Capítulo Dieciocho: Desconocido.

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—¿Así que ya todo vuelve a ser como antes entre vosotros, no?—pregunta Lucy, tumbada en mi cama.

Es sábado, y he invitado a todas mis amigas a dormir a mi casa, debido a varias razones:

1)Querían explicaciones con pelos y señales sobre lo que ocurrió en aquella sala entre Evan y yo.

2)Me han obligado a invitarlas para que se lo contara todo.

3)Son unas cotillas shippers que no tienen nada mejor que hacer con su vida, y como yo estoy igual de aburrida que ellas pues nada, aquí estamos.

¿Lo que pasó después de toda esa escena tan shōjo y genial entre el oji-azul y yo?

F-fue realmente vergonzoso.

—Sí. Pero aún me pregunto por qué hicisteis eso—respondo a Lucy, acabando la frase con un suspiro.

Cada vez que lo recuerdo...Mi cara se pone roja, muy roja, como un tomate fresco.

Todas ellas comienzan a reír como focas retrasadas al oír mis palabras.

Hay veces en las que su humanidad es tan cuestionable...

—¡Pero si eso fue buenísimo!—grita Kaya, sin dejar de reírse.

Realmente...Estas chicas son tan extrañas. Aunque yo tampoco puedo hablar mucho de ellas, sinceramente, no es como si fuera la más normal del mundo.

Después de todo...

¿¡¿Quién rayos se cuelga (además gritando) del cuello del chico más yatoístamente hermoso en este mundo solo por oír "¡Erika!The floor is Yato×Tenjin"?!?

¿QUIÉN, EH? EXACTO, SÓLO YO.

—Pobre Evan, casi lo ahogas—lo peor es que Lía dice esto riendo.

No solo fue aquello. Casi me llevan al despacho del director, por, según Karen(sí, esa chica de la clase que al parecer me odia o algo)"intento de asfixia a un compañero".

Sin embargo, Evan me salvó diciendo que se había tragado una mosca y yo solo le estaba socorriendo ya que supuestamente mi madre me había enseñado primeros auxilios en enfermería.

Creo que le dimos pena a la profesora y nos dejó ir, porque si de verdad se creyó eso no sirve en su labor.

No obstante¿Quiénes me metieron en este lío?

Obviamente, mis mejores amigas, ya que debido a mi timidez no conozco a nadie más.

—Sinceramente, os odié tanto en ese momento. Incluso ahora. En serio, no podré mirarle a la cara el lunes—comento, escondiendo mi cara en la almohada de la cama.

Permanezco unos minutos así, hasta que recibo unas palmaditas en la espalda.

—¡Hey, Erika, Erika!¡Han metido a Evan en el grupo de Whatsapp de la clase!¡Ahora tenemos su número!—exclama Lucy, quien está mi lado.

Mi cabeza se levanta automáticamente, y corro a por mi teléfono, el cual es de una marca que no conoce ni el tato, porque mi dinero lo gasto solo en mis "cosas chinas". Aunque poco me importa, la verdad, mientras ese cacharro funcione bien, estoy feliz.

Reviso el grupo de la clase, que tiene como nombre "Grupo Fósil", debido a que el último mensaje de alguien ahí fue hace tres meses.

Veo que pone el típico texto de siempre cuando incorporan a una persona nueva en el grupo de:
"Pepito ha añadido a Pánfila".

Solo que me sale con números de teléfono, ya que no tengo añadido a nadie menos a mis "amadas" amigas.

—E-es verdad...Tiene que ser él, solo faltaba Evan por estar en el grupo—murmuro, contenta.

¡Yo no soy Yato!Where stories live. Discover now