Capítulo veintitrés: Identidad.

317 53 41
                                    

Camino hacia mi casa. Si lo pienso bien, mi segundo sueño ha cambiado, parece que pasaron dos años desde que le dije a Evan que mi segundo sueño era salir con Yato...¿Cómo rayos pude decirle eso?Mi cara se vuelve de un tono rojo suave con solo pensarlo.

Muchas cosas han cambiado desde que le vi por primera vez. Parece mentira lo mucho que una persona puede cambiarte la vida. De alguna manera siento que hasta yo he cambiado.

Me siento como si toda mi vida hasta ahora hubiera sido vivida en una burbuja, oculta de toda la información sobre mí. Mis propios padres me mintieron.

Y todavía está esa persona misteriosa que me envía mensajes. Me da miedo, lo admito. Pero siento que está relacionada con todo esto también. Es todo tan confuso.

Miro al cielo, y veo que está nublado. Parece que va a llover, así que lo mejor es que me apresure. Cuando llegue a casa...¿Qué debería decirles a mis padres?Estoy enfadada con ellos por no contarme la verdad, pero en realidad, quizá lo hicieron para protegerme. Lo único que sé ahora mismo es que en realidad no sé nada.

Lo sé, gran copiar y pegar que le hecho a Sócrates.

Finalmente llego a mi casa, sin ninguna interrupción por el camino. Cojo mis llaves y abro la puerta con ellas.

Al abrirla me encuentro con mi padre, que me mira con cierta preocupación. Nuestras miradas se conectan por unos segundos largos. Ninguno saluda.

Creo que se ha dado cuenta de que no voy a quedarme de brazos cruzados, de que quiero saberlo todo.

—¿Vas a contármermelo ya de una vez, Papá?¿O vas a dejarme viviendo en una mentira?—pregunto, probablemente con la cara más seria que he puesto en mi vida.

Es increíble, ni siquiera puedo pensar en memes ahora mismo. De verdad que me siento muy nerviosa y emocionada por saber al fin la verdad.

Mi padre suspira pesadamente. Me mira como si esperara que fuera a cambiar de opinión. Obviamente eso no ocurre.

—De acuerdo—dice finalmente, y comienza a caminar hacia el salón.

¿Cómo debería sentirme justo ahora?¿Volverá a dolerme la cabeza tanto como aquel día, cuando Evan tuvo que llevarme a casa en brazos?Eso sería definitivamente horrible.

Nunca pensé que un dolor de cabeza pudiera llegar a ser tan doloroso. Y estando encima de los brazos de Evan no ayudaba a la situación, seguro que estaba la mar de roja.

Me siento más tranquila pensando en él. Pase lo que pase...Seguiremos estando juntos. Eso es en lo que confío ahora.

Me siento en el sofá más cercano a mi padre. Estoy lista para saber la verdad. Después de esto, finalmente sabré lo que todos han estado ocultándome.

Lo que Evan ha estado ocultándome...Y quizá descubra el por qué de ello.

—Hija, primero de todo...Debes entender que lo hicimos todo por tu bien¿De acuerdo?Es normal que te resignes y enfades ya que es tu vida después de todo, pero no queríamos que sufrieras los efectos colaterales tan pronto. También, posiblemente yo no sepa todos los detalles.

Siento que este momento puede cambiar muchas cosas. La vida normal que he estado viviendo hasta ahora... Probablemente cambie después de oír las palabras de mi padre.

—Nosotros vivimos en Japón por un tiempo, fueron tiempos muy felices, eras muy pequeña e incluso fuiste a una agradable guardería cercana a nuestra casa. Allí conociste a Hideo y a su hermano, os hicisteis muy cercanos con el tiempo, siempre estabais juntos—una leve sonrisa se asoma de los labios de mi padre. Realmente parece que lo recuerda como algo bonito pero a la vez triste, esa mueca parece contener un fuerte sentimiento de nostalgia.—Pero un día, cuando fui a recogerte de la guardería, me encontré con la situación más dolorosa en la que he estado nunca. Te vi a tí...Tirada en el suelo, un coche estaba a tu lado, su conductor estaba llamando probablemente a una ambulancia. Me quedé paralizado, tenía ganas de apalizar al que te había hecho eso. Era todo tan ruidoso, los llantos de Evan eran los más altos. Él corrió hacia mí y me agarró de los brazos, diciendo que había sido su culpa, preguntándome el por qué no le había ocurrido a él en vez de a ella, pidiéndome perdón. Simplemente caminé hacia ti, que estabas tendida mirando hacia el lado contrario a mí. Tenía miedo...Mucho miedo de mirarte y saber que ya no estabas junto a nosotros, que te habías ido. Comencé a llorar desconsoladamente.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 07, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

¡Yo no soy Yato!Where stories live. Discover now