where stories live. Discover now