Capítulo Tres:Lo que el viento trae.

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—¿¡Os habéis besado?!—me pregunta Lía, emocionada.

—Tienes suerte,Erika...Ojalá un mini L apareciera mañana también en clase...—suspira Keira. Ella siempre ha estado profundamente atraída hacia el personaje de L Lawliet, del anime Death Note.

—N-no digáis cosas raras...Solo hemos hablado...—declaro, sonrojada.

Ya estamos de camino a casa.Las únicas que van por el mismo camino que yo son Keira y Lía.

Kaya y Lucy viven más lejos.

Así que de esta manera termina el segundo día de clases...

¿Quién diría que sería más interesante que el primero?

—Por cierto, Erika...—comenta Lía.

—¿Sí?—respondo.

—¿Al final, el manga se lo ha quedado Lucio?—pregunta mi amiga.

Vaya...Se me había olvidado completamente...¿Desde cuándo se me olvida a mi algo relacionado con el manga?...

Mi piel se vuelve más pálida de lo normal.

—No es posible...¡No lo había terminado de leer!—le grito al cielo.

—Eres todo un caso...—dicen Keira y Lía al unísono.

—¿Qué voy a hacer ahora con mi vida?—digo, bajando la cabeza.

Mis amigas se ríen sin más.

—Bueno, vale tampoco es para tanto, pero quiero recuperarlo...Seguro que a Lucy se le ocurre algo—pienso en voz alta.

—Sí, esa rubia siempre tiene buenas ideas—exclama Lía.

—No te metas en líos—dice Keira, la responsable del grupo.

—No te preocupes—contesto, guiñando el ojo—Lo tengo controlado, nunca me meto en líos.

—¿Y lo de esta mañana, qué?—dicen mis amigas, a la vez.

Hoy sí que están coordinadas...

Pero la verdad es que tienen razón...De no ser por Evan, me habría llevado las dos amonestaciones yo.

—E-eso sólo ha sido mala suerte, esta vez, saldrá bien—aseguro.

—Eso espero...—dice Lía, mientras que Keira asiente.

Finalmente llegamos al cruce que separa nuestros caminos, donde debemos despedirnos.

—¡Nos vemos mañana!—digo, sonriendo, mientras agito ligeramente mi mano derecha.

Ellas también realizan la misma acción.

No tardo mucho en llegar a casa.

Al entrar, me encuentro con mi padre, el cual se encuentra mirando la televisión en la sala de estar.

—Hola, papá—saludo,dejando la mochila en la entrada.

—Hola, cariño¿Que tal el segundo día de colegio?¿Has hecho al fin algún amigo nuevo?—me pregunta, con una sonrisa amable en su rostro.

—Bien...Sí, he hecho un...Amigo—al pensar en Evan se me escapa una sonrisa.

—¿Es un chico?Jajaja...Qué bien—dice mi padre, riendo rígidamente, después murmura algo para sí, como siempre hace cuando algo le incomoda, que a duras penas logro entender-Más le vale al chaval tener las manos quietas...

No puedo evitar reírme, sé que lo hace de broma(o eso espero).

—¿Mamá sigue trabajando?—pregunto, interrogante.

¡Yo no soy Yato!Where stories live. Discover now